¿Es realmente factible el turismo espacial?
Lo que parecía una realidad a la vuelta de la esquina tropieza con los problemas tecnológicos para rentabilizar el sistema
8 mayo, 2016 23:39El turismo espacial es una promesa desde 2009, el año que inicialmente fijó el magnate Richard Branson para iniciar los vuelos espaciales para los bolsillos más acaudalados con la aerolínea Virgin Galactic. Las agencias más lujosas incluían el destino en sus exclusivos catálogos y había lista de espera para subirse en una de las naves espaciales suborbitales.
Nunca se han llegado a comercializar. De hecho, el accidente que protagonizó en noviembre de 2014 el SpaceShip Two del grupo, que explotó en un vuelo de prueba tripulado, ha dejado el proyecto en el aire. La investigación abierta posteriormente demostró que fue un error humano el que propició que la aeronave estallara tras una maniobra, provocando la muerte del copiloto, Michael Alsbury, y heridas graves en el piloto, Pete Siebold.
Proyecto congelado
Era el segundo vuelo de prueba que emprendía Virgin Galactic y demostró, según los expertos del sector, que la tecnología aún está muy verde como para plantear un negocio real.
Branson no ha cancelado formalmente la iniciativa, pero sí que ha pospuesto por enésima vez el inicio de operaciones (la última estimación era empezarlas el pasado febrero) y ha congelado el desarrollo del negocio. Aún quiere llevar a turistas al espacio, pero debe trabajar en los medios técnicos necesarios para poder hacerlo con suficientes garantías de seguridad.
El caso de Zero2infinity
En el plano nacional, un caso parecido es el del grupo Zero2Infinity. Fundado en 2009 por el emprendedor José Mariano López-Urdiales, trabaja en desarrollar un globo que sea capaz de volar por encima del espacio aéreo, a 36 kilómetros de altura, desde Córdoba y Canarias.
La compañía mantiene que ha recibido una gran demanda de interesados, especialmente porque el coste de montarse en alguno de sus globos está por debajo de los 130.000 euros, un precio competitivo si se compara con otras iniciativas en el mismo sentido. El problema es que el primer globo se debería haber fletado en 2014.
Captación de financiación
El desarrollo del proyecto fue más lento de lo previsto y se pospuso el vuelo inicial hasta 2016, aunque fuentes del entorno de López-Urdiales aseguran que no será posible. De nuevo, la tecnología no está suficientemente madura y trabajar en mejorarla es muy caro.
Branson es un magnate y lo afronta en gran medida con su patrimonio particular y con las aportaciones de inversores privados que confían en la experiencia del empresario. Zero2Infinity sigue el mismo camino que cualquier otra compañía fundada por un emprendedor: de los FFF (friends, fools and family) a las rondas de financiación para captar primero capital semilla y fondos para desarrollar el negocio después. Todo ello, con el trabajo añadido de dar a conocer la iniciativa y despertar el interés de los inversores potenciales que consoliden la empresa. Su hándicap es que necesita un respaldo económico superior.
Proyecto en desarrollo
Los primeros pasos de Zero2Infinity recibieron el apoyo de perfiles incluso como Caixa Capital Risc, el vehículo de inversión en nuevas iniciativas de Caixabank que tiene prestigio por apoyar a grupos con recorrido. Tras los dos años en los que el emprendedor puede devolver la inversión inicial, el grupo decidió convertir el préstamo participativo, algo habitual. Lo que no es tan normal es que la haya diluido en las últimas rondas y decline participar en ellas, a pesar de que tiene otras iniciativas para apoyar a proyectos en otras etapas de desarrollo.
La empresa con sede en Cerdanyola del Vallès (Barcelona) sigue en marcha a pleno rendimiento para conseguir la rentabilidad del turismo espacial. Mantiene la búsqueda iniciada en 2014 de 12 millones de euros para lanzar vuelos experimentales con tripulación, aunque los retrasos en el desarrollo tecnológico y el accidente de Virgin Galactic les afectó, mantienen las mismas fuentes. Zero2Infinity se ha topado con verdaderas dificultades para completarla, añaden.
El turismo espacial será una realidad, indican otros interlocutores del sector. Cuándo, es un cuestión que queda en el aire. No se espera que sea en el corto plazo.