¿Hay razones para que la banca tema un Gobierno con Podemos?
El sector advierte de que no se ha movido ni un euro y reclama una calma que ha llegado a los mercados tras el fin de las incertidumbres del ‘Brexit’ y el pacto EEUU-China
15 diciembre, 2019 00:00La negociación que tiene lugar en las últimas semanas entre PSOE y los independentistas catalanes para facilitar la investidura y propiciar que el Gobierno de coalición entre socialistas y Podemos llegue a buen puerto arrastra al barro a un sector, la banca. Las entidades están en el ojo del huracán ante los cambios legislativos que puedan afectarles y que la formación de Pablo Iglesias ha puesto sobre la mesa en la larga campaña electoral que ha marcado casi el último año en el país. ¿Pero hay razones de peso para este temor?
Fuentes de los grandes grupos financieros señalan que se debe diferenciar entre lo que se trata de anuncios políticos y medidas reales que se pueden aplicar. Ante los mensajes más catastrofistas, destacan que “no se ha movido fuera de España ni una sicav” desde que se anunció el pacto. “No hay fuga de capitales”, sentencian.
Moderación en los mensajes
El sector reclama que se moderen los mensajes, porque reconoce que “el politiqueo” en el que se ha visto inmerso perjudica. Mantiene que las alarmas no se han disparado, y llega a afear entre líneas ciertos mensajes que se han mandado desde la CEOE. Las advertencias de la patronal dirigida por Antonio Garamendi sobre los posibles cambios legislativos que se pueden impulsar y que pasarían por un incremento de la fiscalidad, con una tasa específica de nuevo cuño para el sector financiero, contrastan con las valoraciones de las organizaciones empresariales catalanas. Tanto Foment del Treball como Pimec. “No pongamos el carro delante de los bueyes”, remarcan las fuentes consultadas.
Todo ello, tras un cambio de calado en las entidades españolas. Los banqueros han adoptado un perfil bajo tras la recesión de la última década y son más contenidos a la hora de mandar mensajes con algún tipo de contenido político, en especial en los grupos donde ha habido relevos en las cúpulas. Se ha sido incapaz de revertir una caída de reputación y el entorno es cada vez más complejo para el negocio tradicional.
Cambios en el sector
No hay previsión de que los tipos de interés suban como mínimo en el corto-medio plazo; la regulación que les afecta es “excesiva”, tal y como reconocen los analistas financieros; la demanda de crédito es aún muy limitada y, para acabar de completar este escenario pesimista, se está inmerso en el reto de la digitalización.
El cambio tecnológico lleva a la banca tradicional a competir con firmas de nuevo cuño e incluso start ups con unas estructuras mucho más ligeras y sin la mochila a sus espaldas de las operaciones (buenas y malas) de décadas anteriores. Por lo que se está obligado en cierta medida a intentar limar asperezas e intentar tejer complicidades con los respectivos Gobiernos de turno.
Acercamiento a Gobiernos
Bloomberg recordaba esta semana el trabajo que ha hecho la presidenta de Banco Santander, Ana Botín, en este sentido con los Ejecutivos Latinoamericanos. Los viajes que ha propiciado al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, a Cantabria, cuna original del grupo y de donde son originarios algunos de los ancestros del político (con visita al presidente regional, Miguel Ángel Revilla, incluida). O cómo se convirtió en la primera banquera en conocer al actual presidente de Argentina, el peronista Alberto Fernández, cuando ya estaba claro que iba a ganar las elecciones.
La entidad es una referencia en ambos países, igual que el BBVA en México. Con todo, Carlos Torres no ha tenido un papel tan prolijo en darse a conocer en el territorio. Botín lo habría aprovechado en beneficio de la entidad. Sin ir más lejos, acaba de anunciar que unirá el negocio de este país y EEUU para crear la región Norteamérica que está llamada a ser un mercado clave en los próximos años.
Especulaciones que no mueven el capital
De vuelta a España, desde Renta 4 afirman que por “meras especulaciones nadie mueve el capital” de un territorio. Certifican que el “riesgo de país no se ve cercano”, aunque sí que reciben más consultas de los inversores sobre los cambios que se podrían dar en el futuro. Destacan que el Gobierno en ciernes ha anunciado que quiere más gasto social y que éste requiere financiación, por lo que se espera más que presión impositiva. Pero las medidas que se puedan emprender tienen un límite: Europa.
La necesidad de ser rigurosos en el capítulo del gasto y de mantener el recorte de déficit público que se marca desde Bruselas unida a la figura de la futura responsable económica, una tecnócrata como Nadia Calviño, da tranquilidad. Cuestión aparte son las percepciones que se hayan instaurado y que, en gran medida, mueven el pulso de la economía.
‘Brexit’ y acuerdo comercial
Como la visión de que el crecimiento álgido de España ha llegado a su fin. ¿Por el futuro Gobierno? Las fuentes consultadas lo atañen más a la incertidumbre internacional y a otras derivadas locales, como las dudas que propicia precisamente el movimiento independentista catalán que tiene por ahora la llave de la legislatura.
La renta variable de la bolsa española ha sido de las más malas en Europa en el ejercicio que toca fin. Pero la semana ha concluído con dos acuerdos que han desatado el optimismo en los mercados, la mayoría absoluta de Boris Johnson en Reino Unido que despeja todas las incertidumbres respecto al Brexit y el pacto sellado entre EEUU y China que daría un respiro a la batalla comercial entre ambos territorios.
Previsiones económicas
El propio vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, pronosticaba esta semana que la eurozona tendrá un rebote a mediados de 2020. El FMI, la OCDE y la Comisión Europea contemplan que el avance del PIB español se quede en el 2,2% en el ejercicio en curso y llegue al 1,8% el año próximo, cifra que se podría revisar al alza, tal y como indican las fuentes consultadas, si se confirma la previsión.
Existe un optimismo moderado y el mensaje de la banca es claro: mejor disponer de un Gobierno en España, sea del color que sea, que prolongar más el ciclo electoral. Su peor perspectiva es mantenerse presos del politiqueo que denuncian.