
Parece una marca de cerveza, pero es una palabra en catalán y hace referencia a un animal que nadie sabe qué es CRÓNICA GLOBAL
Parece una marca de cerveza, pero es una palabra en catalán y hace referencia a un animal que nadie sabe qué es
El origen de este particular concepto es todavía un misterio
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Hay marcas que llegan para quedarse. En Cataluña a las zapatillas deportivas se les llama bambas porque era una marca, en cambio, hay una popular marca de cerveza que se apropia una palabra y nadie se ha dado cuenta.
Para cualquier mortal nacido en España, Xibeca es el nombre de la litrona, de una botella de litro con etiqueta clara y letras rojas del catálogo de Damm. A medio camino entre la cerveza tradicional y la gaseosa, fue concebida como una bebida suave y asequible para acompañar las comidas familiares y acabó siendo la aliada perfecta en cualquier botellón.
Muchos escuchan la palabra Xibeca y la asocian directamente con esta bebida alcohólica, pero en Cataluña es mucho más que eso. Antes de que Damm se hiciera con ese nombre, este concepto ya existía en catalán. Y sigue existiendo.
Lo más sorprendente de todo es que pocos catalanes lo saben. Preguntar por la calle sobre el significado de “xibeca”, lleva a una respuesta clara: la cerveza. Craso error.
Qué significa
Xibeca en catalán sí tiene algo que ver con los botellones, y es que es necesario la luz para verla. Y es que este término hace referencia a un animal nocturno, un ser que en algunos pueblos provocaba temor, en otros, curiosidad, y en la mayoría, simplemente desconcierto. La xibeca en catalán hace referencia exactamente a la lechuza común.
En el Diccionari català-valencià-balear, el término xibeca se recoge como “pájaro nocturno de vuelo irregular, normalmente asociado a supersticiones”. Y es que, en algunas zonas se le atribuye el poder de anunciar desgracias, como ocurre con otras aves de hábitos nocturnos.
De dónde sale la palabra
Su canto, grave o estridente según las descripciones, ha sido motivo de múltiples leyendas. En comarcas del interior, se decía que escuchar una “xibeca” cerca de la casa era mal augurio. En otras, era simplemente una parte del paisaje sonoro de las noches de verano.
Pero si el animal es difícil de identificar, más lo es su etimología. Los lingüistas no se ponen de acuerdo sobre el origen exacto de la palabra.
Algunas teorías apuntan a raíces prerromanas; otras sugieren un origen onomatopéyico, vinculado al sonido que emite el ave. Hay incluso hipótesis que lo relacionan con términos occitanos o aragoneses de significado similar.
Lo que sí parece claro es que se trata de un vocablo profundamente vinculado al mundo rural, a la observación directa del entorno y a una relación íntima con la naturaleza nocturna que hoy hemos perdido casi por completo.
Del animal a la cerveza
Y entonces, ¿cómo es que una palabra tan antigua, tan enigmática y tan poco urbana acabó dando nombre a una marca de cerveza?
La respuesta está en la Barcelona de los años 60. En plena expansión industrial y con una creciente clase obrera, la cervecera Damm decide lanzar un nuevo producto: una cerveza de baja graduación, más económica y más ligera, pensada para el consumo diario y familiar.
Una marca convertida en nombre
En un momento en que la cerveza todavía no era la bebida de masas que es hoy, esta propuesta pretendía competir con el vino de mesa, muy presente en los hogares. El formato elegido fue la botella de litro, una rareza entonces, y el nombre… fue Xibeca. Las razones detrás de esta elección nunca han sido del todo explicadas por la empresa.
Curiosamente, con el paso de los años, la xibeca cervecera ha pasado a relegar a segundo plano a la xibeca animal. Es más, ya muy pocos catalanes asocian la palabra a una lechuza.
Y es que el peso de la marca ha llegado a convertirse en sinécdoque: en algunos lugares, decir “una xibeca” es sinónimo de pedir una botella grande de cerveza, sea o no de la marca original.
Como ocurre con tantas otras marcas convertidas en sustantivos comunes, la cerveza ha devorado el significado anterior de la palabra, dejando en la sombra a su homónima alada.