Un muelle de descarga del Puerto de Barcelona operado por Tercat

Un muelle de descarga del Puerto de Barcelona operado por Tercat Cedida

Vida

Saquearon contenedores del Puerto de Barcelona y blanquearon ocho millones: ahora se sientan en el banquillo

Desde este lunes, la Audiencia de Barcelona juzga a una organización criminal acusada de obtener beneficios inmediatos a través del robo selectivo de contenedores en la zona TERCAT 

Contenido relacionado: El puerto de Barcelona se convierte en un asentamiento del crimen organizado: "Está peor de lo que pensamos"

Llegir en Català
Publicada

El Puerto de Barcelona vuelve a colocarse como epicentro de una trama criminal dedicada al contrabando y al blanqueo de capitales. Un nuevo episodio que llega ahora a juicio y que revela, una vez más, cómo la infraestructura portuaria se convierte en un escenario idóneo para operar al margen de la ley.

Desde este lunes, la Audiencia de Barcelona sienta en el banquillo a una presunta organización criminal acusada de asociación ilícita, hurto, contrabando, estafa agravada, falsificación y blanqueo de capitales. Entre los procesados figura incluso un agente de la Guardia Civil.

A por la mercancía de valor

Según el escrito de calificación al que ha tenido acceso Crónica Global, la trama nació con un propósito claro: obtener beneficios inmediatos a través del robo selectivo de contenedores en la zona TERCAT del puerto.

El modus operandi era tan rudimentario como eficaz. El grupo interceptaba contenedores destinados a la exportación, sustraía mercancía de alto valor —incluido tabaco de contrabando— y la reemplazaba por materiales de relleno como arena o agua.

En los casos de mercancía pequeña, simplemente la retiraban sin dejar huella, logrando esquivar los controles aduaneros.

Contenedores de mercancías en el muelle de descarga del Puerto de Barcelona

Contenedores de mercancías en el muelle de descarga del Puerto de Barcelona David Zorrakino - Europa Press

Casi ocho millones blanqueados

Tras vender el botín en el mercado negro, los acusados acumularon grandes cantidades de efectivo. A partir de 2010 habrían puesto en marcha un plan de blanqueo sostenido durante una década, diseñado para introducir, fragmentar y legalizar el patrimonio ilícito.

La Fiscalía sostiene que el principal acusado dirigía la operativa con la colaboración activa de su esposa, encargada de aportar la cobertura legal necesaria.

La estrategia se basó en simular ingresos procedentes de negocios de hostelería, combinándolos con sociedades pantalla y operaciones inmobiliarias abonadas en metálico. La cantidad mínima blanqueada asciende, según el Ministerio Público, a 7.956.859 euros.

La cafetería que funcionó como lavadora

La primera vía de entrada del dinero fue la cafetería Primer Expres, en Sant Andreu de la Barca (Barcelona), convertida en auténtica lavadora financiera.

Entre 2010 y 2019, según la Fiscalía, canalizó más de un millón y medio de euros. El local fue traspasado en 2017 por 45.000 euros, más otros 13.000 en efectivo.

A medida que la red crecía, también lo hacía su entramado mercantil, diseñado para mover grandes cantidades entre cuentas y reforzar la apariencia de legalidad. Entre las sociedades implicadas destacan:

  • Un bar en Cubelles (Tarragona), con ingresos en efectivo fraccionados.

  • Grup Jopasan S.L., dedicada al arrendamiento de inmuebles, donde se ejecutó la operación “más elaborada”: una ampliación de capital que pasó de 132.000 a 860.000 euros, mediante transferencias cruzadas entre los acusados y sus propias mercantiles.

  • BCN Anavi Group S.L., que ingresó 131.400 euros de efectivo no declarado.

  • Kasanvagin S.L., con la que gestionaban el Bar Amigó, donde la Fiscalía detecta un tráfico blanqueado de 403.509 euros.

Fachada de la Audiencia de Barcelona y el TSJCat

Fachada de la Audiencia de Barcelona y el TSJCat DAVID ZORRAKINO - EUROPA PRESS

En paralelo, una parte significativa del dinero ilegal terminó invertida en bienes inmuebles: la vivienda habitual del matrimonio, una plaza de párking en Barcelona, un Volkswagen Golf o el pago —en parte en metálico— de diversas amortizaciones hipotecarias.

El golpe final de la investigación

Aunque la causa arrancó en 2019, el punto de inflexión llegó en septiembre de 2020, con entradas y registros simultáneos en domicilios y sedes del entramado.

La policía halló una cantidad “extraordinaria” de dinero en efectivo: 5.230.960 euros, de los cuales 3,9 millones estaban escondidos en una segunda residencia.

También se incautaron joyas, piedras preciosas, relojes de lujo —Rolex y Breitling— y obras de arte. Además, se bloquearon cuentas bancarias y productos financieros vinculados a la red.

Por todo ello, el Ministerio Público solicita 7 años y 6 meses de prisión para uno de los acusados, así como penas de entre 4 años y 6 meses y 5 años y 6 meses para el resto de procesados.