Tener una buena imagen personal en las redes sociales resulta fundamental a la hora de encontrar trabajo. La gran mayoría de empresas españolas (nada menos que el 81%) rastrean en ellas para conocer mejor a sus candidatos antes de decidir si los contratan o no. Que su importancia resulta crucial lo demuestra el hecho de que una de cada tres (el 34%) admite haber rechazado a alguno al ver lo que publican en sus perfiles.
Los principales motivos que llevan a los reclutadores a descartar a un aspirante tras evaluar su rastro en redes sociales son la apología de cualquier tipo de violencia o discriminación (72%), promover el consumo de drogas o alcohol (72%) y el uso de imágenes poco apropiadas (69%). La afiliación política no figura entre las causas más destacadas de rechazo, aunque aumenta un punto respecto al año anterior, hasta el 9%, según datos del estudio Talento Conectado. Nuevas realidades del mercado de trabajo.
Falta trabajar la marca personal
El informe, realizado por Infoempleo y Ey mediante encuestas a 4.537 candidatos y 291 empresas y profesionales de selección de personal, desvela que ocho de cada diez reclutadores (el 79%) creen que los candidatos no trabajan de forma adecuada su marca personal en social media, valorando con una media de 5,18 sobre 10 los perfiles que se encuentran durante sus búsquedas de talento. Pero también llegan a otra conclusión importante: la mayoría (56%) están convencidos de que los usuarios activos en redes tienen más oportunidades laborales que los que no lo son.
Algo que no resulta extraño si se tiene en cuenta que el 74% de las empresas utiliza las redes sociales como canal de intermediación laboral, siendo LinkedIn y Facebook las más utilizadas tanto por los aspirantes como por responsables de Recursos Humanos (RRHH) de las compañías.
Cuidar la imagen pública
José Luis Risco, director de esta materia de EY, reconoce que “pese a que la entrevista personal sigue siendo muy decisiva, los departamentos de RRHH tienen muy en cuenta las nuevas inquietudes de los candidatos, utilizando activamente las redes sociales”. Por ello, apunta, “el candidato debe cuidar especialmente la imagen pública que proyecta y estar en conexión con los valores y la cultura empresarial de la compañía”.
En lo referente a la búsqueda de nuevas oportunidades, los portales de empleo siguen siendo la primera opción a la que recurren los candidatos, siendo consultados por el 98% de ellos, seguido por las páginas web corporativas (95%) y las empresas de selección de personal (93%). Las redes sociales son otro canal muy utilizado para buscar trabajo, según admiten el 86% de los usuarios que, sobre todo, utilizan para estos fines LinkedIn (61%) y Facebook (52%). Los datos sobre su eficacia revelan que el 58% de los profesionales presentes en ellas aseguran haber sido contactados a través de estos canales para una oferta al menos una vez. Aunque el 60% finalmente no obtuvo el trabajo.
La imagen de las empresas
Pero la imagen pública en los canales digitales no sólo es importante para los aspirantes a un trabajo, sino también para las propias empresas. En su caso, para atraer talento y no verse penalizadas por otros aspectos. Y es que el 55% de los candidatos se replantearían solicitar un empleo en una empresa de la que tenga opiniones negativas. Y, en caso de ser elegidos, un 31% rechazaría la oferta.
Entre los aspectos que más les influyen a la hora de crearse una mala impresión sobre una empresa figuran el mal ambiente laboral (80%), los bajos salarios (65%), la falta de oportunidades de desarrollo profesional, tener responsables cuestionables (51%) o jornadas laborales demasiado largas (50%). Además de eso, el 75% de los candidatos compartiría su visión negativa de esa empresa con su círculo más cercano, y también a través de sus redes sociales o en algún otro espacio digital (16%).
Por lo que respecta al uso de las tecnologías en el proceso de selección, la mayoría de candidatos continúa prefiriendo el formato clásico y tradicional: la entrevista personal (en el 93% de los casos), o bien la telefónica (18,5%). Los entornos totalmente digitales no seducen tanto, puesto que sólo los elegirían el 8% de los encuestados, al igual que las entrevistas por vídeo.