Joan Font le gana la partida a su hermano pequeño en Bon Preu
El empresario explica a los trabajadores que deja su cargo y responsabilidades societarias a favor de su hijo Abel para “facilitar el acuerdo entre socios”
8 enero, 2019 00:00Bon Preu abre este 2019 una nueva etapa con Joan Font en la presidencia y con su sobrino, Abel Font, como número dos de la compañía. Tal y como avanzó Crónica Global, su padre, Josep Font, ha decidido dar un paso atrás y le cede tanto el cargo ejecutivo como todas las responsabilidades en las empresas familiares vinculadas al grupo de distribución. Dejará la compañía en un movimiento que busca “facilitar un acuerdo entre los dos socios”.
Así lo explica en una carta que ha sido remitida a la plantilla de la empresa y a la que ha tenido acceso este medio. El aún vicepresidente asegura que busca un “último esfuerzo para proteger el grupo”, una explicación que desde la compañía se considera que supone una victoria del presidente. Se ha hecho el pretendido relevo generacional, pero tan sólo a medias. Joan Font asegura ahora su papel de primer ejecutivo.
Problemas entre hermanos
Cabe tener en cuenta, tal y como apuntan otros interlocutores conocedores de la pugna familiar que aún está viva, que la gestión de Bon Preu nunca ha sido discutida. A pesar de que la política ha sido otro de los drivers que se ha impulsado en la empresa y que no siempre se han defendido ciertos postulados de defensa del independentismo, los resultados avalan el trabajo que se ha hecho.
El conflicto parte de la forma de entendimiento entre hermanos. La cada vez menor incidencia de la voz del segundo ejecutivo para definir la estrategia y en la toma de decisiones unilateral que hacía su hermano mayor. La gota que colmó el vaso fue la de revisar las retribuciones, se señala.
Relevo tranquilo
El la nota a los trabajadores que se ha divulgado este lunes, el aún vicepresidente indica que deja en manos de su hijo “mi cargo ejecutivo en la primera línea” y que también le ha designado “nueva representante de Espai d’Inversions y, por lo tanto, administrador solidario de todas las empresas del grupo Bon Preu”. Además, deja claro que planea un relevo tranquilo. “Acompañaré a mis hijos y al grupo el tiempo que sea necesario para asegurar una buena transición”, sentencia.
Imagen de un trabajador en uno de los supermercados de Bon Preu / BP
Josep Font recuerda que el nuevo vicepresidente “ha crecido desde el primer día al lado de la empresa” y que se ha “formado a consciencia para asumir este reto”. Ha conseguido su experiencia tanto en las aulas como gestor de la firma de inversiones en start up familiar, Turtle Investments.
“Nos aportará sabia nueva, juventud, fuerza, dinamismo y energía”, destaca. También agradece que su otro hijo, Jordi, haya sido “generoso” y le haya cedido la responsabilidad.
Evitar la segregación de activos
Respecto a la pugna familiar, Josep Font relata que “mi hermano promueve una ruptura de Bon Preu” que él no apoya. “Creemos firmemente en que una partición de la empresa comporta un riesgo innecesario y evitable” y que el “coste fiscal de este movimiento podría suponer un gasto para el grupo mucho muy superior a los beneficios que genera” cada año.
La cadena de distribución familiar empezó con una parada de mercado y ha acabado con una facturación que superaba los 1.000 millones de euros en 2016. Se da por sentado que en el ejercicio que acaba de terminar se repetirán las buenas cifras económicas, muestra de la buena marcha de la empresa y, tal y como apuntan los mismos interlocutores, de la falta de incidencia de la pugna familiar en los resultados.
Pugna judicial
Pero se quiere llegar a un acuerdo que acabe con la pugna judicial que se mantiene. El conflicto entre hermanos que ahora está en la Audiencia de Barcelona y que ha propiciado que se mantengan sin aprobar las cuentas de 2015, 2016 y 2017. “Nuestro principal objetivo es salvar la unidad del grupo y asegurar la continuidad de esta excelente empresa familiar, por encima de los personalismos”, remarca Josep Font en su carta a los trabajadores.
Se muestra confiado en que la tercera generación de la familia sea capaz de “superar las diferencias personales existentes hoy en día los dos hermanos”. Todo ello, sin perder su perfil de “empresa familiar”.