Mientras la Comunidad Valenciana se recupera de la tragedia provocada por la DANA, el resto de comunidades autónomas de España revisan y actualizan, a un ritmo forzado, sus planes para hacer frente a episodios de estas características.
Esta misma semana, la Generalitat de Cataluña ha dado a conocer que, en un plazo máximo de dos años, exigirá un plan de protección civil a todos los municipios.
Centros de ocio, comerciales y deportivos
A partir de la clasificación por demarcaciones hidrográficas, se aprecia que el patrimonio cultural de Cataluña es el más expuesto de toda España a los efectos de las inundaciones. En concreto, hasta 656 lugares estarían afectados en caso de riada o de subida del nivel del mar.
Por detrás, aparecen 77 puntos de “concurrencia pública destacada” con riesgo de quedar bajo el agua. Son centros de ocio (36), instalaciones deportivas (24) y centros comerciales (17). En el capítulo de centros educativos, Cataluña también lidera la clasificación nacional con 59 escuelas en zonas inundables.
20 millones de euros para actualizar los planes de actuación
Sin dejar este ámbito, el Ejecutivo de Salvador Illa también quiere revisar la actividad económica en las zonas inundables. Para completar la tarea, la Administración catalana pondrá a disposición de los ayuntamientos, hasta 2027, una partida de 20 millones de euros y recursos técnicos.
De los 521 municipios obligados a tener el plan de protección civil, más de la mitad incumplen la ley. Más allá de zonas históricamente inundables como el caso del Delta de l’Ebre, en la lista de ciudades incumplidoras aparecen Badalona, Montcada i Reixac, El Masnou, Puigcerdà, Vilassar de Mar, Badia del Vallès y Sant Pere de Ribes.
En este sentido, para el período 2022-2027, la Agència Catalana de l’Aigua ha reforzado sus planes de prevención para las inundaciones en el Garraf, el Besòs, la Costa Brava, Tarragona, el Ter, el Llobregat y la zona del Gaià, entre otros puntos. El mismo organismo recoge que el 35% de la superficie de Cataluña puede experimentar un incremento significativo del riesgo de inundaciones.
En el plano de movilidad y transporte, los aeropuertos catalanes no se escapan de la alerta por peligro de inundaciones. Además de las recientes inundaciones por la DANA, el aeropuerto de Barcelona-El Prat arrastra, desde hace años, el debate por su ampliación y un hipotético daño ambiental por estar situado en las proximidades de una reserva natural.