
Vista panorámica de Barcelona, con La Basílica de Santa María del Mar en el centro
La mayoría de los catalanes apoya la regulación de alquileres y pisos turísticos
El 91% de los encuestados por el CEO reconoce que es nuy difícil acceder a una vivienda en condiciones, lo que para el 89% supone un efecto negativo en la calidad de vida
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La mayoría de los catalanes apoya la regulación de alquileres y pisos turísticos. En concreto, el 74% está a favor de limitar los pisos turísticos y un 71% respalda medidas como regular los alquileres, obligar a los grandes propietarios a ofrecer parte de sus viviendas en alquiler social, y ofrecer ayudas directas al arrendamiento, según la Encuesta sobre actitudes y preferencias sobre vivienda en Cataluña publicada este viernes por el Centre d'Estudis d'Opinió (CEO).
De la encuesta se desprende que el 91% de los entrevistados reconoce que existen dificultades en el acceso a una vivienda en condiciones y que el 89% afirma que eso tiene un efecto negativo en la calidad de vida.
Los jóvenes, los más afectados
El segmento de la población que sufre mayor impacto son los jóvenes. El 56% de los catalanes de entre 25 y 34 años siente que la situación actual de emergencia habitacional le afecta "negativamente o muy negativamente", por encima del 35% del total de la población.
El malestar tiende a reducirse con la edad. Un 46% de las personas de entre 35 y 49 años declara sentirse afectada, mientras que entre los ciudadanos de 50 y 64 años, la cifra baja al 28%. En el caso de los mayores de 60 años, solo un 12% comparte esa percepción.

Fachada de un edificio de viviendas Europa Press
Durante la presentación del informe este viernes, el director del CEO, Joan Rodríguez, ha destacado que la mayoría de los catalanes —dos de cada tres— "no considera que el problema de la vivienda les esté perjudicando ahora mismo". No obstante, ha subrayado que los menores de 40 años, especialmente las mujeres, manifiestan mayor preocupación y durante un período más prolongado.
Vivienda como derecho
El 57% considera la vivienda como una necesidad básica y no como una mercancía de la que se puede sacar un rédito económico; y tres de cada cuatro de los que dicen que es una mercancía acepta que debe haber regulaciones en el sector, mientras que el 10% dice que no debería haber ninguna.
Sin embargo, el 60% de los hombres menores de 24 años entiende que la vivienda es un recurso económico, a la vez que el 70% de las mujeres de la misma edad dice que es una necesidad básica, una diferencia que no se da en el resto de grupos de edad.
Futuro incierto
El informe también revela que la mitad de los catalanes de entre 25 y 34 años desea comprar una vivienda, lo que representa una demanda latente de unas 500.000 personas. En cambio, en el conjunto de la población esa intención cae al 21%.

Dos jóvenes mirando una agencia inmobiliaria en Barcelona
Otro dato destacado es que el 82% de quienes viven de alquiler preferirían ser propietarios. En el caso de los menores de 34 años, el deseo de tener una vivienda en propiedad es prácticamente unánime.
Rodríguez ha señalado que este dato muestra un problema "en la descompensación entre la oferta y la demanda", ya que ha dicho que "es evidente que no se puede producir una oferta que satisfaga a esta demanda".
"Esto es un indicativo que, de cara al futuro, la disparidad y las aspiraciones insatisfechas alrededor de la vivienda pueden convertirse en un factor de desconfianza y de crítica política, especialmente si las instituciones públicas no reaccionan y se ponen al frente", ha añadido.
Herencia y propiedad
Por otro lado, el informe señala que un 55% de los catalanes no espera heredar ninguna vivienda. El 27% cree que recibirá una parte, el 12% espera heredar una vivienda completa y solo un 4% calcula que podrá heredar más de una.

Alquiler en Barcelona EFE
Este escenario, según Rodríguez, podría acentuar desigualdades y generar nuevas divisiones sociales en los próximos años, especialmente si el acceso a la vivienda depende cada vez más de herencias.
Además, un 20% de la población posee más de una vivienda. De estas propiedades adicionales, el 43% se destinan a segunda residencia, otro 43% están alquiladas y el resto las habitan familiares o hijos del propietario.