Hay palabras que son completamente desconocidas para el hablante de cualquier idioma. Son palabras tradicionales, a veces históricas o, directamente, que a pesar de que existan no se usan en el día a día.
El catalán no está exento de este tipo de términos. Desde Crónica Global se han escrito varios artículos sobre algunos de ellos que han sorprendido a propios y a extraños. Y no nos vamos a engañar, a nosotros también.
Una palabra conocida
Esta vez, en cambio, queremos hablar de una palabra muy común en catalán. Una palabra que no sólo se usa a diario, sino que se da a diario, al menos las personas más cariñosas. Hablamos de la palabra petó.
A pesar de que sin acento podría parecer una prenda de ropa de trabajo, como la mayoría de gente sabe este término significa beso. Hasta aquí podría ser una palabra más, pero es que las casualidades no existen.
Un significado desconocido
La etimología siempre da sorpresas que uno no espera y revela que si un beso en catalán se dice “petó” hay una razón detrás. En este caso hace referencia a la carnalidad de esta acción. Un beso se da siempre con los labios, aunque sea un beso al aire. Y de hecho, petó, en realidad, hace referencia a esta parte del cuerpo, al menos en su origen.
Petó es un derivado del concepto potó, muy similar en sonoridad. Potó es un diminutivo usado alrededor del siglo XIII que hacía referencia, precisamente, a los labios. Y desde entonces, ese potó ha mantenido su significado hasta llegar a nuestro petó de hoy en día.
Entre la ternura y la carne
Así, un petó hace referencia a la carnalidad de este gesto de cariño. Una muestra de ternura y amor hecho con los labios, aquellos que entran en contacto con otros labios, que se chocan contra una mejilla, una mano, una frente. Aquellos que son una demostración de afecto hacia el otro.
El catalán no es la única lengua que ha mantenido la relación de los labios con los besos. A día de hoy, en occitano, el dialecto que se usa en el sur de Francia, al beso se le llama potxó, una palabra que, claramente, tiene la misma raíz que en el catalán.
Sonidos en castellano y euskera
¿Y qué pasa con el castellano? ¿Es que no quiso hacer referencia a esta carnalidad? ¿Se puede relacionar un “beso” con un “potó”? En realidad, no. El concepto castellano tiene que ver más con la sonoridad.
En español, la palabra beso se remonta al latín “basium”. Dicen los expertos, que en este caso no tiene nada que ver con la carne de los labios, sino con el sonido que hacen al dar un beso. Se basa en la letra bilabial b, pronunciada como un beso al aire. Y no son los únicos en euskera, también se basan en la onomatopeya, pero usan la m, cuando se refieren a musu o muxu.