El Govern ejecutará este martes el relevo en la cúpula del Institut Català de Finances (ICF). Víctor Guardiola abandona el cargo de consejero delegado tan solo 11 meses después de dejar Banco Sabadell para asumir el gobierno de la entidad. Esgrime razones personales, aunque a nadie se le escapa que la decisión está en gran medida motivada por el caos que el fondo creado para avalar a los líderes independentistas ante el Tribunal de Cuentas que les reclama 5,4 millones por la organización del referéndum ilegal de 2017.
De hecho, al menos tres vocales y un miembro del consejo de gobierno de la financiera pública corroboraron ante la Fiscalía hace tres semanas que la tramitación administrativa para avalar a los enjuiciados fue sobrevenida y no ceñida a normativa, tal y como avanzó Crónica Global. Las tensiones por la fórmula elegida para llevar a buen puerto un mecanismo que sobrevenía las competencias ejecutadas hasta la fecha del ICF ha provocado una salida de profesionales de la institución que llega hasta la cúpula. Han dejado el organismo entre críticas de falta de rigor del Govern.
Jordi Oliva deja Caixabank
Recogerá el testigo el actual director de negocio de instituciones de Caixabank, Jordi Oliva. El ejecutivo se encargaba desde hacía seis años de las relaciones de la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri con todo el sector público --Gobierno, comunidades autónomas, ayuntamientos, diputaciones y empresas públicas-- así como instituciones del sector privado como órdenes religiosas, universidades y fundaciones con las que el grupo financiero tiene relación.
Con todo, Oliva no es un desconocido del sector público. Fue director general de Política Financiera, Seguros y Tesoro de la Generalitat entre 2011 y 2015, el primer mandato de Artur Mas en la presidencia. Trabajó codo con codo con Andreu Mas-Colell cuando este ejercía de consejero de Economía. Cabe recordar que ambos eran avalados por el ICF ante el Tribunal de Cuentas.
Recuperar la tranquilidad en la cúpula del ICF
Finalmente, el fiscalizador del gasto público rechazó la fórmula innovadora de la Generalitat. Aseguró que la misma administración que sufría el presunto menoscabo económico de sus gestores no podía avalar a los mismos que habrían realizado el gasto más allá de sus responsabilidades. La justicia no ha vislumbrado las presuntas irregularidades del mecanismo del ICF. Asimismo, el expediente del Tribunal de Cuentas aún está en fase inicial. Por ahora se ha procedido a embargar propiedades de los afectados por la investigación.
El Govern aprobará el relevo en la cúpula de la financiera de la Generalitat en el Consejo Ejecutivo de este martes. La salida de Guardiola se suma a la renuncia de varios miembros tanto de la cúpula de la organización pública como de su equipo jurídico. Estos últimos, no de forma voluntaria. La primera responsabilidad de Oliva será reestructurar el ICF y recuperar la tranquilidad en los órganos gestores.