"He pagado 220.000 euros en peajes, ¡podría haberme comprado una casa!"
El Maresme celebra la liberación de la C-32, que atribuyen a 30 años de reivindicaciones populares, pero expresan su inquietud por la defensa que el Govern hace del sistema de viñeta
30 agosto, 2021 00:00“He gastado 220.000 euros en peajes desde 1969. ¡Podría haberme comprado una casa!”. Habla un vecino de Vilassar de Mar (Barcelona) quien, sin ninguna duda, piensa celebrar por todo lo alto el fin de los peajes en la C-32. La gratuidad en la autopista del Maresme, la vía rápida de peaje más antigua de España, viene precedida de 30 años de reivindicaciones, pleitos judiciales y la constatación, denuncian, de que esa liberación es fruto de la presión popular, no de los partidos políticos.
A partir del 1 de septiembre, finalizan las concesiones de la AP-7, AP-2, C-33 y C-32 norte. Sin embargo, el acuerdo entre Gobierno y Generalitat dejará intactos cuatro peajes de los que no podrán liberarse los automovilistas que crucen la comunidad. En concreto, los dos túneles de Vallvidrera y del Cadí, el tramo sur de la C-32 entre Castelldefels y El Vendrell y la C-16 en el tramo que une Sant Cugat del Vallès y Manresa pasando por Terrassa.
¿Elecciones y aplicación de la viñeta?
“Hemos ganado batallas, pero no la guerra”, explica el portavoz de la coordinadora Preservem el Maresme, Antoni Esteban. El pasado viernes, el vicepresidente y consejero de Políticas Digitales y Territorio, Jordi Puigneró, presentó el plan de viabilidad para esta comarca costera de la provincia de Barcelona, que incluye la reducción de carriles de la N-II, la construcción de dos carriles bici y la creación de rotondas.
Puigneró se comprometió a que, en dos años, no habrá peajes en esta zona. Un plazo que ha levantado sospechas entre los asistentes a esa presentación --alcaldes, consejo comarcal, representantes de la sociedad civil-- dado que coincide con la duración prevista para este nuevo mandato, lastrado por las pugnas independentistas.
¿Elecciones y posterior aplicación de la viñeta? “Es lo que nos tememos. El Govern defiende ese sistema porque, según dice, es el modelo que se aplica en Europa. Pero eso es mentira. Solo lo tienen Austria, Suiza y Hungría. Tampoco es verdad que la UE obligue a aplicarlo”, precisa Esteban. La viñeta es un mecanismo de pago temporal para uso que se desglosa en una tarifa plana para los conductores residentes y en una tasa para los foráneos.
Pagar cuatro veces por ir a trabajar
Al igual que numerosos vecinos del Maresme, Esteban también ha tenido que pagar peajes cuatro veces para ir a trabajar, en su caso a Barcelona. “Sin ningún tipo de bonificación o rebaja”, precisa. La autopista del Maresme fue inaugurada el 2 de julio de 1969. En 1998, la Generalitat alargó la concesión hasta el 2016 con el pretexto de bajar los peajes a otras vías explotadas por Acesa (gestora de Abertis). Durante años tuvo el precio por kilómetro más caro de España (1,83 €/km). Asegura que el fin de los peajes “es fruto de la presión popular, no de la voluntad política”. Y pone como ejemplo el intento del exconsejero de Territorio, Santi Vila, de prolongar la autopista hasta Lloret de Mar, una obra que pagaría Abertis a cambio de alargar la concesión.
Corría 2015. El año que el Parlament aprobó la Declaración del Maresme en el que se instaba a liberar el peaje de la C-32 a su paso por esta comarca. Desde 2010, y en previsión del fin de la concesión, se han suscrito cuatro planes de movilidad diferentes. En el primero se propuso la construcción de cuatro calzadas laterales en la N-II, que el territorio consideró una auténtica barbaridad. Fue entonces cuando nació Preservem el Maresme, que a día de hoy, integra a un centenar de entidades --asociaciones de vecinos, plataformas deportivas, ecologistas--. Abogados, ingenieros, arquitectos y todo tipo de profesionales están implicados en ese movimiento que hace tres años, junto a la plataforma Aturem C-32, lograron que la Justicia --en tres ocasiones-- paralizara la prolongación de la autopista hasta Lloret.
La descongestión de la N-II
Tras el fin del peaje, el objetivo es la descongestión de la N-II, la solución a los problemas de Rodalies, la comunicación más estrecha de los pueblos del litoral y de interior, y la liberación de terreno. “Por eso que necesitamos urgentemente plantear un nuevo modelo de movilidad sostenible”, indica Esteban.
Por todo ello, Preservem el Maresme quiere celebrar por todo lo alto la gratuidad de la vía y ha organizado una fiesta para el día 31 de agosto del 2021 a las 22 horas en los terrenos Sorli Emocions-Can Nolla, en Vilassar de Dalt. Los vecinos llevarán cena, chalecos reflectantes y una linterna, mientras que la coordinadora pagará el cava. “No se admiten políticos”, precisa Esteban.