La Guardia Urbana de Barcelona (GUB) encara la Copa América de vela con una plantilla cansada y desmotivada. Las recientes decisiones del consistorio, avaladas por CCOO y UGT, han dilatado el malestar de buena parte de la plantilla. Agentes que, con el respaldo del sindicato SIP-Fepol, amenazan con reventar el que se considera uno de los eventos deportivos de mayor relevancia mundial, y que arranca el próximo jueves 22 de agosto.
El portavoz de SIP-Fepol, Alex Payán, explica que ha sido la suma de "malas decisiones políticas" lo que ha desembocado en esta situación de hartazgo absoluto. Entre otras: reconvertir, a partir de septiembre, "la mayor parte de una de las pagas extraordinarias" en "un complemento de productividad evaluable". De este modo, la que se conoce popularmente como "la paga extraordinaria de abril" ahora se dividirá en dos: el 70% se seguirá cobrando en primavera y el otro 30% será un complemento evaluable, sujeto a productividad y a criterio de una "gerente de seguridad" que ni tan siquiera conoce a los agentes
Sin rastro del informe de la Sindicatura
Esta decisión, que ha molestado al grueso de los agentes --en especial, a la escala básica-- se ha tomado después de que la Sindicatura de Cuentas de Cataluña resolviese que se trataba de una paga irregular, al no verse prevista en el Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP). Sin embargo, Payán denuncia que "nadie, pero absolutamente nadie" ha podido ver o leer el informe de la Sindicatura.
Además, al margen de la misteriosa resolución, el portavoz añade que la coletilla "complemento de productividad evaluable" puede terminar perjudicando a los compañeros: "¿Cómo mides la productividad? ¿Por denuncias? ¿Por detenidos? ¿Y si eres un agente que hace tareas administrativas o de proximidad?", se pregunta Payán.
Si bien es cierto que con esta distribución los agentes no perderán dinero, solo se verá repartido de otro modo, a la larga, Payán considera que, al ser evaluable, "no podremos controlar la imparcialidad del evaluador", lamenta.
Debate con la categoría profesional
No obstante, el malestar del cuerpo no viene originado únicamente por esta decisión, y es que, como ya dice la cultura popular, "las comparaciones son odiosas". Según advierte el portavoz de SIP-Fepol, los funcionarios de la GUB son los únicos que mantienen la categoría profesional en el grupo C2.
"Somos de los pocos cuerpos policiales de toda España que, a nivel administrativo, seguimos estando considerados un C2", critica Payán. Así, mientras que el consistorio ha permitido que los Bomberos de Barcelona asciendan a la categoría C1, los agentes de la Guardia Urbana deben permanecer en un grado inferior.
Lo curioso y sin sentido de todo esto es que las nuevas incorporaciones, y a raíz de una ley tributaria de 2023, entrarán al cuerpo como agentes de categoría C1, cobrando más que los veteranos de la GUB, que no tienen posibilidad de ascender. "Nos dijeron que lo planteáramos en el próximo pleno del Ayuntamiento", se queja el portavoz. Y no solo eso, sino que todos aquellos que estén dentro de la categoría profesional C1 podrán ascender al futurible grupo B --el cual se está gestando a nivel nacional por la Confederación de Seguridad Local y Autonómica--, menos los agentes de la Urbana de Barcelona.
Se niegan a realizar horas extra
Por todo ello, los mismos que están dispuestos a salir a la calle a las puertas de la competición de vela, se están negando a hacer horas extraordinarias durante el mes de agosto. "Es la única manera de que el Ayuntamiento nos haga caso", insiste Payán.
Esta situación refleja el profundo conflicto entre la Guardia Urbana de Barcelona y el Ayuntamiento, que tendrá importantes repercusiones para la seguridad y el funcionamiento de la ciudad durante el verano y eventos clave como la Copa América de Vela. Situación que puede tensarse todavía más si los agentes deciden hacer coincidir las movilizaciones con el inicio de la macro competición deportiva.
"Solo pedimos dialogar con el Ayuntamiento, que escuchen nuestros reclamos", sentencia Alex Payán.
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