Al menos 151.000 personas en Cataluña se dedican al cuidado informal de personas de más de 65 años, mayoritariamente sus propios familiares. La traducción monetaria de estas horas de dedicación, aplicando el salario del convenio colectivo del sector, representaría una cifra de 5.811 millones de euros al año, lo que equivale al 2,2% del PIB catalán. En términos de ocupación, las horas trabajadas (441,8 millones) corresponden al 6,8% de la dedicación laboral en este territorio.
Así se desprende de las conclusiones del último informe elaborado por el Obeservatori de la Dona, Empresa i Economia de la Cambra de Comerç de Barcelona. De hecho, si se consideran los impactos económicos indirectos e inducidos, los cuidados informales llegan a representar un 4,1% del PIB catalán, con las mujeres contribuyendo a dos terceras partes de este impacto económico (2,7% del PIB), y el 10,9% de la ocupación total.
Unas 60.000 personas de las 151.000 totales pertenecen a la bautizada como 'generación sándwich', que cuidan de sus padres jubilados y de sus hijos menores de edad mientras trabajan.
Brecha de género
El 66% de las pertenecientes a dicha 'generación sándwich' son mujeres y el 34%, hombres. Además, ellas invierten a los cuidados, de media, seis horas más a la semana: dedican 49,3 horas frente a las 43,8 horas de los hombres. A causa de esta diferencia, la presencia femenina aumenta hasta el 69% del total de horas destinadas; en concreto, las mujeres realizan 102 de las 148 millones de horas de cuidados informales anuales en Cataluña.
Según el estudio, el cuidado de personas dependientes tiene importantes efectos económicos, sociales, profesionales y sobre el bienestar físico y emocional de los que dedican su tiempo. Como consecuencia de asumir esta responsabilidad, las mujeres tienen más probabilidades de dejar de trabajar o de reducir su jornada laboral; además, ven más reducido su tiempo de ocio y presentan un mayor deterioro de su salud como consecuencia de su posición, sufriendo más cansancio y depresión.
Cambio de paradigma
Para Àngels Cobo, directora de Transformació Digital de Suara Cooperativa, los datos del estudio "exigen pensar en un cambio de paradigma" para afrontar los retos actuales, lo que implica "más cuidados profesionales a través del compromiso e inversión por parte de las administraciones así como el despliegue de tecnología, innovación y talento por parte de las empresas responsables de estos cuidados".
Desde la Cambra de Comerç destacan como gran reto en el sector de los cuidados la alarmante proyección demográfica de Cataluña de cara a 2050. Según el Idescat, para entonces, los mayores de 65 años tendrán un peso del 30% de la población, mientras que en 2022 era del 19%. La tasa de dependencia (resultado de la división de personas de más de 65 años entre la población de 16 a 64), pasará del 29,3% del 2022 a superar el 50% para 2050.
Esta realidad hará, según las conclusiones del Obeservatori de la Dona, Empresa i Economia, "más insostenible todavía el actual sistema de cuidados informales que está basado fundamentalmente en los familaires, principalmente las hijas".