Cataluña es una región repleta de mercados: ambulantes, temporales, medievales, de artesanía. Eso sin contar los mercadillos semanales de frutas y ropa, los de ropa vintage, los de segunda mano o, directamente, los hipsters.

Como diría aquel famoso anuncio, una ardilla podría ir saltando de mercadillo en mercadillo de Cataluña y no se detendría jamás. Esto es una ventaja para los que le gusta la vida ambulante y los aficionados a escaparse a ver este tipo de eventos tan arraigados a la tierra.

Dónde está

Barcelona tiene los suyos propios, pero los barceloneses saben lo necesario que es salir de la ciudad. Cerca de la capital catalana, hay muchas opciones si uno quiere ir a pasar el día a un pueblo bonito y descubrir algún mercado especial, nada mejor que ir al pueblito de los mercados.

Casi en los límites de la provincia de Barcelona, donde empieza el Parque Natural Cadí-Moixaró se esconde un pequeño pueblo de poco más de 2.100 habitantes que sorprende por sus ferias y su belleza. Se trata de Bagà.

Situado en el corazón del Berguedà, a orillas del río Bastareny, este municipio destaca por su aspecto. Sus estrechas calles y sus casas de piedra hacen viajar al visitante hasta la Edad Media sin dejar el siglo XXI.

Qué ver en Bagà

Su legado histórico y su actividad cultural son sólo un añadido más a esta localidad donde tradiciones y delicias culinarias se entrelazan para cautivar al visitante e invitarle a quedarse un poco más. Rodeado de escenarios naturales espectaculares, uno sólo quiere dejarse llevar por relajantes paseos y caminatas en medio de la naturaleza

Bagá presume de un patrimonio histórico que incluye fascinantes edificaciones, tanto civiles como religiosas. La Plaza Mayor Porticada, de estilo medieval y conocida también como la Plaza de las 100 doncellas, es un ejemplo de esto. Aquí se hallan edificios históricos como la Iglesia de Sant Esteve, de arquitectura gótico-románica, que data de los siglos XIII y XIV, y el Palacio de los Pinós, que actualmente está en pleno proceso de restauración.

En la misma plaza, destaca la Estatua a Galcerán de Pinós, el legendario almirante fundador del pueblo. Un poco más allá, el puente medieval sobre el río Bastareny invita a cruzarlo para encontrarse con el Oratorio del siglo XVI, que alberga una imagen de la Virgen.

Mercados destacados

Pero antes de seguir explorando el pueblo, es necesario hablar de algo que también lo hace muy característico. Sus fiestas y mercados. Destacan las Festes de la Baronia de Pinós, celebradas en julio, con conciertos, visitas guiadas y conferencias. 

Por esas fechas, en el centro de la plaza, rodeado de porches, se puede disfrutar con los improvisados quehaceres diarios de la época medieval, así como probar la comida de esos siglos en la cocina que se instala. El visitante, sin darse cuenta, se verá implicado en las múltiples escenificaciones que se llevan a cabo en las calles del viejo barrio e impregnado de historia.

Un viaje a la Edad Media

Pero si hay una fiesta que destaca es el Mercado Medieval de Bagá. La misma Guía Repsol, al hablar del municipio, destaca esta celebración. Una fiesta que se ha convertido casi en una institución de Los Pirineos.

Caldereros, ceramistas, joyeros, herreros, alpargateros, encajeras, hiladoras, juglares y toda una variedad de los oficios más variados trabajan en las calles y bajo la estatua de Galceran de Pinós. A eso se le suman las visitas guiadas por el pueblo para conocer su pasado medieval, las actuaciones en vivo y una actividad gastronómica de infarto, con food trucks con comida de todo tipo que recuerdan que este viaje en el tiempo es sólo momentáneo.

Mercado Medieval en Bagà / WIKIMEDIA

Otras fiestas populares

Pero estos no son los únicos mercados. Destacan también la Fira de demostració d’oficis tradicionals y la Mostra gastronómica de productors agroalimentaris del Berguedà. 

Otras celebraciones que amenizan la vida de sus vecinos incluyen El rescat de les 100 donzelles, la Fiesta del arroz y la Fia-faia, una festividad navideña que ilumina las calles con antorchas en una procesión que parte de una montaña hasta la Plaza porticada.

Qué hacer

Pero Bagá no solo se limita a su patrimonio histórico, a la belleza natural que lo rodea y a sus mercados. Otro espacio que bien merece una visita es el Museo Cátaro y Medieval, que forma parte de la Ruta de los Hombres Buenos, un recorrido seguido por los cátaros cuando huían de Francia hacia Cataluña.

Además, el municipio tiene otros puntos curiosos como las fuentes de l'Adou, la garganta de els Empedrats, el terreno de acampada de Riugréixer y la Fageda de Millarés, donde conectar con la naturaleza en su máxima expresión.

Qué comer

Una recomendación especial es recorrer el Camí de la Serra, una ruta sencilla que culmina en un impresionante mirador, desde donde disfrutar de vistas panorámicas de la villa y del valle de Bastareny, perfecto para capturar fotografías memorables. Y, a unos 2 kilómetros, se encuentra el Santuario de Paller, dedicado a la Virgen de Paller, patrona de Bagá. Este hermoso lugar, enclavado en el Parque Natural del Cardí-Moixeró, ofrece una arquitectura exquisita en medio de un entorno natural impresionante.

En cuanto a la gastronomía, vale la pena degustar algunas de sus delicias como el Alioli de Membrillo, la Ensalada de Xicoies, la Tortilla de Moixerons y la Escudella de Maíz Escairat, auténticos tesoros culinarios catalanes.

Cómo llegar

Para poder disfrutar de todo esto. Basta un trayecto de menos de dos horas en coche desde Barcelona, una hora y 45 minutos como mucho. Se debe tomar la autovía C-16 en dirección a Berga y el Túnel del Cadí. Tras unos 110 kilómetros, se llega a la salida indicada hacia Bagà, justo después de atravesar Berga. 

Una vez en la salida de Bagà, hay que continuar por la carretera local BV-4025, que conduce directamente al centro del municipio. El camino está bien señalizado y permite adentrarse en la zona del parque natural del Cadí-Moixeró.

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