¿Por qué los fondos europeos no salvarán a las pymes?
El programa Next Generation aspira a relanzar la economía de la UE desde proyectos de digitalización y medio ambiente que solo serán cofinanciados
15 junio, 2021 00:00El acceso por parte de las pymes a los fondos europeos Next Generation ha despertado un reciente interés a medida que crece la preocupación de que sean las grandes empresas las que acaparen estas ayudas para reactivar la economía europea tras la pandemia. Un programa que se centrará en proyectos de transformación digital y medioambiental.
Muchas compañías tienen depositadas en estos fondos grandes esperanzas para lograr financiación, especialmente en un momento en que las cuentas corporativas están gravemente debilitadas en muchos sectores. Pero según todas las fuentes consultadas advierten de que el programa Next Generation no salvará a ninguna pyme de la quiebra: ni ha sido diseñado para ello, ni servirá para financiar íntegramente los proyectos. Y, difícilmente, serán exitosas las candidaturas de empresas que acudan a Bruselas sin las finanzas previamente saneadas.
“Tenemos que trabajar la solvencia”
“Los fondos europeos son importantes, pero tenemos que trabajar también la solvencia, porque si no, no podremos acceder a los fondos”, advierte Pere Cots, director de Consultoría Estratégica y Financiación de la patronal Pimec. Además, “las ayudas directas no superarán nunca en 25 o 30% del importe del proyecto, a no ser que sea excepcional, por ejemplo sanitario”, y “te lo pagarán cuando hayas hecho la inversión según lo previsto”.
Las compañías deberán, por lo tanto, buscar otras fuentes de financiación para costear los planes, a pesar de que despierten interés en el proceso de selección europeo. “Una parte la deberá poner la empresa”, sintetiza Cots.
“Se deberán devolver” los fondos
Jordi Solé, director ejecutivo de Kreedit --principal firma de financiación de pymes en España por volumen de fondos recaudados--, explica que las pequeñas empresas pueden encajar en los proyectos de digitalización y transición ecológica que se buscan desde la Unión Europea. Sin embargo, pone en duda que sea “el momento adecuado” para obligarlas a hacer estas inversiones y “dar un giro de volante”, teniendo en cuenta el golpe que les ha propinado la pandemia, que haría más convenientes ayudas “a fondo perdido”.
En cualquier caso, apunta los problemas que se derivarán del hecho de que Bruselas solo cofinancie los proyectos, ya que costará reunir el resto de la cantidad necesaria. “Los bancos no me dan más financiación, porque ya estoy sobreendeudado”, señala. En algunas casuísticas, “se deberán devolver” los fondos recibidos por incapacidad de ejecutar las iniciativas. “Será un caso recurrente”, augura.
Otras fuentes de líquido
Según Cots, estos problemas vienen derivados del hecho de que las ayudas Next Generation “se han diseñado en economías que han tenido ayudas directas. En Alemania, el Estado paga parte de la caída de la facturación”, ejemplifica. Por ello, los fondos no tienen la pretensión de salvar a las empresas de la quiebra --una necesidad más extendida en la economía española por el menor nivel de subvenciones inyectadas durante la pandemia--, sino de apostar por la innovación.
En cualquier caso, recomienda a las compañías que antes de acudir a la financiación europea, se ocupen de reestructurar sus cuentas, aprovechando el nuevo decreto que permite extender el plazo de los préstamos ICO, convertirlos a deuda participativa y hacer quitas en algunos casos. Solé coincide en que las pymes no deberían contar con los fondos europeos como principal fuente de financiación, y añade que la limitación de las ayudas públicas y la reticencia de los bancos a dar más crédito a sociedades ya considerablemente endeudadas hacen de las ampliaciones de capital con nuevos inversores una de las fuentes de financiación con más potencial en los próximos meses.