Repsol abre la puerta a repartir un dividendo extra por la recuperación del petróleo
La compañía ampliará la remuneración al accionista en caso de que el barril supere los 60 dólares y no encuentre un proyecto renovable que se ajuste a sus objetivos de rentabilidad
27 noviembre, 2020 00:00El nuevo plan estratégico de Repsol incluye un programa de remuneración al accionista superior a los 6.000 millones en los próximos cinco años, que incluso podría incrementare en caso de que el comportamiento de los precios del petróleo superara las expectativas de la empresa. Un barril de crudo por encima de 60 dólares abre de par en par la puerta a un posible dividendo adicional toda vez que superaría en un 20% el precio medio presupuestado en el plan y que permite su autofinanciación.
No se trata de la única alternativa que el grupo energético contempla para el caso de que sus previsiones de 50 dólares por barril para el periodo 2021-2025 se revelen como demasiado conservadoras. En este escenario, Repsol también baraja incrementar la inversión prevista en proyectos de renovables, cuantificada en el plan en 5.500 millones de euros.
Alternativa a la inversión
El consejero delegado de la empresa, Josu Jon Imaz, explicó a los analistas que esta prioridad tan sólo se convertiría en realidad en el caso de que Repsol hallara una oportunidad de inversión que se adaptara a sus elevadas exigencias de retorno, de dos dígitos.
“Si no encontráramos proyectos rentables, consideraremos una remuneración adicional para el accionista”, apuntó Imaz, que hizo hincapié en que este capítulo es uno de los factores fundamentales del plan. “Queremos tener unos dividendos competitivos, sí o sí”.
Sin tocar la deuda
De hecho, en un escenario totalmente opuesto, es decir, si los precios en los mercados de materias primas se comportan peor de lo esperado y el barril de Brent se va por debajo de 40 dólares, la remuneración al accionista no correría peligro.
En esta situación, Repsol está dispuesto a revisar a la baja sus cifras de inversión en upstream (exploración y producción) para poder atender sus compromisos de dividendos sin necesidad de incurrir en mayor endeudamiento.
Compromiso con el 'rating'
Precisamente, éste es otro de los elementos clave del plan: desarrollarlo de manera que la cifra de deuda al cierre de 2025 sea muy similar a la actual. “Estamos muy comprometidos con el rating de la compañía y por eso vamos a estudiar cada céntimo que invirtamos para cuidarlo, creemos que es lo mejor para Repsol”, aclaró Imaz a los analistas tras presentarles el plan.
No obstante, el ejecutivo no contempla un escenario central con un barril a menos de 40 dólares. Será difícil encontrar una situación tan complicada como la de este 2020 que, salvo más sobresaltos, finalizará con un precio medio de entre 42 y 43 dólares.
Recompra de acciones
El programa de remuneración al accionista de Repsol contempla el mantenimiento de un “dividendo de resiliencia” de 60 céntimos de euro por acción hasta 2022 y, a partir de ahí, incrementos anuales de cinco céntimos hasta alcanzar los 0,75 euros por título en 2025.
En paralelo, a partir de 2022 Repsol recomprará 50 millones de acciones cada año, a lo que destinará entre 1.400 y 2.000 millones de euros para complementar el plan.
Un socio para crecer
Imaz también desveló a los analistas algunos detalles sobre la única desinversión prevista por Repsol, que servirá para poner en valor su unidad de generación de bajas emisiones, a través de una salida a bolsa o bien la entrada de un socio minoritario.
El consejero delegado aseguró que Repsol no priorizará ninguna de las opciones pero, en cualquier caso, ejecutará la operación en un plazo de año y medio. En el caso de que decida la incorporación de un socio, Imaz apuntó que su perfil no sería, en ningún caso, el de un fondo en busca de una rentabilidad a medio plazo. “Queremos a alguien que nos ayude a crecer, que entienda el negocio; no nos interesa un fondo que venga a cosechar”. En este sentido, consideró que una posible opción sería la de un accionista financiero.
Múltiplos adecuados
Repsol prevé lograr por esta operación ingresos de unos 1.400 millones de euros y seguir manteniendo una posición de control en la filial. A cierre del pasado ejercicio, las compañías de renovables cotizaban con unas ratios de entre 20 y 30 veces ebitda.
Si se cumplen las previsiones de Repsol, su unidad de bajas emisiones cerraría 2022 con un resultado bruto de explotación en torno a 120 millones de euros, lo que per permitiría alcanzar su objetivo con los múltiplos que manejan los mercados.