Liberbank sigue adelgazando para llegar listo a la ‘boda’ con Unicaja
El banco asturiano reduce la plantilla en 200 empleados, cierra más de 100 sucursales, rebaja en 700 millones los créditos dudosos y en 600 los activos adjudicados
5 mayo, 2019 23:38Liberbank y Unicaja ya se conocen más que de sobra. No tienen nada que ocultar. Para lo bueno y para lo malo, ambos bancos ya saben lo que hay. Y solo falta el ‘sí quiero’ definitivo para alcanzar la fusión del que se convertiría en el sexto banco de España, con un volumen de activos que roza los 100.000 millones de euros. Por delante de Bankinter y por detrás de Sabadell.
Hubo hasta un pretendiente, Abanca --la entidad gallega controlada por el venezolano Juan Carlos Escotet-- que tiró los tejos a Liberbank, pero que al final se quedó con las ganas. Aunque cabe la posibilidad de que, con el tiempo, puedan llegar a formar un trío. Una opción que se barrunta como más que posible por las fuertes sinergias que se lograrían entre las redes de Abanca y Liberbank.
Cerrar la ecuación de canje
Solo falta por cerrar el gran detalle. El porcentaje que cada uno tendrá en el nuevo banco. Unicaja, por su mejor posición, inicialmente puso encima de la mesa un canje 60%-40%, pero Liberbank se negó en redondo, y ha hecho todo lo posible, en los últimos meses, para forzar un reparto más equitativo.
Llegó incluso a plantear un 53%-47%, inasumible para Unicaja. Y, ahora, el tira y afloja se mueve entre el 55%-45%, la ecuación de canje con más visos de prosperar.
Liberbank, afanado en mejorar sus ratios
Para arañar ese aumento de la participación, al banco asturiano presidido por Pedro Rivero y dirigido, como consejero delegado, por Manuel Menéndez, anda enfrascado en mejorar sus ratios de capital, rentabilidad y solvencia.
Lo ha conseguido, de manera parcial. Es verdad que, entre marzo de 2018 y marzo de 2019, ha rebajado un 5% la plantilla, con 200 empleados menos, para dejarla en 3.800. También ha procedido al cierre de más de 100 oficinas, hasta quedarse actualmente con 640.
1.300 millones menos de activos improductivos
Además, de su balance han desaparecido 1.300 millones de activos improductivos, hasta rebajar la exposición problemática por debajo de 3.000 millones, con 1.076 millones de créditos dudosos y 1.864 de adjudicados.
Todo este desagüe servía para aumentar la ratio de capital de máxima calidad (CET1 fully loaded) al 12,5%, pero apenas se dejaba sentir sobre la ratio de eficiencia. La que mide la productividad de una entidad y que resulta del cociente entre gastos de explotación y el margen bruto. O dicho de otro modo, la que relaciona los ingresos obtenidos con los gastos necesarios para sus consecución.
Eficiencia escasa, en el 63%
Cuanto menor sea esa ratio mayor será la eficiencia. Si es del 50% significa que necesita gastar 50 euros para ingresar 100. En el caso de Liberbank, tras estos ajustes, ha bajado, pero poco. Estaba en el 65% y ahora se sitúa en el 63%.
A partir de aquí, el tiempo apremia. La validez de las respectivas due dilligence finaliza el 30 de junio, con lo que para esa fecha deberá haber sido aprobada la fusión entre ambas entidades.
Informe de experto y juntas de accionistas
En cuyo caso, se requiere que las juntas de accionistas se celebren antes de esa fecha, con lo que deberán convocarse por parte de los consejos de administración antes de que finalice el presente mes de mayo, para lo que también necesitarán contar con un informe de experto independiente que evalúe los términos de la operación y su razonabilidad (la conocida como fairness opinion).
En caso contrario, tendrían que volverse a realizar las respectivas auditorías, poniendo en riesgo que la integración se produzca antes de que acabe 2019, como se había previsto.
Dirigentes y sede
En lo que sí parecen estar de acuerdo las dos entidades es que Manuel Azuaga, presidente ejecutivo de Unicaja, mantendrá el cargo en el nuevo banco, mientras que Manuel Menéndez, consejero delegado de Liberbank, también ocuparía el mismo puesto en la entidad resultante.
Y respecto a la sede social, se da por seguro que se quedaría en Málaga, un tanto de manera testimonial ya que el grueso de la actividad ejecutiva estaría en Madrid.