El refranero popular es maravilloso. Da mucho juego, tiene expresiones para todos los gustos y siempre la adecuada para cada situación. Pasa con el castellano y con el catalán. Lenguas que comparten algunos de estos dichos, pero que en muchos casos no se pueden traducir porque pierde todo el significado.

Esto muchas veces lleva a confusiones mayúsculas. Sobre todo si uno le dice a un castellanohablante, que ha bebido aceite. Porque claro, no tiene ningún otro sentido que no sea el literal en español. Y en realidad un catalán ha traducido la expresión “ha begut oli” que quiere decir algo así como “ya está listo”, “ya está apañao’”, o que no tiene remedio.

Una rara expresión

Como estas hay decenas, pero hay una que no sólo es intraducible, sino que incluso en Cataluña no es muy común a pesar de lo práctica y visual que es. Se trata de “Perdre un llençol a cada bugada”. 

Muchos catalanes no saben qué significa este dicho, en su día muy popular. De forma literal se traduciría como “perder una sábana en cada lavado de ropa”. ¿Tiene sentido?

De dónde viene

Si uno lo piensa es una realidad que sucede. Aunque igual no de forma tan concreta. ¿Cuántos calcetines han desaparecido en España dentro de una lavadora? No hay estudios al respecto, pero este redactor pone la mano en el fuego a que a más de un millón de españoles les ha sucedido eso.

Bien, de esa teoría y realidad tan evidente nace esta expresión catalana que ya se usaba en el siglo XIX. ¿A qué hace referencia? Cuesta pensar que antes del invento de la lavadora alguien hiciera referencia a este fantástico electrodoméstico, pero lo que pone en evidencia es que ya por entonces en cada lavado a mano también se perdían cosas. ¿Hasta sábanas? Bueno, de algún lugar debe salir.

Qué significa

Vamos al asunto. Esta expresión también se aplica a la vida en general. ¿Cuándo? Bien, pues que a veces, cuando empezamos a hacer algo con la intención que sea, por el camino siempre surgen problemas, cosas que perdemos.

El equivalente castellano sería como decir que “a cada paso que se avanza se retroceden tres”. Para muchos, es un esfuerzo que no vale la pena, para otros el fin lo amerita y vale la pena el esfuerzo. Pero bueno, los catalanes de la época prefirieron explicarlo con las pérdidas de ropa cuando se ponen a lavarla.

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