Iván, enfermo crónico: "Estamos desprotegidos durante la pandemia"
La Plataforma de Organizaciones de Pacientes reclama al Gobierno medidas específicas para el abordaje de la situación sanitaria, social y laboral del colectivo
7 mayo, 2020 00:00“Tengo 40 años, soy enfermo crónico, tengo asma, y convivo con mi pareja, trasplantada de riñón. Los dos somos personas de riesgo y estamos desamparados y desprotegidos”. Son palabras de Iván Parejo, auxiliar administrativo de una empresa de Barcelona que presta servicios esenciales durante la emergencia sanitaria aunque él está de baja médica, porque su compañía no puede garantizar un entorno seguro para evitar contagios.
Para minimizar riesgos, hacen la compra online --“nos traen el pescado a casa del mercado”--. “Pedimos casi todo a domicilio. Cuando toca comprar el pan lo hacemos para cinco días, y al supermercado vamos una vez a la semana. No salimos mucho más”, relata Parejo. Y es que las medidas de desescalada que se han publicado en el BOE ni si quiera incluyen el horario en el pueden pasear. “Habla de mayores de 70 años y dependientes pero se olvida de los enfermos crónicos”, lamenta Parejo. Para conocer cuando tanto él como su pareja pueden salir a la calle, ha tenido que consultar a los Mossos d’Esquadra, ya que ni la propia administración catalana supo aclarárselo, según indica. “La policía nos confirmó que teníamos que salir en el horario de los mayores, pero mucha gente lo desconoce y sale a la vez que los deportistas, pero es una locura y un peligro”, señala.
Salir en una franja horaria que, en teoría, se reserva para los ancianos, les ha costado más de un disgusto. “El martes fuimos a pasear y nos increpó una pareja de señores mayores. Como no está especificado hay mucha gente que se siente policía por dentro”, ironiza. “Hay mucho prejuicio y desinformación”, sentencia.
Sin protocolos para enfermos crónicos
El Ministerio de Sanidad sí ha elaborado una guía de buenas prácticas pero, tal y como señala Iván, no dejan de ser recomendaciones. “No obliga a nada a las empresas y no existe un protocolo ni medidas de prevención. En mi caso, me dieron la opción de cogerme vacaciones --en marzo, y me negué-- o la baja laboral por tener una enfermedad crónica”, detalla. Para ello el servicio de prevención de riesgos de la compañía tuvo que expedir un certificado en el cual detallan que no cuentan con las medidas adecuadas para velar por la seguridad de sus empleados en el centro de trabajo.
Eso sucede en Cataluña, en cambio, en otras comunidades como Madrid, la directriz es no dar la baja personas que se encuentren en riesgo pese a que sus compañías no puedan protegerlas. Una situación que se produce a pesar de que la citada guía de buenas prácticas que publicó el Ejecutivo central después de la suspensión de dos semanas de todas las actividades no esenciales, sí que detalla que las personas con una dolencia crónica no deben acudir a su puesto de trabajo si no cuentan con medidas de seguridad adecuadas.
Angustia cada dos semanas
“El problema es la incertidumbre que supone, porque esta situación está vinculada al estado de alarma y a su prórroga”, señala Parejo. “Es una situación de angustia cada dos semanas porque no tengo ni idea de que pasará después”, cuenta. Su pareja realiza teletrabajo pero teme que, si él sale, pueda contagiarla. “En todo caso, tendría que estar muy seguro de que la empresa cumple con las medidas de protección adecuadas, pero al no existir un documento oficial que diga cuáles deben ser, cada compañía puede hacer lo que considere”, advierte.
Entre estas medidas de seguridad, el Govern estableció una distancia mínima de 1,5 metros entre trabajadores. “En mi oficina es imposible”, señala Iván. “Lo básico sería que nos dijesen cuáles son”. La opción del teletrabajo, por el momento, es inviable. “El problema es que los enfermos crónicos no aparecemos ni el BOE”, lamenta.
¿Y la salud?
Los enfermos crónicos no solo temen por su situación laboral, sino también por su salud. Como señalan desde la plataforma de pacientes, además de ser más vulnerables ante la pandemia, necesitan retomar su atención médica, ya que la inseguridad generada por el Covid-19 genera el retraso de pruebas, analíticas, tratamientos y cirugías.
“Los mayores de 70 años tiene preferencia para acudir a consultas hospitalarias, nosotros no contamos con nada específico, ni si quiera podemos acogernos a las medidas para ese grupo, como sí sucede con los paseos”, relata Iván. La principal petición es que la atención a enfermos crónicos forme parte de la agenda, porque se sienten uno de los grandes olvidados de la pandemia, siendo un colectivo de enorme riesgo frente al virus.