Uso económico blindado. El Gobierno está dando todos los pasos para que se mantenga el uso económico en el Frente Marítimo de Barcelona. Los restaurantes y discotecas del Paseo Marítimo tendrán derecho de compra preferente de los locales que ocupan en estos momentos. Ello deja en agua de borrajas el plan de Barcelona en Comú, partido de Ada Colau, de destinar el espacio a una subsede del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), expulsando a, entre otros, Opium, Pachá, Shoko y Carpe Diem.
El Ejecutivo está poniendo orden a esta parcela de la franja litoral de Barcelona. Según ha informado el Ministerio de Transición Ecológica, la zona se desafectó al dominio público marítimo-terreste (DPMT) en junio, cuando venció la concesión que tenían desde los Juegos Olímpicos los 30 establecimientos de restauración y ocio nocturno. Este cambio es fundamental, explica un portavoz del ministerio, pues esta área ya no es dominio público, sino que ahora son terrenos patrimoniales gestionados por Patrimonio del Estado.
Subasta... con derecho preferente
¿Cuál es la situacion actual? Según el departamento que dirige Teresa Ribera en funciones, Patrimonio ha firmado contratos de alquiler con los negocios situados en esta parte del Frente Marítimo. Mientras dure el contrato de arrendamiento, se procederá a la enajenación patrimonial o venta de los terrenos. ¿Quién tendrá derecho de adquisición de una de las mejores zonas de Barcelona, al quedar frente al mar? Será "una subasta con derecho de adquisición preferente de los ocupantes", ha confirmado el Ministerio.
Así pues, los arrendatarios, los gestores de Opium, Pachá, Shoko y Carpe Diem, por citar los nombres más conocidos de los 30 locales que operan en esta zona, tendrán preferencia en la venta en ciernes. Deberán sus propietarios cerciorarse de la calificación del terreno que se les da la opción a comprar. El ministerio deja claro que el uso con el que se enajenará esta zona será la aprobada por el Plan General, quedando con el uso actual.
La reconversión de Ada Colau se tambalea
La decisión del ministerio de mantener los usos económicos en esta parte del Paseo Marítimo de la Barceloneta deja en una situación muy complicada el plan anunciado por BComú de expulsar a las discotecas y reconvertir la zona en uso científico. El desahucio de Opium, Pachá, Shoko y Carpe Diem y la posterior cesión al CSIC para su Instituto de Ciencias del Mar dependía de un cambio de calificación, tal y como avanzó la exconcejal de Ciutat Vella, Gala Pin, en mayo de 2019. La posición del ministerio parece ser la de mantener la actividad económica en esta zona. Ambos planes son antagónicos, aunque las competencias son del Estado, no del ayuntamiento.
En síntesis, las intenciones del Gobierno dejan tocada la reconversión del Frente Marítimo que anunció el anterior Gobierno municipal de Barcelona. Si las discotecas y restaurantes ejercen su derecho de compra de los terrenos que ocupan, quedarán blindados frente al lavado de cara que propuso BComú. La confluencia de izquierdas vuelve pues a tropezar con el cambio de rostro de la Barcelona litoral: en el vecino Puerto Olímpico pergeñó una transformación hacia dársena familiar que, hasta ahora, ha naufragado.