Lotería St Guim de Freixenet

Lotería St Guim de Freixenet Òscar Gil Coy St Guim de Freixenet

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El número de Lotería más querido en un pueblo de Lleida tras 123 años sin tocar: "Fui a Madrid para comprobar si estaba en el bombo"

El décimo no ha tocado nunca, pero los habitantes de este pequeño municipio no pierden la esperanza año tras año

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¡Que la suerte te acompañe! Eso mismo desearían los vecinos de un pequeño pueblo de Lleida llamado Sant Guim de Freixenet, tras comprar, cada año, el mismo número de Lotería de Navidad y del Niño. La suerte, de momento, no les ha acompañado, pero la esperanza nunca la han perdido. “Aquí todo el mundo tiene el 11457, ya es tradición”, afirma uno de sus habitantes. Otro asiente: “Este es el año que tocará”; y otro que, negativo, exclama: “Este número está maldito”. A pesar de las variadas opiniones, es una bonita costumbre que lleva haciéndose durante 123 años y que no se ha abandonado.

Un número al azar

Francesc Lluch, alcalde del pueblo, recibe a Crónica Global en su Ayuntamiento para contarnos parte de esta historia: “Es un número que se compra cada año para el sorteo de la lotería de la Navidad y para el del Niño”. Afirma que, incluso, tal es su popularidad que también se pide para la Grossa de Fin de año y para el sorteo extraordinario de la ONCE. De hecho, hay cerca de unas 50 personas que lo siguen jugando cada semana.

Lotería St Guim de Freixenet

Lotería St Guim de Freixenet Òscar Gil Coy

Lluch lo tiene claro: “Las fiestas de Navidad comienzan cuando tienes un décimo de estos en el bolsillo. Lo compro antes de tener los turrones y las neulas por casa. Ya lo compraba mi abuelo, mi padre y ahora yo”.

La historia del 11457

Año 1903. Un grupo de amigos se reunían para jugar a cartas, asiduamente, en el restaurante Ca la María. Tanto es así que pensaron en jugar a un número fijo para el sorteo de Navidad.

¿Cómo lo escogieron? Pusieron cinco cartas sobre la mesa y las voltearon. Las cifras que salieron fueron las del famoso décimo: 11457. Desde entonces han mantenido viva la tradición y la ilusión de todo un pueblo que, a pesar de todo, no pierde la esperanza en que quizás algún día pueda tocar.

Tampoco se han planteado cambiarlo con el paso de los años: “Es muy arriesgado dejar ahora este número y empezar con otro. ¡Imagínate que, de golpe, toca! No, no”, asegura el alcalde de Sant Guim de Freixenet.

El primer décimo del año 1903

El primer décimo del año 1903 CEDIDA

¿Está en el bombo?

Nunca ha tocado el Gordo ni ningún premio grande, solo el reintegro. Por eso, lo que hizo Lluch hace 20 años fue asegurarse si la bola estaba en el bombo: “Me encontraba en Madrid en una cena de empresa y aproveché para ir al lugar donde se celebraba el sorteo. Enseñé el décimo y, antes de que pusieran todas las bolas dentro, me enseñaron el 11457”. “¡La bola estaba allí y yo la vi! No tocó ni ha tocado”, exclama.

Lo más cerca que han estado de ganar fue cuando resultó premiada la terminación 457 por el sorteo del Niño.

Ca la María

El restaurante Ca la María, uno de los bares más frecuentados del pueblo, fue donde se originó este número. Antiguamente, se llamaba Fonda España y Joan Forn era el hijo de los propietarios de entonces: “Mis padres comenzaron aquí en el 1947 y estuvieron durante 40 años". Luego, en el año 1995, lo cambiaron de nombre.

El alcalde Francesc Lluch y Joan Forn con el décimo

El alcalde Francesc Lluch y Joan Forn con el décimo Òscar Gil Coy

El mítico establecimiento ya va por la cuarta generación de la misma familia que un día lo vio nacer: “Siempre se vendía aquí, hasta hace unos años”.

Después, se empezó a vender en el Ke divi!, en Calaf, donde trabajaba el sobrino de Forn, Jordi Sangrà. Hace un tiempo lo traspasó y ahora lo siguen vendiendo. Afirma que “entonces todo el pueblo lo jugaba, era raro la casa que no tenía el décimo. Como ahora hay que ir hasta otro municipio, no todo el mundo lo tiene.”

¿Mala suerte o casualidad?

Un día Sangrà probó suerte y decidió alterar la numeración del décimo, comprándolo al revés: 75411, por si las cartas se habían confundido de orden o ellos al interpretarlas, pero tampoco tocó.

En la administración de lotería La Suerte, de Manresa, es donde únicamente se puede conseguir este número. ¡No corráis, ya está agotado! Quedan pocos días y, además, el pueblo se encarga de comprar toda la serie del mismo número.

La magia de la Navidad esperemos que, este año, recaiga sobre el 11457. Lo que no dudan es que seguirán comprando el mismo número año tras año, a pesar de todo. ¡Quién sabe si algún día toca!