Mohamed Houli Chemlal (i), Youssef Aalla (c) y Younes Abouyaaqoub se fotografiaron con los explosivos y haciendo el signo de la fe islámica

Mohamed Houli Chemlal (i), Youssef Aalla (c) y Younes Abouyaaqoub se fotografiaron con los explosivos y haciendo el signo de la fe islámica

Vida

Los yihadistas de Barcelona y Cambrils burlaron todos los indicadores de los Mossos d’Esquadra

Los mandos de la policía autonómica reconocen que nada levantó sus sospechas, a pesar de que la radicalización fue un proceso de varios meses

8 agosto, 2018 01:27

La radicalización de los terroristas que prepararon y perpetraron los ataques contra Barcelona y Cambrils en ningún caso fue rápida. El cerebro de la célula, el imán Abdelbaki Es Satty, fallecido en la explosión de la casa de Alcanar (Tarragona), centro de operaciones, trabajó, al menos, durante un año con ellos, a escondidas, en una furgoneta. Pero también en la mezquita. Sin embargo, los chicos lograron burlar todos los filtros de los Mossos d’Esquadra en materia yihadista.

Nadie detectó nada. Ni en la escuela, ni en el entorno, ni en Ripoll, ni en Alcanar, ni la policía local y, ni mucho menos, los agentes de los Mossos. Los chicos parecían integrados. Se relacionaban con normalidad con el resto. Hablaban castellano y catalán. Pero, poco a poco, se fueron convenciendo de que los “españoles son malos”, como defendió uno de ellos ante su primo, que lo ha explicado, y de que querían sembrar el terror.

Más cariñosos con la familia

Según aparecen nuevos datos del sumario, se ve que los yihadistas (en la célula había cuatro parejas de hermanos) perdieron el miedo a morir pocas semanas antes de los ataques, durante el Ramadán previo a ese trágico verano. A partir de ese momento se mostraron más cariñosos con sus madres y con la familia, más atentos con sus allegados. Una actitud que no tiene por qué significar la radicalización, pero que acostumbra a levantar sospechas.

No fue así. Ninguno de los agentes de los Mossos formados en procesos de radicalización detectó ningún indicio. Incluso ahora, tras repasar los hechos, la policía autonómica insiste en que las actitudes de los “terroristas” –así se autodenominaban e incluso hicieron ostentación de sus planes-- en ningún caso coincidían con los indicadores de prevención que manejaban. Los policías asumen que “hay que readaptar los procedimientos”.

Los Mossos 'alertaron' a Younes

Todo el mundo da por hecho que los terroristas planeaban atentar de forma inmediata contra la Sagrada Familia, el metro de Barcelona o el Camp Nou (buscaron información sobre estos recintos en internet, según ha aparecido en un móvil recuperado de los escombros de Alcanar), pero la explosión del chalé lo precipitó todo un par de días y llevó a los yihadistas a improvisar. Ni siquiera iban uniformados para atentar. Y estaban dispuestos a morir. Iban a morir.

Cierto es que los terroristas actuaron con celeridad e improvisación, pero ¿fue solo con motivo de la explosión? Sí y no. Tras el derrumbe de la finca de Alcanar, los Mossos trataron de identificar al dueño del vehículo que estaba junto a la finca. Él era Younes Abouyaaqoub, el que horas después sería autor del atropello masivo en las Ramblas y del asesinato a cuchillazos de un chico al que robó el coche para huir. En ese impasse, los agentes trataron de localizarlo por teléfono, hablaron con su hermano y, así, lo pusieron en alerta. Lo estaban buscando. Tenía que apresurarse.

Es Satty y el CNI

Tampoco anduvieron muy rápidos los artificieros de los Mossos en acercarse hasta la vivienda de Alcanar. Tardaron 10 horas desde la explosión. Allí, la policía halló evidencias de la presencia del imán Es Satty. Faltaban pocas horas para el atentado, pero nada cambió la historia. Por cierto: es verdad que la Guardia Civil y el CNI se entrevistaron cuatro veces con el imán en prisión –cumplía condena por tráfico de drogas— entre 2012 y 2014, pero descartaron una colaboración.

Es Satty, vinculado con personas cercanas a los atentados del 11M, ocultó hasta el final la manera en la que tenían que atentar en Barcelona. Sin embargo, los yihadistas andaban ya pidiendo furgonetas a sus conocidos con el objetivo de transportar el material explosivo y, en su caso, para realizar atropellos masivos. Aunque para ello preferían otros vehículos, “más robustos”, como todoterrenos. Además, pidieron microcréditos para financiar el atentado. Y siempre, siempre, pagaban en efectivo.

Discotecas y festivales

Otras novedades del sumario desvelan que los terroristas de Barcelona y Cambrils se inspiraron en el atentado a la sala Bataclán de París en 2015. Así, fijaron como posibles objetivos discotecas y festivales de Barcelona y Benicasim (Castellón) por ser ejemplo del modo de vida occidental que distrae a los musulmanes de sus “verdaderas preocupaciones”. En concreto, buscaron el aforo de la sala Colossos (en Lloret de Mar), de 1.800 personas, así como de Razzmatazz, Pachá y Bagdad, discotecas gais de Sitges, fiestas mayores y el festival Rototom Sunsplash de Benicasim.

Con todo, el suceso de Alcanar llevó a un atropello casi improvisado en las Ramblas y otro en Cambrils. El daño ya estaba hecho, y el Dáesh tenía que aprovechar para hacer su propaganda. Lo hizo con “celeridad” y reproduciendo informaciones “falsas o exageradas” que se habían divulgado en las redes sociales, según los Mossos d’Esquadra. La organización terrorista los considera como unos de los “más importantes” por su “amplitud y relevancia”.

La propaganda del Dáesh

La primera reivindicación se produjo a las nueve de la noche del 17 de agosto, con un comunicado “estándar” y “sin información concreta” más allá de asumir la autoría. Dos días después, Dáesh emitió otro comunicado (en inglés, árabe, alemán y español) con datos que “no se ajustan por completo a los hechos”. Por ejemplo, que los terroristas habrían asesinado a los “crucificados y judíos” en el interior de un bar cercano a las Ramblas. Ello no ocurrió.

También quisieron “magnificar” los hechos, según los Mossos, ya que se habló de un ataque “sincronizado”, cuando en realidad transcurrieron varias horas entre los dos atentados. Además, “en ambas ocasiones, se transforman los vehículos usados por los atacantes, una furgoneta y un turismo, en un autobús y un camión, respectivamente”.

Información falsa y magnificada

El 25 de agosto, el boletín de noticias de Dáesh en árabe, Al Naba, reproducía la información que se divulgó en el segundo comunicado, “incluyendo las informaciones falsas o exageradas” e ilustrándolo con una infografía en la que aparecía la silueta de la Sagrada Familia. La revista Rumiyah también recogió la autoría del atentado, con “imprecisiones”.