La Agencia Catalana del Agua (ACA) ha publicado la resolución de la línea de subvenciones dirigidas a ayuntamientos y consejos comarcales para que estos recuperen pozos en desuso o que no funcionan a pleno rendimiento. Ante el empeoramiento de sequía, el Govern busca acelerar las obras que permitan resistir mejor a la falta de recursos hídricos; de hecho, Cataluña se acerca de nuevo a la fase de excepcionalidad.

Las actuaciones subvencionadas consisten en recuperar, rehabilitar, adecuar y ejecutar captaciones de aguas subterráneas para el abastecimiento de los vecinos. En total, son 19 millones de euros los movilizados en este programa de ayudas para aportar a la red hasta 22 hectómetros cúbicos (hm3) anuales de agua.

El estado de la sequía en los embalses de Cataluña

Los embalses de las cuencas internas, que nutren a la mayoría de la población de Cataluña, no han parado de caer desde finales de junio; están actualmente al 28%.

En concreto el sistema Ter-Llobregat, que abastece el área metropolitana de Barcelona y parte de Girona, está al 29,6 %, con el riesgo de que pueda entrar en fase de excepcionalidad próximamente (se decreta con el 25% de las reservas).

Interactivo: lista de municipios subvencionados

La Generalitat estima que las subvenciones beneficiarán a 157 municipios en la recuperación de captaciones en desuso y el aumento del rendimiento de pozos que formen parte del servicio de suministro.

Obras para la conexión de Vallirana a la red de abastecimiento de agua del Ter-Llobregat AJUNTAMENT DE VALLIRANA

El máximo de ayuda otorgada por solicitud es hasta un millón de euros, de manera que la inversión elegible máxima corresponde a 15.000 euros por cada m3/hora del caudal adicional a recuperar. El tope máximo de 250 litros por habitante y día.

Estos son los municipios que se han acogido al programa y que recibirán fondos públicos para recuperar o mejorar el estado de sus pozos:

Se acerca la fase de excepcionalidad: cuáles son las restricciones

Los documentos de la Generalitat y la ACA contemplan la declaración de la fase de excepcionalidad por sequía cuando las reservas de un sistema caigan por debajo del 25% (actualmente, se sitúan en torno al 28%). Cuando eso pase, el semáforo estará en amarillo y se establecerá un consumo máximo permitido por habitante y día de 230 litros, al que estarán sometidos ciudadanos, servicios, fábricas y comercios.

El llenado de piscinas que no recirculen el agua volverá a estar prohibido, las fuentes ornamentales dejarán de contener agua y el riego de jardines quedará limitado al de supervivencia. Además, los catalanes solo podrán lavar su coche en establecimientos comerciales dedicados a ello ni podrán limpiar calles y mobiliario urbano con agua potable. Los agricultores, por su parte, verán reducida su dotación de agua en un 40% y las fábricas, en un 15%.

Todas estas restricciones se verán incrementadas cuando las reservas caigan al 16% y el semáforo pase al rojo, como pasó en febrero.

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