Vistas del distrito de Ciutat Vella

Vistas del distrito de Ciutat Vella Ayuntamiento de Barcelona

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Ciutat Vella, la zona de Barcelona con mayor riesgo de sufrir enfermedades como el 'hígado graso' o la diabetes

El casco antiguo es donde hay más probabilidad de sufrir una enfermedad no transmisible, según un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona

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Barcelona concentra varias áreas donde el acceso a las bebidas alcohólicas o los productos ultraprocesados es mucho mayor que la disponibilidad de fruterías, pescaderías o venta de frutos secos. Una balanza que se desequilibra, principalmente, en Ciutat Vella, donde hay un mayor riesgo de sufrir enfermedades no transmisibles, tales como la esteatosis hepática conocida como hígado graso, el cáncer, la diabetes, o las enfermedades pulmonares crónicas o cardiovasculares, que empeoran la salud de la ciudadanía.

Así lo determina un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), en el que se apunta que Ciutat Vella es la mayor zona de riesgo de enfermedades no transmisibles, seguido por Sants-Montjuïc, el Eixample y Horta Guinardó. A continuación, serían Sant Martí y Les Corts; luego, Sarrià-Sant Gervasi y Sant Andreu estarían en cuarto lugar y, por último, Nou Barris se convertiría en la localidad con las mejores características gracias a la buena compensación de negocios. 

El artículo del ISGlobal, publicado en la revista científica The Lancet Regional Health - Europe, alerta de los efectos nocivos de la concentración de los locales dedicados a la venta de alcohol, carnicerías, pastelerías y heladerías, sin una alternativa saludable para los habitantes y visitantes del barrio. Al respecto, Jeffrey Lazarus, jefe del Grupo de Salud Pública del Hígado en ISGlobal y autor principal del paper, comenta a Crónica Global que en estas zonas “hay peores posibilidades de conseguir comida de buena calidad”. 

Fibrosis hepática

La idea original surgió durante una conversación con el jefe del Servicio de Hepatología del Hospital Clínic sobre las diferencias existentes entre EEUU y España respecto a la ingesta de alcohol. “Aquí es muy fácil comprar alcohol con consecuencias serias de salud”, matiza; en cambio, en el país estadounidense, la edad mínima legal para su compra es a los 21 años.

Lo que en un primer momento iba a ser un llamamiento a los organismos públicos para incrementar estos controles, se convirtió en este estudio que utiliza un análisis geoespacial de la ciudad de Barcelona, donde se identifican los puntos de venta de alcohol y otros productos perjudiciales, y el escaso acceso a alimentos saludables.

Asimismo, la Ciudad Condal presenta un gran número de personas adultas con fibrosis hepática, lo que representa una etapa avanzada del daño hepático. Es más, el grado de fibrosis es el principal factor de riesgo de mortalidad en quienes viven con enfermedades hepáticas asociadas a trastornos metabólicos, como las cardiovasculares. “El tema del hígado y la disfunción metabólica no está bien tratado en la sanidad pública”, advierte el investigador.  

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El turismo, otro factor

El turismo es otro aspecto a contemplar en este panorama. Lazarus compara Barcelona con otras ciudades, como San Sebastián, en la que la cultura de pinchos ofrece variedad gastronómica y hay escasez de locales dedicados al alcohol en la primera línea de playa, o, por ejemplo, resalta de París, donde “hay buena comida por todos lados”. “No podemos cambiar Barcelona de un día para otro, pero sí se puede crear conocimiento”, indica. 

En comparación con otro estudio que diseñó en EEUU, en el que analizaba metrópolis como Portland o Nueva York, la capital de Cataluña sigue ofreciendo mejores servicios gracias a la implantación del carril bici, la vegetación en las calles o un mayor esfuerzo en cuidar a la ciudadanía. “Tenemos una relación estrecha con la Generalitat y la Agencia de Salud Pública, así que esperamos que poco a poco se hagan cambios”, dice el miembro de ISGlobal, institución impulsada por la Fundación La Caixa

Llamada a la acción

El artículo ofrece una serie de recomendaciones para mejorar la salud pública. La primera de ellas, involucrar a los gobiernos y responsables políticos junto a grupos específicos, como personas que viven con TEA o profesionales del sistema sanitario, para establecer un programa de abordaje. También, aplicar los principios de la ciencia ciudadana, es decir, valerse del voluntariado y de especialistas que observen el entorno para mejorar la información sobre las zonas ENT.  

Además, se sugiere una serie de intervenciones específicas, como ayudas económicas para incrementar los puestos de venta de frutas y verduras, al igual que establecer impuestos sobre las bebidas azucaradas y alcohólicas con tal de favorecer estilos de vida más saludables. Todo ello, al amparo del cumplimiento de los puntos 3.4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que buscan reducir la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles en un tercio.

De Barcelona al mundo

Barcelona concentrará los días 5 y 6 de junio a un centenar de expertos procedentes de 25 países en el foro Global Think-Tank on Steatoic Liver Disease, en el Palau Macaya. A lo largo de las jornadas, los expertos, profesionales y pacientes intercambiarán las mejores prácticas tanto en prevención y diagnóstico como en tratamiento. 

En las mesas se abordarán temas como la utilidad de la colaboración entre equipos multidisciplinares, la aplicación de la inteligencia artificial y el Big Data en la resolución de problemas y la creación de soluciones conjuntas para las urbes, entre otras cuestiones.