Cartel de alquiler en la fachada de un edificio de Barcelona

Cartel de alquiler en la fachada de un edificio de Barcelona David Zorrakino Europa Press

Vida

La crisis de vivienda en Cataluña abre la puerta a las estafas inmobiliarias

Justo ayer martes un operativo de Mossos d'Esquadra desarticuló una organización criminal especializada en la comisión de este tipo de fraudes 

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La crisis de la vivienda en Cataluña, especialmente en el Área Metropolitana de Barcelona, ha creado el caldo de cultivo perfecto para que proliferen las estafas inmobiliarias. Lo advierten agentes, abogados y profesionales del sector, que constatan un aumento sostenido de los fraudes vinculados al alquiler y a la compraventa de inmuebles.

Sin ir más lejos, ayer, los Mossos d’Esquadra desarticularon una organización presuntamente dedicada a este tipo de engaños. La operación, bajo secreto de sumario, se ha saldado con 19 detenidos en Cataluña (14 hombres y cinco mujeres) y tres arrestos más en Sevilla.

La policía catalana no ha detallado aún la estructura ni el alcance económico del entramado, pero confirma que la investigación sigue abierta.

Alquileres fraudulentos

Aunque por ahora se desconocen las maniobras concretas de esta red, fuentes inmobiliarias consultadas por Crónica Global apuntan a un auge de fraudes que van desde las controvertidas 'opciones de compra' —actualmente investigadas en el Juzgado de Instrucción 32 de Barcelona— hasta la proliferación de falsos alquileres, especialmente dirigidos a jóvenes que buscan una habitación o piso a un precio asumible.

Imagen de archivo del exterior de la Ciudad de la Justicia

Imagen de archivo del exterior de la Ciudad de la Justicia Europa Press

El modus operandi de los falsos alquileres se ha sofisticado al mismo ritmo que ha aumentado la desesperación por encontrar una vivienda digna.

Las ofertas suelen difundirse en plataformas digitales de amplio alcance —Idealista, Fotocasa, Milanuncios, redes sociales o grupos de Telegram— y tienen un patrón reconocible: precios anormalmente bajos para la zona, fotografías reales y descripciones cuidadas.

La mayoría de anuncios no son inventados, sino extraídos de alquileres ya publicados previamente, reaprovechando imágenes y dirección aproximada para dar credibilidad.

Cuando la persona interesada contacta, el supuesto arrendador suele mostrarse "amable, rápido y disponible", pero introduce prisa desde el primer mensaje: asegura que hay “muchas solicitudes”, que “si no se reserva hoy, se pierde”; o que no puede enseñar la vivienda de inmediato porque está “de viaje”, “en el extranjero” o “lo gestiona una empresa”.

En ese punto, aparece la señal: una transferencia de entre 200 y 800 euros para “asegurar la reserva”.

Imagen de un cartel de alquiler en Barcelona

Imagen de un cartel de alquiler en Barcelona EFE

Casos muy sofisticados

En los escenarios más elaborados, los estafadores sí llegan a enseñar el piso. Utilizan llaves copiadas de antiguos inquilinos o recurren a conserjes o vecinos engañados que abren el portal creyendo que acompañan a un técnico o futuro comprador.

Tras la visita, la víctima tiene la sensación de haber visto algo real y accede a pagar una cantidad mayor: el primer mes por adelantado.

Sin embargo, a la hora de entrar, nadie aparece y las llaves no funcionan. En varias denuncias presentadas ante los Mossos, varias víctimas han llegado a coincidir en el rellano, ambas convencidas de que habían alquilado la misma habitación.

Otro patrón recurrente es la utilización de cuentas bancarias “mulas”: jóvenes o personas con deudas que prestan su cuenta para recibir los pagos a cambio de una comisión. Esto dificulta el rastreo y ralentiza la investigación.

Las opciones de compra

Las estafas no se limitan al alquiler. También se han detectado engaños en operaciones de compraventa, donde intermediarios desaparecen con el dinero de las víctimas u otros casos en los que personas mayores son inducidas a firmar supuestos préstamos que, en realidad, ocultan una opción de compra de su vivienda a un precio muy inferior al de mercado —hasta un 50% menos en algunos casos—.

De hecho, el operativo policial de ayer coincide en el tiempo con la investigación del macrocaso de las ‘opciones de compra’, que afecta a decenas de implicados, incluidos notarios, prestamistas y empresarios, señalados por articular operaciones que, según la causa, presentaban indicios de engaño y aprovechamiento de situaciones de vulnerabilidad.

'Operación Cocoon'

En paralelo, también ha trascendido que el mayor caso de estafas inmobiliarias en Cataluña hasta la fecha ya tiene fijada fecha de juicio. Se trata de la 'Operación Cocoon', una macrocausa que dejó a 28 familias catalanas sin vivienda entre 2009 y 2015.

La Audiencia de Barcelona ha fijado el juicio entre el 2 de febrero y el 28 de julio de 2026. En el banquillo se sentarán 17 acusados; entre ellos, abogados, notarios y otros profesionales del sector que, presuntamente, se valieron de su posición para engañar a personas mayores y hacerse con sus propiedades.

Artur Segarra, Francisco Comitre y Enrique Peña

Artur Segarra, Francisco Comitre y Enrique Peña RRSS

La Fiscalía de Barcelona reclama penas de hasta 20 años y nueve meses de cárcel. La acusación pública sitúa al abogado y modelo Francisco Comitre, al notario Enrique Peña —suspendido de funciones, y para quien el Col·legi Notarial de Catalunya pide 21 años de prisión— y a Artur Segarra como presuntos cabecillas de la trama.

No son casos aislados

Con todo, la operación de este martes ha puesto el foco en un entramado con base en Rubí y Manresa, con ramificaciones en Sevilla, y vuelve a poner sobre la mesa la dimensión real del problema.

Aunque la causa sigue bajo secreto de sumario, el despliegue de la División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos d’Esquadra confirma que no se trata de casos aislados ni de pequeños engaños puntuales, sino de redes estructuradas que operan con métodos coordinados y una clara orientación lucrativa.

La policía catalana mantiene abiertas nuevas líneas de investigación para determinar el volumen económico defraudado y el número total de víctimas.