Norwegian Air Shuttle liquidará su red de vuelos de largo radio como parte de un plan de reestructuración para convertir en viable la aerolínea. La compañía aérea se centrará en su red europea para recuperar tracción, aunque ello conlleve liquidar las rutas intercontinentales a bajo coste, cinco de ellas desde Barcelona. Antes del Covid-19, la operadora volaba de la Ciudad Condal a Nueva York, Los Ángeles, San Francisco --desde 2017-- y, desde 2019, a Chicago. En verano de 2017 abrió Miami, pero la suspendió en invierno durante 2018 por problemas en los motores de sus aviones B787. Según la nota emitida por la compañía [leer aquí], los cinco vuelos desaparecerán en un futuro, propinando un duro revés al aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, que perderá un repóker de conexiones a Estados Unidos de golpe.
En el comunicado, Norwegian admite que la nueva etapa pos-Covid19 de la empresa no pasa por mantener los vuelos intercontinentales a bajo coste. "No esperamos que la demanda de los clientes en el segmento del largo recorrido se recupere en un futuro próximo, y nuestro enfoque se centrará en desarrollar nuestra red de corto recorrido a medida que salgamos del proceso de reorganización”, ha señalado Jacob Schram, consejero delegado de la compañía. "Es con gran pesar que debemos aceptar que ello afectará a entregados compañeros por toda la compañía. Me gustaría agradecer, a cada uno de nuestros colegas afectados, su incansable dedicación y contribución a Norwegian a lo largo de estos años", ha agregado el alto directivo.
"La demanda es muy incierta"
En su comunicado público, que confirma una novedad avanzada en diciembre por CH Aviation, el grupo aéreo noruego justifica su dura decisión de retirarse del mercado de largo radio, también desde la capital catalana, donde competía, entre otros, con Level, del grupo IAG. "La demanda futura sigue siendo muy incierta. En estas circunstancias, una operación de largo radio no es viable para Norwegian y, por lo tanto, dichas operaciones no proseguirán", reconoce la operadora.
¿Qué pasará ahora? "La consecuencia de esta decisión es que los consejos de administración de aquellas entidades legales que emplean principalmente tripulantes de larga distancia en Italia, Francia, Reino Unido y Estados Unidos han entablado contacto con administradores concursales", aclara la aerolínea. ¿Podrían volver los vuelos desde Barcelona a EEUU en el futuro? La pregunta queda abierta. "Norwegian continuará evaluando oportunidades rentables a medida que el mundo se adapte y se recupere del impacto de la Covid-19", apostilla la compañía aérea.
Prioridad: la red europea
La noticia de que Norwegian contrae su operación de largo radio lleva una derivada aparejada: el mercado donde la empresa sí continuará compitiendo. Es su red europea. "El plan actual pasa por atender estos mercados con alrededor de 50 aviones de pasillo único en operación en 2021 e incrementar dicho número a alrededor de 70 aviones de pasillo único en 2022", ha prometido la aerolínea. "Al centrar nuestra operación en una red de corto radio, nuestro objetivo es atraer a inversores nuevos y existentes, servir a nuestros clientes y respaldar la infraestructura y la industria del transporte y el turismo en Noruega y a lo largo y ancho de los países nórdicos y de Europa", ha avanzado Schram.
La nueva Norwegian, centrada solo en Europa, será más atractiva para los inversores. Lo cree la empresa, que ha avanzado que buscará reducir deuda hasta los 1.934 millones de euros al cambio, y levantar hasta 483,6 millones de euros con una triple estrategia para captar capital. Lo que es más: ya hay inversores interesados en entrar en el grupo. "La empresa ha recibido una muestra de interés concreta en participar en la colocación privada. Norwegian ha reiniciado recientemente un diálogo con el Gobierno noruego sobre una posible participación estatal basada en el nuevo plan de negocio", ha precisado la firma escandinava.
Mazazo para El Prat
Sea cual fuere la estrategia de la compañía aérea, lo cierto es que la decisión de Norwegian de fulminar los vuelos a Estados Unidos tiene una consecuencia directa sobre el aeropuerto de El Prat de Barcelona. El hub aéreo catalán perderá --cuando amaine la crisis sanitaria-- cinco rutas intercontinentales de golpe y, con ello, conectividad aérea. La instalación quedaba a expensas de otras reprogramaciones de operadores durante los últimos compases de la pandemia del coronavirus, que se prolongarán durante buena parte de 2021. De hecho, el sector turístico ya da por perdido el verano del año en curso, habida cuenta de que la vacunación contra la infección no avanza al ritmo esperado.
Cuando la inmunidad de grupo sea una realidad, y el Covid-19 sea historia, sobre el tapete quedará la estacionalidad del segundo mayor aeropuerto español tras Adolfo Suárez Madrid-Barajas, amén de otros interrogantes. El primero es la afectación directa sobre la plantilla de Norwegian en El Prat y el impacto económico en la Ciudad Condal a corto plazo. El segundo, si Comité de Desarrollo de Rutas Aéras de Barcelona (CDRA) hallará otro operador interesado en trabajar las rutas que abandona la aerolínea noruega. El tercero, en efecto, es quién heredará los slots que tiene la escandinava en el aeropuerto, si es que lo hace alguien. Y el cuarto es la configuración de la instalación aérea, que en febrero de 2018 presentó un plan de ampliación para llegar a los 70 millones de pasajeros al año. Ligado a este punto está el mix en la ciudad aérea: no en vano, algunos sectores han alertado desde hace años que está demasiado centrada en las aerolíneas de corto radio y bajo coste, cuya huella económica es menor para la segunda mayor ciudad española.