Pirocúmulo en Cataluña: qué es, por qué se produce y cómo afecta en los incendios de Lleida

Pirocúmulo en Cataluña: qué es, por qué se produce y cómo afecta en los incendios de Lleida EP

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Pirocúmulo en Cataluña: qué es, por qué se produce y cómo afecta a los incendios de Lleida

Es la primera vez que se produce este fenómeno en el territorio y alerta de un peligro futuro

Más información: Dos personas mueren en los incendios forestales de la provincia de Lleida

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El incendio de la Segarra (Lleida) ha generado un fenómeno nunca visto en Cataluña. Lo que comenzó como un gran incendio de vegetación en la comarca de la Segarra ha producido una enorme nube que se deja ver a decenas de kilómetros de distancia.

Conocido como pirocúmulo, este fenómeno meteorológico inédito en el país, es más propio de los volcanes y de los incendios en plantas químicas e industriales que en fuegos de campos. Aun así, ha sucedido.

Qué pasó en Lleida

Una nube de fuego alcanzó los 14 kilómetros de altura, mientras más de 5.000 hectáreas de campo ardían en Cataluña. Una columna ardiente visible desde decenas de kilómetros a la redonda que preocupó a los vecinos y obligó a los bomberos a cambiar completamente su estrategia de intervención.

El incendio, uno de los más devastadores de los últimos años en territorio catalán, ha dejado al menos dos víctimas mortales y centenares de hectáreas calcinadas. Y mientras, esa nube amenazaba en el cielo.

Pero lo que ha elevado la alarma a otro nivel ha sido la formación de un pirocúmulo de dimensiones extremas, una estructura vertical impulsada por el calor del fuego que alteró la meteorología local y complicó la labor de los servicios de emergencia.

Si bien se han formado pirocúmulos en otros incendios de España, es la primera vez que se da en Cataluña. Su densidad es tal que hace menos visible la zona afectada por el fuego y los trabajos de extinción. Pero la pregunta es: ¿qué es un pirocúmulo?

Qué es un pirocúmulo

Se trata de una nube de desarrollo vertical formada por el aire extremadamente caliente que genera un incendio forestal, una erupción volcánica o incluso una explosión industrial. Es el propio fuego el que calienta el aire y lo hace subir con tal fuerza que acaba formando una nube cargada de cenizas, vapor de agua y humo.

Los expertos señalan que son nubes que se autoalimentan del calor del incendio. A medida que el aire caliente asciende, arrastra partículas y humedad que, al enfriarse a mayor altitud, se condensa y forma la nube. Si la nube es de un gran tamaño y las condiciones meteorológicas lo permiten, estos pirocúmulos pueden crecer hasta convertirse en una tormenta en toda regla.

Incendio en Lleida

Incendio en Lleida EP

Dónde se producen

Este fenómeno, más habitual en incendios extremos de regiones como Australia, Estados Unidos o Canadá, nunca se había documentado con tal intensidad en Cataluña. De ahí, la preocupación.

Según los expertos consultados, se trata de una señal clara de que los incendios han entrado en una nueva fase: la llamada sexta generación, marcada por la imposibilidad de ser controlados con medios tradicionales y por su interacción directa con la atmósfera.

Problemas para extinguir el incendio

Por mucho que se conozca el fenómeno y si bien es conocido que se podía dar en Cataluña, poco se esperaban los bomberos que se iba a dar en la Segarra. Aunque fuentes operativas que trabajaban sobre el terreno explican que, en los primeros compases del incendio, ya detectaron un comportamiento inusual. 

El humo no se dispersaba en horizontal como suele ser habitual, sino que era absorbido por una corriente ascendente muy potente, como si el propio incendio estuviera fabricando su propia atmósfera. Poco después, el fenómeno se hizo evidente: una gigantesca masa nubosa, formada por humo, vapor y cenizas, comenzaba a crecer hacia las capas más altas de la atmósfera, hasta alcanzar la estratosfera.

Incendio en Torrefeta i Florejacs (Lleida)

Incendio en Torrefeta i Florejacs (Lleida) Bombers Europa Press

La magnitud del pirocúmulo fue tal que obligó a suspender momentáneamente las maniobras aéreas y a extremar las precauciones del personal desplegado en tierra. Los propios bomberos recuerdan que cuando se forman estas nubes es mejor tomar distancia, porque además es imposible trabajar en estas condiciones. 

Además, estas nubes son imprevisibles. Pueden generar una tormenta, lo que puede poner en peligro la vida de los bomberos que trabajan en la zona. Asimismo, las corrientes ascendentes y descendentes asociadas al pirocúmulo pueden producir vientos erráticos que alimentan el fuego en múltiples direcciones, a menudo sin aviso. 

Trabajo conjunto entre bomberos y el Meteocat

Para evitar situaciones indeseadas, los equipos técnicos del Servei Meteorològic de Catalunya y del cuerpo de Bombers analizan ya los datos del pirocúmulo para entender mejor su origen y evolución. 

La hipótesis dominante es que la conjunción de altas temperaturas, masa forestal reseca y fuerte inestabilidad atmosférica actuó como catalizador para este evento sin precedentes. El análisis incluirá imágenes satelitales, mediciones térmicas y datos de viento para trazar el ciclo de vida completo de la nube.

Vista aérea del reciente incendio en Granyena de Segarra

Vista aérea del reciente incendio en Granyena de Segarra Agents Rurals

El pirocúmulo, un reto para los incendios del futuro

Los expertos coinciden en que fenómenos como este, lejos de ser anecdóticos, podrían convertirse en más frecuentes en un escenario de cambio climático sostenido. El aumento de olas de calor, la disminución de la humedad del suelo y la expansión de áreas susceptibles de arder suponen el caldo de cultivo perfecto para la formación de estas estructuras.

Mientras tanto, los cuerpos de emergencia ya hablan de un nuevo paradigma en la lucha contra incendios forestales. Uno en el que no solo hay que mirar a la tierra… sino también al cielo.