Un surfódromo de Wave Garden / CEDIDA

Un surfódromo de Wave Garden / CEDIDA

Business

La carrera empresarial para abrir el primer surfódromo en Cataluña

La ingeniera WaveGarden tiene negociaciones abiertas en distintos ayuntamientos, mientras que la alemana City Wave explora una inversión en Barcelona

1 octubre, 2021 00:00

Cataluña vuelve a captar el interés de los inversores para abrir un gran centro de surf artificial. Al menos dos grandes compañías, según ha podido averiguar Crónica Global, tienen planes en una fase avanzada de desarrollo para construir el primer surfódromo en la comunidad. Se trata de WaveGarden y City Wave, enseñas veteranas en la gestión de estos enormes espacios de ocio y deporte.

Aunque las privadas se muestran prudentes. Los portavoces de ambas empresas se hallan en plenas negociaciones con las corporaciones locales que deben acoger las inversiones. Su previsión es que no sea hasta mediados de 2023 cuando se inauguren los complejos, siempre y cuando las Administraciones validen los proyectos y la ejecución de las obras cumpla su calendario. De esta forma, Cataluña se pondría a la par que otras regiones como Madrid, que han aventajado en este segmento a la comunidad.

Tercer intento de WaveGarden

La ingeniera vasca es la que mayores esfuerzos ha hecho para aterrizar en la autonomía. Con una cartera de siete parques en todo el mundo --uno de ellos se encuentra en España, aunque solo funciona como prototipo-- que usan su tecnología para recrear las olas, la mercantil ya ha intentado en dos ocasiones instalarse en la costa catalana. Pero las tentativas en El Prat de Llobregat (Barcelona) y Montgat (Barcelona) se malograron por la falta de apoyo institucional.

En este último municipio, el consistorio se echó atrás pese al respaldo inicial que concedió al plan privado, que preveía construir una laguna de 15.000 metros cuadrados en una parcela de cerca de 50.000. El director ejecutivo de la marca en Cataluña, Felip Verger, matiza a este medio que la sociedad retiene la titularidad de los terrenos, que obtuvo en una adjudicación pública de una fundación vinculada con la Universidad de Barcelona. "El proyecto está en stand by, pero seguimos siendo los inquilinos del terreno", aclara.

Más proyectos en España

En esta ocasión, WaveGarden ha ampliado el rango de posibles zonas donde explotar su negocio. "Estamos en conversaciones avanzadas con distintos ayuntamientos, no solo de la costa", comenta Verger. Sin embargo, el ejecutivo se resiste a dar nombres, aunque deja entrever que se barajan distintas localizaciones y que los parques también podría recaer en un territorio del interior de Cataluña, y no necesariamente en el litoral. Otras fuentes del grupo sostienen, por otro lado, que la construcción de una laguna estándar tiene un coste inferior a 15 millones de euros.

Actualmente, la mercantil tiene varios planes en marcha en el sur de España, así como en las Canarias. En el extranjero, la empresa trabaja con un amplio abanico de opciones para exportar un sistema que permite generar condiciones de oleaje de distinto tipo y para públicos diferentes. "Actualmente tenemos tres proyectos en construcción en Sídney (Australia), Coachella (EEUU) y Garopaba (Brasil) [país donde recientemente ha estrenado el complejo Praia da Grama]. Asimismo, otro en fase de preconstrucción en EEUU, en Myrtle Beach. Por último, hay 48 proyectos en diferentes fases de desarrollo alrededor de todo el mundo".

Instalación en Barcelona

Pero esta carrera es cosa al menos de dos. La alemana City Wave también ha puesto su mirada sobre la autonomía, en concreto sobre su capital. Fuentes cercanas la operación detallan que la compañía ya gestiona un recinto en Madrid, planea ubicarse tanto en Barcelona como en Lisboa. En la capital catalana, la iniciativa de la corporación está "bastante avanzada", aunque el portavoz no especifica en qué lugar podría recalar la instalación.

"Este tipo de proyectos requieren una inversión intensiva de hasta cuatro millones, de los cuales la generación de olas se lleva la mitad", apunta. Para recuperar este desembolso, estos espacios necesitan un acompañamiento de servicios de restauración y retailing para ser rentables. Una suma de factores que convierte estas alternativas en imanes para los aficionados al surf, como asegura el ejecutivo que se ha convertido el centro madrileño. "En este sector, Cataluña se ha quedado atrás", añaden estos interlocutores. Si los planes de City Wave y WaveGarden se cumplen, una ola artificial podría barrer estas diferencias.