Visto para sentencia. El tribunal de la sección 20 de la Audiencia de Barcelona dio por finalizado este viernes el juicio contra Angela Dobrowoslki. El procedimiento terminó con el turno de última palabra de la acusada, quien estaba convencida de que su exmarido, el magnate del entretenimiento televisivo Josep Maria Mainat, acabaría pidiendo su absolución por la presunta tentativa de asesinato.
Sin embargo, en sus informes finales, la abogada de Mainat, la prestigiosa penalista Olga Tubau, mantuvo su acusación intacta, restándole, únicamente, la condena por el delito de revelación de secretos que su cliente ya ratificó ante el tribunal que lo perdonaba. Ahora, Angela deberá esperar a la sentencia para conocer cuál será su futuro. Un escenario que se antoja complicado, especialmente, tras la contundente declaración de los médicos forenses.
¿Un arma perfecta?
Durante su turno, dos de los tres expertos testificaron que "de todos los medicamentos que tomaba Mainat, no existe ninguno capaz de provocar una hipoglucemia tan severa". Reconociendo que "si existe una sustancia capaz de bajar el nivel de azúcar de 70mg/dl a 10mg/dl, es la insulina".
Estas declaraciones complican significativamente la defensa de Dobrowolski, pues los peritos no encuentran otra explicación y apuntan directamente a que la grave hipoglucemia que padeció Mainat, diabético de tipo 2, "solo pudo estar causada por insulina". ¿Fue, por lo tanto, una inyección de esta sustancia --elemento que jamás se localizó-, el arma de un crimen casi perfecto?
La insulina no deja rastro
Una anestesista del Hospital de Bellvitge (Barcelona), en declaraciones a Crónica Global, explica que "aunque no es posible definir una dosis letal exacta de insulina, debido a las complejas interacciones entre los niveles de insulina, la disponibilidad de glucosa y otros procesos metabólicos"; lo que realmente resulta prácticamente imposible es "identificar a posteriori que los problemas clínicos del paciente fueron causados por un exceso de insulina".
Según la experta consultada por esta redacción, como se trata de una hormona propia del organismo, "se acaba metabolizando sin dejar ninguna sustancia exógena identificable", asegura. "Solamente en estadios precoces tras la administración se pueden realizar, ante niveles bajos de glucemia, un análisis sanguíneo que cuantifique la cantidad de insulina presente en la sangre".
Sin embargo, pasados pocos minutos ya resulta imposible poder detectar a nivel clínico si las dolencias de un paciente, en este caso la severa hipoglucemia Mainat que lo dejó a Mainat al borde de la muerte, son una consecuencia de los altos niveles de insulina en sangre. Por lo tanto, no deja rastro.
¿Cómo se defendió la acusada?
Dobrowolski, por su parte, alejó su defensa de este extremo y defendió su inocencia asegurando que el grave bajón de azúcar fue causado por la combinación fortuita de una inyección para adelgazar junto con la decena de pastillas ilegales que Mainat tomaba para mantenerse joven.
La acusada reconoció, a preguntas de su abogado, que aquella noche le administró Saxenda, el medicamento adelgazante. Una inyección que ella misma le propuso, en el marco de la obsesión que tenía su marido por la longevidad. "El antiaging fue la base de nuestro matrimonio", aseveró. "Él me animó a estudiar medicina para que nuestro futuro prosperara y él no muriera".
Un relato que, a pesar de ser bastante conexo, queda muy alejado de lo que declararon tanto los peritos como los testigos. De hecho, una trabajadora del hogar llegó a manifestar ante el tribunal que Dobrowolski le confesó la mañana después de que el productor casi muere, que le había inyectado insulina a su marido "para salvarle la vida".
La controvertida confesión tras los hechos
En reiteradas ocasiones, la testigo verbalizó ante el tribunal que recordaba "perfectamente" como la acusada, primero, les dijo que le había administrado insulina para luego cambiar la versión. Dobrowolski rectificó su primera declaración y les explicó que había administrado a su entonces marido "un medicamento para adelgazar".
El relato de la exempleada no cambió en ningún momento. La mujer detalló que Dobrowolski estaba "muy nerviosa" la mañana siguiente de que el personal de Emergencias hubiera salvado la vida de Mainat in extremis e insistía ante todos los que se personaron en la casa que ella "le había salvado la vida".
A la espera de la sentencia
Con estas pruebas y testimonios, la defensa de Angela Dobrowolski lo tiene complicado. Mientras espera el fallo de la sentencia, la acusada seguirá privada de libertad en la prisión de Brians 1 (Sant Esteve Sesrovires) donde fue trasladada tras el intento de fuga de la cárcel de Wad-Ras, en el barrio de Poblenou de Barcelona.
No obstante, cabe recordar que la acusada no permanece en prisión preventiva por los hechos que se han juzgado esta semana en la sección 20 de la Audiencia de Barcelona, sino que lo está como supuesta autora de, al menos, seis robos con fuerza en la zona alta de la capital catalana.
Así y con todo, la protagonista de este largo culebrón delictivo se enfrenta a la que se prevé la sentencia más severa, la que podría dejarla entre rejas durante más de una década.
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