En Cataluña, los mercados y mercadillos se han convertido en una de las actividades más populares para locales y turistas. Bueno, en Cataluña y en el resto de España. Hace ya siglos que en la mayoría de pueblos del país se organiza un mercado semanal en el que los vendedores de productos de alimentación comparten espacio en la calle con otros puestos en los que se venden ropa, juguetes y hasta algún elemento decorativo, pequeños electrodomésticos y, desde hace unos años, incluso algún dispositivo electrónico.
Poco a poco, estos mercados han ido creciendo y cambiando. Los mercados semanales de productos de alimentación, por ejemplo, han desaparecido prácticamente de las grandes ciudades como Barcelona, Girona y Tarragona.
Mercados populares
En compensación, estas grandes ciudades sí albergan multitud de eventos a lo largo del año, que van desde los clásicos mercados semanales de productos de moda hasta los cada vez más populares mercadillos de ropa vintage, artesanía y outlets.
Ejemplos de estos eventos son el Mercat de Sant Antoni en Barcelona, que donde se comparten cromos y se venden libros de segunda mano, y el mercadillo de Vic, famoso por sus productos artesanales y gastronómicos. Estas citas recurrentes atraen a miles de personas en busca de ofertas, piezas únicas y objetos curiosos, reforzando el encanto de los mercados tradicionales en un entorno contemporáneo.
Mercadillo revolucionario
Sin embargo, además de estos mercados ya establecidos, una tendencia que sigue ganando popularidad es la aparición de mercadillos más originales y temáticos. A los ya tradicionales eventos de ropa vintage, hace unos años apareció uno que revolucionó Cataluña. Porque sí, aunque se haga en Tarragona, muchos curiosos se acercaron.
Se trata de un mercadillo que se enfoca en la venta de artículos devueltos, no reclamados o de segunda mano de Amazon. Una ocasión única para darle una nueva oportunidad de uso a productos que, de otro modo, acabarían en el olvido.
Quién organiza
La idea fue de los responsables de la empresa Destock Colis, un negocio especializado en la venta de los populares mystery boxes, o lo que es lo mismo, paquetes que provienen de devoluciones o que nunca fueron recogidos en plataformas de comercio electrónico como Amazon.
Como era una cosa que ya hacían de forma habitual, decidieron abrirse al mundo en forma de mercadillo. Una iniciativa que ya probaron hace un mes y que, debido a su éxito repite este 2024.
Dónde es
La próxima semana, del 30 de septiembre al 6 de octubre, el centro comercial Carrefour Tarragona acogerá este singular mercadillo, donde los visitantes pueden adquirir paquetes perdidos o no reclamados a un precio de 15 euros por kilo.
La propuesta, que ya tuvo una exitosa edición en agosto bajo la gestión de Mon Colis Mystère, vuelve con la promesa de ofrecer una experiencia diferente, cargada de sorpresa e incertidumbre. Desde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche, los compradores tendrán la oportunidad de llevarse a casa un paquete lleno de productos desconocidos, que pueden incluir desde ropa, accesorios o artículos tecnológicos, hasta productos para el hogar.
Cómo funciona
La dinámica de este mercadillo es tan sencilla como atractiva: eliges tu paquete, lo pagas y lo llevas a casa sin tener idea de lo que contiene hasta que lo abres. Esta fórmula ha despertado la curiosidad de muchos, convirtiéndose en una experiencia lúdica y emocionante.
Para aquellos que disfrutan de la emoción de lo inesperado, el mercadillo de mystery boxes ofrece una forma de comprar que difiere radicalmente de los métodos convencionales. Y es precisamente esa intriga, el factor sorpresa, lo que ha generado una gran expectación entre los habitantes de Tarragona.
Qué ofrece
Además de su componente de entretenimiento, este mercado aporta un enfoque responsable al comercio. Al dar una segunda vida a objetos que de otra manera habrían sido desechados o perdidos, el mercadillo fomenta la reutilización y la sostenibilidad.
De esta manera, los compradores no solo tienen la oportunidad de adquirir productos a precios competitivos, sino que también contribuyen a reducir el desperdicio en una sociedad cada vez más consumista. La experiencia, tanto divertida como económica, se ha convertido en un referente dentro de la agenda de eventos en Tarragona.