La calle de la frontera: los vecinos de un lado de la acera son de Tarragona y los del otro, de Barcelona

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La calle de la frontera: los vecinos de un lado de la acera son de Tarragona y los del otro, de Barcelona

Lo que parece una simple anécdota fue en realidad un serio problema administrativo: te contamos todos los detalles de esta curiosa anécdota en este pequeño pueblo catalán

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Pasa en las mejores ciudades y pueblos. Una calle hace frontera con la localidad vecina y lo único que cambia es el código postal, pero en Cataluña hay un municipio donde eso pasa en una misma calle.

Es un pueblo muy pequeño de la provincia de Tarragona, de apenas 2.417 habitantes. Bueno, menos una calle que también pertenece a Barcelona. Suena complicado, pero no lo es tanto.

En realidad, una calle de Bellvei tiene un lado que pertenece a Tarragona y la otra acera es de Barcelona. Es más, el lado barcelonés es, técnicamente, otra localidad, Castellet i la Gornal.

Ante esta situación, los municipios fueron claros. Esta vía es conocida como Carrer de les dues províncies, o sea, la calle de las provincias. Y es que si bien en Barcelona, por ejemplo, una calle separa Barcelona de L’Hospitalet, en Bellvei, además, se cambia de provincia.

Mucho más que una anécdota

Esta división, que parece un simple capricho burocrático, en realidad, tiene consecuencias reales que implican diferencias reales en servicios públicos como la sanidad (con distinta área de referencia sanitaria), la educación o incluso el pago de algunos impuestos y tasas locales. 

Un claro ejemplo de ello pasó en tiempos del Covid. En esa época, la vida de todos los pueblos de España y buena parte del mundo se complicó debido a confinamientos y restricciones de movilidad, y eso afectó mucho a Bellvei.

Los problemas reales de la calle frontera

Mientras todo el mundo hablaba de cierres perimetrales y controles en carreteras, ellos tenían la frontera literalmente en su propia puerta. La calle de les Dues Províncies se convirtió en un símbolo involuntario de la absurda rigidez administrativa. Vecinos de una misma calle no podían desplazarse a la acera de enfrente.

Durante aquellas semanas, los vecinos de esta vía vivieron situaciones tan rocambolescas como no poder cruzar la acera para comprar el pan, recoger un paquete en Correos o visitar a un familiar que vivía apenas a tres metros de distancia. Todo por esa línea imaginaria que marcaba la frontera provincial. 

Mas de la Muga

Mas de la Muga PENEDÈS TURISME

La situación llegó a tal extremo que, el entonces alcalde de Bellvei, Gerard Colet, admitió que la situación era totalmente “absurda” y pidió “sentido común” en la aplicación de las restricciones. 

Su homólogo de Castellet i la Gornal expresó también su preocupación ante una normativa que no contemplaba la realidad de la vida local: vecinos que comparten amistades, comercios y servicios, de pronto, quedaron oficialmente “separados” por un límite administrativo.

Una convivencia pacífica

Fue una época extraña, pero lo cierto es que tiene implicancias. Escuelas públicas, sanidad y demás, depende solo de si uno vive en un número par o impar de la calle de las Dues Províncies.

No obstante, en la práctica diaria, la vida fluye de un lado al otro de la calle con naturalidad. Familias enteras tienen miembros en ambos lados y las amistades no entienden de fronteras, aunque la administración sí.

Situación parecida en otro punto de Bellvei

Algo parecido pasa también en otro punto de Bellvei. Aunque el caso allí no es tan extremo. El término municipal del municipio se extiende bastante más allá del núcleo urbano y llega a tocar con El Vendrell.

Allí, en la capital del Baix Penedès, hay una urbanización llamada Oasis Park. Pues bien, esta zona también está divida en dos. Unos escasos 30 metros separan un pueblo del otro. La distancia que va de la calle Joaquim Sunyer a su paralela, Xavier Noguès. Esta vez, por eso, ambos pertenecen a la misma provincia.

Cómo es el pueblo

Pero bueno, estas no son las únicas características que hacen único a Bellvei. El casco antiguo de Bellvei todavía conserva el trazado medieval en algunas calles, con casas de piedra y detalles arquitectónicos que revelan su historia. 

Un castillo del que ahora sólo quedan sus rastros es el que dio nombre al pueblo. Hay documentación del año 1037 que habla del Castellum bellivicini, es decir, el castillo de la “bella vista”, en referencia a los paisajes del Penedès que lo rodeaban y lo siguen rodeando, pero la fortaleza ya no existe.

Vista panoràmica de Bellvei

Vista panoràmica de Bellvei PENEDÈS TURISME

Sí hay construcciones notables como la iglesia parroquial de Santa Maria, reconstruida en el siglo XVIII sobre una base románica anterior o la Torre de Bellvei, ubicada en el Mas Roig, que formaba parte del sistema defensivo medieval junto con el antiguo Mas de la Muga, del que también se conservan restos de torres del siglo XI.

Cómo llegar

De todos modos, si se quiere visitar, es fácil llegar. Desde Barcelona se tarda apenas 45 minutos, especialmente si se toma la AP-7. Si se va por la C-32 hasta las salidas de El Vendrell o Calafell, se enlaza con la N‑340 y el trayecto llega a la hora de viaje.

Si se parte desde Tarragona, el recorrido es igualmente cómodo: se puede tomar la AP‑7 hacia el norte o la N‑340 directamente, con un desvío señalizado a la altura de El Vendrell.