Varias personas refugiadas ucranianas, en el centro de refugiados ucranianos, en la Fira de Barcelona / EUROPA PRESS

Varias personas refugiadas ucranianas, en el centro de refugiados ucranianos, en la Fira de Barcelona / EUROPA PRESS

Vida

Refugiados ucranianos piden regresar por la falta de ayudas: “Todo lo prometido ha quedado en nada”

Las familias de acogida asumen el peso de la crisis humanitaria mientras las Administraciones se desentienden

14 mayo, 2022 00:00

Dos meses y medio después del estallido de la guerra de Ucrania, decenas de refugiados que han recibido acogida en Cataluña se han puesto en contacto con las entidades que les ayudaron a escapar del horror para trasladarles su deseo de regresar. El motivo principal, explican las onegés consultadas, es la falta de ayudas por parte de las instituciones públicas. “Se les ha facilitado la llegada y los papeles, pero nada más”, denuncia Josep Muñoz, presidente de la ONG Tanu.

Así lo confirma también Jan Millastre, presidente de la Coordinadora d’ONG Solidàries de Girona: “Hemos recibido varias llamadas de familias de acogida que nos han manifestado su desconcierto por el hecho de que todo lo que se prometió se ha quedado en nada y ven como las personas refugiadas que tienen en casa prefieren ir a Polonia, donde hay muchas más ayudas que aquí”, denuncia.

El problema lingüístico

A la falta de ayudas económicas se suma, además, el problema lingüístico. Aunque el Consorci de la Normalització Lingüística ha puesto a su disposición recursos para que puedan adquirir tanto el catalán con el castellano cuanto antes, así como diversos centros cívicos y voluntarios lingüísticos, “aprender una lengua no es instantáneo y para según que ocupaciones puede ser un obstáculo”, recuerda Millastre. A pesar de este escollo, algunos de ellos han logrado encontrar trabajo en tiempo récord gracias al esfuerzo titánico de las familias de acogida.

Una mujer con dos niños refugiados ucranianos en el centro de refugiados ucranianos, en la Fira de Barcelona / EUROPA PRESS

Una mujer con dos niños refugiados ucranianos en el centro de refugiados ucranianos, en la Fira de Barcelona / EUROPA PRESS

Además de por cuestiones lingüísticas, los refugiados ucranianos han expresado su deseo de asentarse temporalmente en países como Polonia o Rumanía donde, además, tienen una red familiar y de contactos más amplia. “Aquí no tienen recursos, no pueden salir, no pueden tomarse ni un café, no pueden trabajar porque no manejan el idioma… La gente quiere aproximarse a su país y, en cuanto la situación lo permita, regresar a Ucrania”, confirma Muñoz.

Ninguna ayuda para las familias de acogida

La falta de ayudas económicas comienza a pesar también sobre las familias de acogida, que ven con preocupación el incremento de unos gastos que no saben cuánto se dilatarán en el tiempo. Hasta el momento, no han recibido ninguna ayuda específica, dado que el Programa Estatal de Acogida está pensado para las personas que han obtenido la condición de refugiados y “no cubre gastos derivados de una acogida temporal como pueden ser el aumento de la factura de la luz”, explica Jan Millastre.

Los refugiados que se acogen al programa estatal, que gestiona Cruz Roja, tienen cubierta la manutención y el alojamiento en la fase cero. Eso implica, expresan desde la Coordinadora d’ONG Solidàries de Girona, no poder decidir sobre su alimentación y tener que alojarse en espacios sin demasiada intimidad. En la fase uno pueden optar a otras ayudas y, ya en la dos, pueden entrar en el mercado laboral. Pero si no entran en este programa nacional de refugiados, no tienen derecho a percibir ayuda alguna.

Los fondos europeos no llegan

Aunque el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones se comprometió a cubrir los gastos derivados de la acogida, hasta el momento este dinero --que vendrá de fondos europeos-- todavía no ha llegado. “Las familias tienen una predisposición buenísima”, aclara Muñoz, “pero, si la acogida dura mucho más, para algunas será una carga económica”.

Ahora, dice, las familias tienen que comprar la ropa de verano, el material escolar de los menores para el próximo curso escolar y pagar los campamentos y actividades para que los más pequeños puedan disfrutar de las vacaciones. Muñoz pone como ejemplo para el resto de Administraciones la decisión del Ayuntamiento de Terrassa de ofrecer plazas gratuitas para los casals, colonias y demás actividades de la ciudad a los menores ucranianos. No obstante, a partir de verano las instituciones tendrán que plantearse qué harán con respecto a estos menores, porque los recursos de las familias se agotan.

Falta de recursos en las escuelas

La falta de fondos se ha hecho notar también en las escuelas. En Cataluña, donde se han escolarizado 4.000 menores procedentes de Ucrania, las onegés destacan la labor de los docentes, educadores e integradores. “Están haciendo un muy buen trabajo”, señala Millastre. Pero, una vez más, las escuelas tienen que repartir los escasos recursos con los que contaban entre los niños con necesidades específicas y los niños refugiados, que necesitan de un apoyo lingüístico. A pesar de la falta de implicación de la Administración, gracias a la labor de los profesionales, al menos la parte sanitaria y educativa está resuelta.