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El impuesto de sociedades va camino de convertirse en residual

La competencia entre los países europeos ha llevado a reducir el tipo de este tributo en hasta 38 puntos en apenas dos décadas

28 julio, 2015 20:56

Al paso que lleva Europa, en pocos años el impuesto de sociedades por el que las empresas pagan a Hacienda en base a los beneficios obtenidos habrá casi desaparecido o simplemente será un ingreso residual para los estados. La carrera por hacerse la competencia entre países es tal que tanto la base imponible como el tipo nominal del tributo se encogen a pasos agigantados.

Ese camino lleva a una disminución de los ingresos del Estado que sólo se puede compensar con otras figuras tributarias con menos fugas, como las que graban el consumo, o sencillamente prestando menos servicios a los ciudadanos.  

Los países europeos compiten entre ellos para evitar que las empresas elijan otro territorio con mejores condiciones fiscales para declarar sus beneficios. De ahí que Suecia, por ejemplo, haya bajado 38 puntos el tipo de su impuesto en los últimos 20 años. Austria lo ha reducido en 36, mientras que Alemania le ha restado 33.

País Año Diferencia
2014 - 1985
1985 1990 1995 2006 2013 2014
Alemania 63 58 57 25 30 30 -33
EE.UU. 50 38 39 40 39 39 -11
España 35 35 35 35 30 30 -5
Francia 50 37 37 33 36 38 -12
Grecia 44 40 40 29 26 26 -18
Holanda 43 35 35 30 25 25 -18
Irlanda 50 43 38 13 13 13 -38
Reino Unido 40 34 33 30 23 21 -19
Promedio 40 41 38 30 28 28 -21


Carrera para dar facilidades

En lugar de ponerse de acuerdo en sentido contrario, tratando de impedir que una empresa pueda imputarse los beneficios en una sede casi sin actividad únicamente por sus condiciones fiscales, lo que hacen es dar más facilidades que el vecino.

En marzo de 2011 la Comisión Europea aprobó una propuesta de directiva sobre la definición de una base imponible común, pero sigue durmiendo en los cajones de los despachos. Bruselas lleva 10 años discutiendo la cuestión. La OCDE, consciente de la gravedad del problema, ha propuesto el plan BEPS, que va en el mismo sentido: 15 actuaciones para evitar que las empresas dejen de pagar por los beneficios que obtienen allí donde se producen.

Actividades trasladables

Pese a la existencia de los paraísos fiscales, que son la explicación última de esa tensión, los países se deberían poner de acuerdo para cerrar las vías de escape ya que las actividades que parecen muy trasladables --móviles-- desde la perspectiva de un país pueden ser menos elásticas para una agrupación de países como la UE o la OCDE.

Fedea ha publicado un trabajo de José Ignacio Conde-Ruiz, de la Universidad Complutense (Reflexiones sobre la fiscalidad de las grandes empresas multinacionales en España) en el que defiende la eficacia de esos acuerdos porque un fabricante de automóviles puede elegir "entre España y Alemania  para montar una planta, pero le será muy difícil hacerlo fuera del territorio de la UE".

Costes de producción frente a los tributarios 

Una de las derivadas de la existencia de unos gravámenes tan distintos entre diferentes territorios es que al final las decisiones de inversión para montar centros productivos se dirijan a países con altos costes, no competitivos, pero con impuestos bajos.

Una de las propuestas más interesantes que se han hecho hasta el momento para combatir esta tendencia la ha hecho el famoso economista francés Thomas Piketty. Sugiere a la UE que cree una base imponible común para el impuesto de sociedades en toda la Unión a un tipo del 20% y otro tramo federal del 10% que sería recaudado por Bruselas y que serviría para nutrir un verdadero presupuesto con el que trabajar los temas pendientes de la consolidación comunitaria.