Las farmacias catalanas sufren un desabastecimiento de entre 800 y 1.000 referencias de medicamentos desde hace unos cinco años, ha informado el presidente de la Federació d'Associacions de Farmàcies de Catalunya, Antoni Torres Vergara. Sin embargo, ha aclarado también que, por el momento, hay soluciones alternativas para todos los casos.
Pese a la preocupación que esta cuestión ha generado dentro del sector desde meses antes del inicio de la pandemia, el Col·legi de Farmacèutics de Barcelona prefiere evitar el alarmismo entre los consumidores y recuerda que "existen alternativas terapéuticas en la mayoría de casos", gracias a los genéricos y la diversidad de marcas que comercializan el mismo medicamento bajo distintos nombres.
Entre los artículos que más se están echando de menos en las farmacias catalanas destacan el Concerta (un medicamento de toma diaria para el trastorno de déficit de atención e hiperactividad), algunas marcas de insulina y las bolsas de recolección de orina para pacientes con ostomías.
El caso de Concerta
Cientos de familias en Cataluña se han visto afectadas por la falta de distribución de Concerta en cualquiera de las tres dosis en que se comercializa. Se trata de uno de los pocos casos en que los medicamentos alternativos también han sufrido una rotura de stocks. Es por ello que, según el Col·legi de Farmacèutics, se está haciendo un reparto controlado que tampoco llega a cumplir con la demanda.
La única manera de paliar los efectos de la falta de Concerta en el mercado, explican los farmacéuticos, es cambiar la prescripción del paciente, en la mayoría de casos, niños y adolescentes. Esta solución, sin embargo, implica un tiempo de adaptación de estos pacientes a un nuevo fármaco.
Cadena de distribución
Según ha detallado Torres en una entrevista en Rac1 en la mañana de este viernes, una de las principales causas del desabastecimiento de medicamentos que sufre no solo Cataluña, sino Europa en general, es la deslocalización de la producción de los mismos. El presidente del Col·legi ha expuesto que las grandes farmacéuticas trasladaron sus fábricas a China y la India a inicios de los años 2000, al igual que otros sectores, como los de la moda y la tecnología. Las compañías a menudo subcontrataban la producción de medicamentos que luego eran importados a Europa para su comercialización.
En este siglo, la población china e india de clase media y, por lo tanto, con capacidad de consumo, ha crecido exponencialmente y ello, según Torres, habría causado que cada vez más parte de la producción de medicamentos en estos países se dedique a la distribución interna, bajando así las exportaciones a Europa.
Ante los mensajes de calma del Col·legi de Farmacéuticos, Torres asegura no haber vivido "una situación así en más de cuarenta años de carrera" y explica que los farmacéuticos están uniendo fuerzas para localizar y repartirse las remesas de los medicamentos más buscados.
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