El ojo de los March les deja una plusvalía del 170% en Portugal

La familia March siguen haciendo gala de su buen ojo a la hora de invertir los rendimientos que, cada año, le reporta el negocio bancario. Así, acaba de iniciar el año 2019 con la venta de un activo en Portugal que, en dos años, le ha reportado una plusvalía del 170%.

En febrero de 2017 compraban el 44,81% de Gascan, compañía líder en la distribución de gas propano canalizado en el país vecino, y ahora acaban de traspasar el 40,3% por 36 millones, embolsándose unas ganancias netas de 22,6 millones de euros.

Primera inversión del nuevo fondo de la gestora Artá

Se trataba de la primera inversión realizada por el segundo fondo gestionado por Artá Capital y la primera fuera de España, con los 300 millones de euros captados.

Artá es una gestora de capital riesgo especializada en el ‘mid-market’ ibérico que cuenta con el respaldo del Grupo March --participada al 75% por Corporación Financiera Alba--, y que, a través de sus dos vehículos de inversión, gestiona cerca de 800 millones de euros en compañías ibéricas de capital privado. El resto del capital se lo reparten al 15% el equipo directivo y el 10% restante queda en manos de Mercapital.

160 millones en sociedades no cotizadas

Tras la salida de la lusa Gascan, Artá --bajo la dirección de Ramón Carné y Nicolás Jiménez-Ugarte--, mantiene participaciones en empresas como Alvinesa, MonBake, Satlink, In Store Media, Mecalux y TRRG Holding, valoradas en unos 160 millones de euros.

Normalmente, la estrategia de inversión de la gestora controlada por la familia March pasa por un mantenimiento medio de permanencia en las compañías de unos cinco años, procediendo a la salida en función del nivel de desarrollo de los planes de negocio y las condiciones del mercado.

En el caso de la desinversión en Gascan, tan solo dos años después de entrar en su capital, estaría relacionada por la llegada de una oferta que ha colmado sus expectativas.

Últimas operaciones

Hasta septiembre de 2018, los March, a través de Deyá Capital --su sociedad de capital riesgo gestionada por Artá-- compraba, por 9,4 millones de euros, el 3,7% de MonBake, el nuevo grupo resultante de la adquisición, por fondos gestionados por el fondo francés Ardian, de Panasa y Bellsolá, dos de las principales empresas españolas del sector del pan y la bollería ultracongelada.

Esta reinversión formaba parte de los acuerdos alcanzados con Ardian en la venta de Panasa, cuyo 26,5% los Alba habían vendido previamente por 88,4 millones de euros.

Una década de inversiones en pequeñas compañías

Los hermanos March montaron Deyá Capital en mayo de 2007, poco antes de estallar la crisis económica, con la vista puesta en la inversión de empresas españolas no cotizadas de tamaño medio y con una buena gestión. Además, abrían la puerta a más socios, aunque siempre manteniendo la participación mayoritaria de 51%.

Vieron un nicho de negocio que estaba desatendido, en un marco de fuerte competencia, con compras apalancadas en un mercado de precios desorbitados, apostando por no endeudar a las compañías y limitándose a inyectar capital, de entre 25 y 50 millones de euros. Desde entonces, las participaciones siempre han sido minoritarias --salvo alguna excepción--, pero significativas, para poder tomar parte activa en los consejos.

Al margen de la inversión en estas sociedades no cotizadas, la cartera ‘fuerte’ de Alba la formaban, hasta septiembre de 2018, nueve empresas cotizadas (Acerinox, BME, Cie Automotive, Ebro Foods, Euskaltel, Indra, Naturgy, Parques Reunidos y Viscofan), cuyo valor en libros rondaba los 2.930 millones de euros y contabilizaban una capitalización bursátil de 3.240 millones, resultando unas plusvalías latentes de 315 millones. También cuentan con inmuebles valorados en 343 millones de euros.