El drama de Eprelita y Artemio, el matrimonio que podría perder a sus nietos
La familia recibe el cariño de sus allegados y el apoyo de profesionales de la escuela de los menores, que dan la cara frente a DGAIA para evitar una separación inminente
17 mayo, 2023 19:43Un centenar de personas ha frustrado este viernes, en el barrio del Raval (Barcelona), la separación unos abuelos y sus tres nietos, con los que viven desde que la Dirección General de Atención a Ia Infancia y la Adolescencia (DGAIA) le retirase la tutela a la madre de los pequeños. A las 9 de la mañana, los niños, de 4, 8 y 9 años, debían estar listos para ser trasladados a un centro de menores. Sin embargo, el calor de allegados y familiares ha evitado el drama.
La familia explica a Crónica Global, que se les notificó este mismo martes, que la retirada de los niños sería al día siguiente, "sin ni siquiera tiempo para asumir algo tan terrible", y sin más explicaciones que un presunto caso de "desamparo", no se sabe exactamente por qué..
Una decisión "injusta"
Uno de los profesionales que convive con los menores en su centro educativo ha contado a este medio, que los tres hermanos viven con sus abuelos, aunque la custodia la tiene DGAIA, por lo que un equipo de psicólogos se encarga de irles haciendo un seguimiento. "Durante el curso pasado nos pidieron información sobre los niños, y todo lo que se les transmitió fue positivo, en cuanto a asistencia, conducta, higiene personal, desayuno, etc, y nunca nos hablaron de una retirada", explica.
El pasado enero, y tras varios meses sin tener contacto, "nos informaron de que procedían a buscar centro o familia de acogida para los hermanos". Ante todo, explica el profesional, "acordamos que, en caso de cualquier intervención se nos avisaría con tiempo, para poder hacer un buen acompañamiento a los niños. Este martes, recibimos un correo electrónico informando que, al día siguiente, procederían a retirar los niños para llevarlos a un centro".
La DGAIA recula
A las nueve de la mañana ya había decenas de personas a las puertas del domicilio de los pequeños. Lágrimas, tristeza y un silencio de lo más atípico en una zona tan transitada, se apropiaban de esa estrecha calle del Raval. Una de las nietas del matrimonio, temblando, y sin poder contener las lágrimas esperaba en el portal, frente a todos los vecinos que allí esperaban a quienes venían a llevarse a los pequeños.
La niña miraba de un lado a otro, vigilante, y esperando encontrar al final de la calle alguna silueta que le resultase sospechosa de pertenecer a alguien de servicios sociales. Mientras, seguía llegando gente, seguían fluyendo lágrimas entre los allí presentes y seguía siendo el silencio, el protagonista de esa estampa tan triste, un silencio que se rompió justo cuando dos agentes de los Mossos d'Esquadra aparecían en la calle. "Ya está, ya vienen a por ellos", se escuchó, de repente. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. "DGAIA ha reculado, no quiere público ni cámaras de televisión que graben el secuestro", dijo una persona allegada a la familia. "Nos han dicho que se pospone la retirada, y que mañana nos notificarán una nueva fecha".
Lágrimas de alegría
El silencio ha pasado a un segundo plano y las palmas, los besos y los abrazos han recuperado ese trocito del Raval que había perdido la esperanza durante más de una hora. La niña lloraba y lloraba abrazada a su abuela, a su abuelo, a periodistas, a desconocidos. A todo aquel que hubiese dedicado unos minutos de su existencia para apoyar a la familia.
"Ahora toca ser fuerte y, por injusto que parezca, toca demostrar que los servicios sociales están equivocados, que su lugar está allí, con sus abuelos", ha dicho una persona cercana a la familia a Crónica Global. De momento, han ganado una noche más juntos, por lo menos una. Y eso, ya es toda una suerte para ellos.