Sonora andanada del sector turístico al Ayuntamiento de Barcelona
Comerciantes, restauradores y hoteleros acusan al consistorio de radicalizar el debate, demonizar la primera actividad de la ciudad y provocar que se escapen inversiones
26 enero, 2017 17:50El sector turístico carga de nuevo contra Ada Colau. No es ningún secreto que los intentos del Ayuntamiento de Barcelona para frenar la saturación turística en la que está inmersa la ciudad a través de políticas restrictivas han causado polémica; ni tampoco que no gustan nada a comerciantes, restauradores y hoteleros. La última muestra, una carta conjunta de varias asociaciones de estos gremios que pretende ser un documento que contribuya a la reflexión en la que tachan las medidas de la alcaldesa de la capital catalana de radicales.
Según el escrito, que firman el Gremio de Hoteleros, Comertia, Barcelona Oberta, el Gremio de Restauración y el Consejo de Gremios de Comercio, Servicios y Turismo, el ayuntamiento es responsable de la “demonización” de la actividad turística y de “echar a perder la oportunidad de diseñar, con el máximo consenso, un modelo sostenible”.
La misiva insiste en la importancia que tiene el turismo en Barcelona, que recibe cada año unos 34 millones de visitantes, y en que los efectos de la última crisis habrían sido “mucho más graves” sin la aportación de los ingresos que reporta la actividad. Las políticas del consistorio, aseguran, han provocado que se escapen inversiones de las “principales marcas hoteleras del mundo”. Y afirman que generan inseguridad jurídica.
Propuestas y quejas
Comerciantes, hoteleros y restauradores se unen así en una queja en la que sugieren también algunos cambios. Una de sus propuestas es permitir el crecimiento hotelero sostenido en toda la ciudad, en referencia a la moratoria que dura desde que llegó Colau al equipo de gobierno municipal. En este sentido, sugieren también la posibilidad de restaurar para uso hotelero edificios históricos.
En materia de comercio, reclaman un trato igual entre todos los ciudadanos, “sin discriminación de ningún tipo”, es decir, que no solo se proteja a los vecinos de los posibles efectos negativos del turismo sino también a los comerciantes en la actividad económica que llevan a cabo.