La Policía Portuaria evitó que el megayate 'Valerie' zarpara antes de su embargo en Barcelona
Marina Barcelona 92 incrementa la seguridad ante el cerco a los barcos de los oligarcas y después de que un sujeto intentara atacar el 'My Solaris' de Roman Abramovich
16 marzo, 2022 00:00La Policía Portuaria y otros cuerpos de seguridad vigilaron "durante días" el yate Valerie, de Sergey Chemezov, para evitar que zarpara de Barcelona y sorteara su embargo temporal, que anunció anteayer en directo en La Sexta el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El cuerpo de seguridad monitorizó esta y otras naves, en el contexto de la implementación de sanciones a los oligarcas rusos y sus activos en España, y tras un intento de ataque al buque My Solaris, del magnate ruso Roman Abramovich, tal y como avanzó este medio.
Así lo explican fuentes del cuerpo de vigilancia, que precisan que los efectivos recibieron "hace días" instrucciones de tener localizadas las embarcaciones ligadas a los oligarcas rusos --ninguna de ellas cuenta con bandera del país y son propiedad de sociedades pantalla-- que estaban atracadas en la Ciudad Condal. Ello, agregan, fue por dos motivos. Primero, por si fuera preciso decomisarlas, como ha ocurrido con el Valerie de Chemezov. Segundo, por su propia seguridad. Y tuvo un resultado. "Cualquier nave que se encontrara allí, quedaba controlada por si a su capitán se le ocurriera zarpar", explican.
La decisión dependerá de Calviño
El operativo especial de los agentes que tiene competencia en el muelle llegó antes de que la Dirección de Marina Mercante actuara contra el buque de recreo de Sergey Chemezov. La intervención cautelar siguió a lo ocurrido con el buque de recreo SY A, del empresario Andrey Melnichenko, que estaba atracado en el puerto de Trieste, o con el Lena, de Gennady Timchenko, estacionado en el puerto de San Remo, ambos en Italia.
De hecho, como avanzó Crónica Global, el decomiso de activos de alto nivel como yates o palacetes depende de Asuntos Económicos y, más concretamente, de la Dirección General del Tesoro y Política Financiera, que dará la orden e implementará Marina Mercante. Será este ente el que determine si los bienes tienen relación con los oligarcas sancionados por la guerra en Ucrania y si se impone incautarlos. La Comisión Europea ha aclarado que solo en el marco normativo que deben aplicar los 27 Estados miembros, tal y como detalló uno de sus portavoces a preguntas de este medio.
Intento de ataque al 'My Solaris'
El aumento de vigilancia de los yates en el Puerto de Barcelona, donde ayer reinaba la tranquilidad tras aprehender el Gobierno la embarcación de Chemezov, también se dio por otro motivo más allá de las sanciones.
La otra razón es cortar el paso al posible vandalismo, como el que intentaron con uno de los megabarcos. "Con lo que ocurrió con el My Solaris de Roman Abramovich, se temía que los activistas antiguerra en Ucrania ataquen los buques de los magnates que quedan en la Ciudad Condal. De hecho, Marina Barcelona 92 (MB92) ha reforzado su vigilancia privada mañana y tarde con estos activos para evitar asaltos", explican los mismos interlocutores. "Son vigilantes centrados en las naves de rusos y distintos de los que operan de forma habitual".
Polémica por Ucrania
Esta controversia por la seguridad de los yates tiene lugar en pleno debate sobre la incautación de activos a grandes empresarios rusos como medida de presión para enderezar la gestión del Gobierno ruso en Ucrania, país al que ha atacado, provocando una condena de la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU). La Unión Europea, Estados Unidos y Reino Unido, entre otras instituciones internacionales y naciones, han aprobado paquetes de sanciones contra oligarcas rusos.
En el caso de España, el Gobierno ha detenido cautelarmente el Valerie, de Sergey Chemezov. El propio Roman Abramovich, también sancionado, tenía un bien en la zona, el My Solaris, que partió de MB92 pocos días después de que el Gobierno británico dictara medidas contra su persona y bienes.
En paralelo a ello, la Autoridad Portuaria de Barcelona ha propuesto para sanción el amarre situado en Marina Port Vell de Alisher Usmánov, máximo accionista del conglomerado Metalloinvest. El punto de atraque, de 160 metros de eslora para acoger al buque Dilbar, ha quedado al albur del Tesoro español por si se impusiera embargarlo. El empresario es una de las personas castigadas por la UE por su cercanía al régimen de Vladímir Putin.