Puesto del mercadillo de Bàscara
No dejes pasar la oportunidad: este es el mercado de segunda mano más tradicional de un pueblo de Girona
Se celebra todos los sábados de 8 h a 14 h y suele ser una cita importante para coleccionistas de objetos y de antigüedades
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Los mercadillos de segunda mano ejercen una atracción especial: no solo son lugares donde comprar a buen precio, sino auténticos escenarios de descubrimiento. Pasear entre paradas repletas de objetos antiguos, vinilos olvidados, juguetes con historia o muebles, que esperan una segunda vida despierta una mezcla de nostalgia y curiosidad. Cada pieza parece esconder un relato y esa sensación de buscar y encontrar lo inesperado convierte la visita en algo que va mucho más allá de la compra. Al final, lo que nos gusta de estos mercadillos es la emoción de cazar tesoros y la certeza de que siempre habrá algo único aguardando entre los trastos.
El mercadillo de segunda mano
Bàscara, un pequeño municipio del Alt Empordà, en Girona, cuenta con una larga tradición de ferias y mercados. Es muy conocido el Mercado de los Trastos Viejos, un encuentro donde vecinos y visitantes rebuscan entre antigüedades, objetos de segunda mano y piezas de coleccionista. La cita, tradicionalmente, fijada era el primer domingo de cada mes.
Hoy, a octubre de 2025, la situación es distinta. Mientras que algunos portales turísticos todavía lo mencionan como un mercado activo los domingos, la realidad sobre el terreno muestra un escenario diferente: el mercadillo de segunda mano de Bàscara se celebra de forma estable cada sábado, de 8 h a 14 h, junto a la carretera GI-554, en el Parc de la Resclosa. Allí se concentran los vendedores habituales de brocantería, coleccionismo y reciclaje, garantizando la continuidad de una tradición comercial que se remonta a siglos atrás, aunque con un formato semanal más modesto y práctico.
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Qué ver en Bàscara
Bàscara es una de esas pequeñas localidades del Alt Empordà que, a pesar de su tamaño, conserva una personalidad marcada por la historia. Su casco antiguo, con calles empedradas y casas de piedra, respira todavía el ambiente medieval de cuando la villa estaba amurallada y ejercía un papel estratégico en la zona. Al recorrer sus rincones aparecen portales antiguos, restos de murallas y plazas que invitan a detenerse con calma, como la Plaça Major, corazón de la vida local desde hace algunos siglos.
Entre su patrimonio destaca la iglesia parroquial de Sant Iscle i Santa Victòria, que combina elementos románicos y góticos, y que se levanta como testigo de la evolución del municipio. Otro punto de interés es el puente sobre el río Fluvià, que ofrece unas vistas privilegiadas del entorno natural y muestra el valor paisajístico que rodea al pueblo.
También, es conocido por mantener vivas tradiciones culturales que lo distinguen en la comarca. La más destacada es su pesebre viviente, una representación navideña de escenas bíblicas en la que participa buena parte del vecindario, y que convierte las calles y plazas en un escenario único cada diciembre. Con este conjunto de historia, patrimonio y vida cultural, Bàscara se reafirma como un destino con encanto para quienes buscan descubrir la esencia más auténtica del Empordà.
Muralla del castillo de Bàscara
