El cernícalo primilla, un ave rapaz autóctona de la cuenca mediterránea, ha vuelto a criar de manera salvaje al Parc Natural del Cap de Creus por primera vez en 35 años, tras haber sido declarado extinto en la zona a finales de los años 80, gracias a un proyecto de reintroducción de la especie.
Hace algunos años, desde el parque natural impulsaron el plan de recuperación de esta ave con la técnica del hacking, que consiste en criar pollitos en cajas nido artificiales, alimentarlos y, lo antes posible, liberarlos, de modo que reconozcan el Cap de Creus como su territorio natal. Al alcanzar la madurez, migran al norte de África en invierno y regresan a España, Francia e Italia para nidificar en primavera. Ahora, por primera vez, se ha logrado que una pareja de cernícalo identifique este paraje natural catalán como su hogar para reproducirse.
Ponç Feliu, director del parque, ha detallado en declaraciones a la ACN que espera que "se pueda ir consolidando una población" de este pájaro en el Cap de Creus, a la vez que ha celebrado la "muy buena noticia de confirmar la nidificación de la especie después de muchos años de ausencia".
Impacto humano
Al alimentarse de pequeños insectos e invertebrados, el cernícalo primilla es un animal "muy sensible a prácticas agrícolas" como el uso de insecticidas, pesticidas y otros sistemas de control de plagas que disminuyen significativamente su alimento, ha indicado Feliu.
Así mismo, otros factores, como la presencia de depredadores -gatos y mustélidos-, o la pérdida de lugares idóneos para la nidificación por el impacto humano, contribuyeron también a la desaparición del ave en el norte de la costa catalana y la reducción del territorio del cernícalo en Europa. De hecho, en Cataluña, está incluido en el catálogo de fauna salvaje autóctona amenazada como especie "vulnerable".
Reintroducción en Cataluña
Gracias al programa de reintroducción, actualmente hay parejas nidificantes repartidas entre Ponent y las comarcas de Girona; pero nunca, hasta ahora, se había detectado ninguna cría salvaje en el Cap de Creus, puesto que los cernícalos usaban únicamente las cajas nido instaladas para este propósito.
El hallazgo se produjo en una salida al medio forestal con motivo de otro proyecto, cuando se observó a dos adultos de cernícalo entrar y salir de un agujero, el cual más tarde se pudo confirmar que era un nido.