Los sindicatos presionan al BBVA con una huelga inédita para rebajar el ERE
El plan de recolocaciones y los despidos de los menores de 50 años frenan el acuerdo entre los trabajadores y la entidad
2 junio, 2021 00:00La negociación del expediente de regulación de empleo (ERE) de BBVA encara su recta final. A menos de tres días para que concluya la fase de consultas, los principales sindicatos del banco --CCOO, UGT y ACB, que representan el 70% de la afiliación-- redoblan su presión con una jornada de huelga en todas las sucursales del grupo. Los comités han ampliado el perímetro de los paros parciales convocados los pasados 25 y 31 de mayo, animados por el "gran seguimiento" que, según fuentes sindicales, obtuvieron ambas movilizaciones.
El órdago de los trabajadores llega tras algunas mejoras en las condiciones del ajuste. La entidad se avino la semana pasada a rebajar la afectación del expediente --de 3.805 a 3.305 empleados--, redujo la antigüedad mínima de las indemnizaciones y extendió las prejubilaciones a los menores de 50 años. Ayer mismo, el banco también ofreció compensaciones económicas por movilidad geográfica derivada de la reestructuración. Pero los sindicatos piden más. Ambas partes se han emplazado a dos reuniones adicionales el jueves y el viernes para acercar posturas, aunque los interlocutores de los trabajadores se muestran escépticos sobre el resultado de estos encuentros.
Sindicatos: "No hay acuerdo"
"Hoy por hoy no hay acuerdo", resume Isabel Gil, secretaria general de CCOO en BBVA. "Hemos hecho muchas propuestas y ahora le toca a la empresa mover ficha", añade. El desánimo se extiende a los representantes de UGT y ACB. Francisco Javier Rojano, secretario general de UGT, coincide en que "las posiciones están alejadas" y ven "la situación complicada". Francisco Egea, máximo representante de ACB (Asociación Cuadros Banca), apunta en la misma dirección: "Ahora mismo la posición está distante, pero esperamos movimientos de acercamiento de aquí al día 3". Los empleados son conscientes de que si no firman el acuerdo, el banco podría recurrir a las condiciones estándar fijadas por el Estatuto de los Trabajadores.
Pero están dispuestos a correr ese riesgo. Las organizaciones laborales cargan contra los despidos forzosos anunciados tras los buenos resultados de la entidad durante el primer trimestre de 2021. De hecho, BBVA sobrepasó entre enero y marzo de este año las pérdidas del año pasado, y llegó a superar sus números de la etapa pre-Covid. Los sindicatos se apoyan en este marco económico para criticar el ajuste y, en concreto, las condiciones ofrecidas en las cuatro franjas de edad del ERE --menores de 50 años, entre 50 y 54 años, entre 55 y 62 años y más de 63 años--.
Más categorías de edad
El mayor escollo para la parte social se halla en los despidos del colectivo más joven, máxime cuando la edad media de la plantilla redondea la cincuentena. Mientras la compañía ofrece una indemnización de 33 días por año trabajado con un tope de 20 mensualidades --más primas acumulativas por cada tres años de antigüedad y una escala de primas de voluntariedad--, los comités quieren elevar la cifra hasta 45 días por año cotizado.
Además, los sindicatos buscan subdividir otros segmentos de edad cercanos a los 50 años para atender mejor sus necesidades y proponer medidas que respondan mejor a la demografía de los asalariados de la entidad. Así, piden distinguir entre los trabajadores de 50-52 años, para quienes piden el pago de seis veces el 65% del salario, y los de 53-54 años, para los que quieren una renta temporal del 75% del salario. En ambos casos, se exige también un convenio especial hasta los 64 años con revalorizaciones anuales.
Dudas sobre las recolocaciones
En los dos grupos de mayor edad, los sindicatos reclaman elevar el porcentaje del salario del 70% al 80% (entre 55 y 62 años), además de la replicación del convenio especial hasta los 64. El único colectivo cuyas condiciones concitan acuerdo con los mayores de 63 años, para quienes la entidad ofrece una indemnización de 20 días por año (con un máximo de 12 mensualidades).
Otra cuestión que concita dudas entre los afectados es el plan de recolocaciones encargado por BBVA a la firma Randstad. "El plan está bien como opción y no se puede despreciar. Pero el entorno del mercado laboral va a ser muy hostil tras el fin de los ERTE. La solución no pasa por aquí, sino por salidas no traumáticas", destaca Egea. "Sinceramente, viendo cómo está el mercado laboral dudo de las recolocaciones. El acuerdo es ambicioso por parte de Randstad, pero más allá de grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla, donde quizá se puedan garantizar los puestos, en otros sitios lo veo más difícil", expresa Rojano.
Movilización inédita
El tour de force de los sindicatos es inédito en el escenario bancario español. Fuentes del sector recuerdan una convocatoria similar en 1991 en la extinta Caja Postal de Ahorros. Durante el proceso de absorción de la banca pública nacional que daría lugar a Argentaria, en la que se vio inmersa Caja Postal, la plantilla organizó una huelga masiva en las sedes del grupo. Los portavoces sindicales esperan que la movilización coseche el apoyo de las bases, sobre todo en las áreas más afectadas --las cuatro provincias catalanas, Cáceres y Córdoba--, aunque reconocen el "cansancio" de algunos afectados tras las protestas de las últimas semanas. El pasado 17 de mayo, unas 6.500 personas se concentraron frente a 21 oficinas de la compañía en toda España.
Tampoco contribuye la falta de coordinación entre los sindicatos mayoritarios y los minoritarios --CGT, SEC, CIC, CIG, ELA, SCAT y LAB--. Estos últimos convocaron su propia huelga el pasado 26 de mayo y se han descolgado durante el proceso de la búsqueda de una agenda común y han formulado sus propias reivindicaciones. Además, pese al rechazo de la parte social a los términos de la reestructuración, la resiliencia de los empleados está tocada tras un procedimiento de alta conflictividad. Este miércoles se medirá la fuerza de los trabajadores en la calle.