La caída del tráfico aéreo 'limpia' El Prat de bandas organizadas

Primero, los datos. Según la Memoria del Departamento catalán de Interior para 2020, los tipos penales cometidos en la zona tierra del aeropuerto pasaron de 4.027 en 2019 a 995 en 2020, un descenso del 75,2%. Por su parte, fuentes oficiales de la Guardia Civil indican que los delitos e infracciones administrativas cayeron un 37% en la zona aire, tras los controles de seguridad. Las vulneraciones del Código Penal descendieron un 30,9% hasta las 471, mientras que las detenciones practicadas por el instituto armado fueron solo 71 en todo 2020, un 73% menos que el año anterior. 

Guardia Civil: bajan los delitos, hay más altercados

Un portavoz oficial de la Guardia Civil ha explicado que El Prat es un reflejo solo de cualquier comunidad de personas, en este caso de pasajeros que conviven entre sí y con los trabajadores del aeropuerto. Con ello, se producen fricciones y delitos, aunque los tipos penales han bajado "en causa-efecto lineal" con el descenso del tráfico aéreo. Desde el instituto armado admiten "menos controles e identificaciones" por el volumen más reducido de pasajeros y porque "antes se podía entrar libremente en la zona tierra, y ahora se requiere tarjeta de embarque e ir debidamente identificado". 

Los efectivos policiales a cargo de la seguridad colectiva en la zona aire --tras los filtros de pasajeros-- reconocen la caída delictiva, con ajustes a la baja de los tipos contra el patrimonio, como hurtos y robos. Pero alertan de que suben otros incidentes. Uno de ellos son los delitos contra el orden público, y ello tiene que ver con "las tensiones y tiranteces" que provocaron las normativas de restricción de movimientos por la pandemia. "Ante un escenario legal cambiante, algunos pasajeros no sabían que iban a requerir cierta documentación, y ello terminó generando un conflicto", explican desde este cuerpo policial. Desde Guardia Civil, no obstante, hacen hincapié en que los pasajeros "deben permanecer atentos a sus pertenencias en todo momento" y, así, ayudar a prevenir el delito. 

Mossos d'Esquadra: "La caída es general"

Por su parte, una portavoz de los Mossos d'Esquadra ha indicado que el número de delitos en la zona tierra, donde esta fuerza pública tiene competencias, "cayó en 2020, pero no fue solo en el aeropuerto de Barcelona, sino que se enmarca en una tendencia general de reducción". La fuente oficial señala que al propio efecto de la pandemia y las restricciones "hay que añadirle el descenso en el número de vuelos y pasajeros y el cierre de la Terminal 2 durante algunos meses", lo que originó que se produjeran menos infracciones del Código Penal. 

Una pasajera, en los mostradores del aeropuerto de Barcelona / EP

Mossos recuerda además que "el acceso al aeropuerto está restringido para las personas con tarjeta de embarque o que acompañan a un pasajero con movilidad reducida", lo que ha provocado a su vez "menos aglomeraciones". En estos tumultos trabajaban algunos para cometer los delitos más habituales, que son los "hurtos y apropiaciones indebidas". En este contexto, desde el cuerpo autonómico de seguridad recuerdan que tienen un "dispositivo específico contra los hurtos" en las dos terminales de El Prat, una vez vuelven a estar ambas reabiertas. 

"Las bandas se han marchado"

Otras fuentes policiales arrojan más luz. Aseguran que las "bandas" que trabajaban en el aeropuerto de El Prat se han marchado por la caída de pasajeros. Estos grupos organizados actuaban de dos maneras. "En la zona tierra iban al descuido. Apuntaban a maletas, billeteras o carteras mientras la gente hacía cola para facturar", explican. En la zona aire, su planificación era incluso mayor. "Compraban un billete barato, de una compañía de bajo coste. Entraban hasta dentro de la zona aire y allí cogían lo que podían", agregan. 

Entre los elementos en riesgo estaban las maletas de los viajeros que "se sentaban en las cafeterías a tomar algo antes de la salida de su vuelo". Los descuideros de El Prat confiaban en que el viajero no se arriesgaría a cursar una denuncia por miedo a perder su vuelo, así que cogían la maleta y salían del aeropuerto. "Sabían que, entre poder coger el vuelo o denunciar un robo, muchos optarían por lo primero", explican. El segundo método era más simple. "Entraban en la zona aire, bajaban a la zona de cintas portaequipajes y esperaban a que llegara un vuelo. Cuando ocurría, cogían una maleta como si fuera suya e intentaban irse", alertan. Ello se frustró por la pandemia, sí, pero también "por la acción de la Guardia Civil, cada vez más atenta" a estas tretas, apostillan las mismas voces.