En febrero de 2023, agentes del grupo 1 de la Unidad contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales de la Policía Nacional en Barcelona liberaron a dos hombres de origen albanés que se encontraban recluidos en dos plantaciones de marihuana, ubicadas en distintas naves de la provincia de Barcelona.

La liberación de estas víctimas de trata, ha permitido, con el avance de las diligencias, desmantelar nueve plantaciones y detener a un total de 28 personas, a quienes se les atribuyen los presuntos delitos de trata de seres humanos, narcotráfico, tenencia ilícita de armas, falsedad documental y pertenencia a organización criminal. Tal y como ha adelantado Crónica Global, que pudo acompañar a los investigadores en el dispositivo de detención de los líderes del entramado, se trata de una organización criminal albanesa, perfectamente estructurada, con la jerarquía y los roles de cada miembro muy definidos. 

En la cúspide de la organización se encontraba, además, un ciudadano español que se ocupaba de localizar las naves industriales, gestionar los alquileres y comprar todo el material necesario para la plantación.  

Compatriotas albaneses explotados 

La investigación se inició en febrero de 2023, cuando se localizaron dos plantaciones de marihuana ubicadas en naves industriales en las localidades de Castellbisbal y Molins de Rei (Barcelona). 

Una vez en el interior de una de ellas, se localizó a la persona que custodiaba dicha plantación. Tras entrevistarse con él, los agentes constataron que se trataba de una posible víctima de trata de seres humanos. Este ciudadano albanés manifestó que se encontraba recluido desde hacía tres meses y que había sido engañado en su país de origen. Un compatriota le prometió trabajo en España en un lavado de coches, trabajo que aceptó, ya que su mujer e hijo dependían económicamente de él.

Sin embargo, lejos de la realidad, una vez llegó a España lo encerraron en la plantación. En ese momento le retiraron sus pertenencias, incluido el pasaporte y el teléfono, y le dijeron que debía ocuparse del cuidado de las plantas. 

Cueva natural de marihuana, escondida en una zona boscosa del Maresme CNP

En la segunda plantación, se localizó a otra persona de similares características y de la misma nacionalidad. A él sí que le manifestaron que tenía que hacerse cargo del cuidado de una plantación de marihuana, si bien, le dijeron que en España esta actividad era legal. Esta segunda víctima estuvo recluida durante dos meses en una nave, sin contacto con el exterior y con la retirada de su pasaporte.

Ambas víctimas vivían en el interior de la plantación, sin poder salir al exterior, sin luz natural ni ventilación y comiendo únicamente lo que les proporcionaba algún miembro de la organización.

Con presencia en Barcelona, Tarragona y Castellón

Tras analizar la documentación encontrada en las dos plantaciones desmanteladas, se pudieron localizar otras seis plantaciones, ubicadas en las provincias de Barcelona, Tarragona y Castellón de la Plana. 

Sin embargo, tras el desmantelamiento de estas seis plantaciones, quedaba pendiente localizar y detener a los líderes de la organización. Fue entonces, cuando se inició la segunda fase de esta investigación. Una fase compleja, ya que los sospechosos, al verse aislados por la policía, cambiaron su modus operandi: cambiaron las naves por los chalets en urbanizaciones aisladas. 

Más de 13.200 plantas 

Finalmente, y tras varios meses de investigación, a finales del mes de junio se consiguió desmantelar esta organización criminal con la detención de todos sus miembros, realizando varias entradas y registros simultáneos en siete inmuebles, tres domicilios particulares y cuatro chalets, en cuyo interior se encontraban sendas plantaciones de marihuana totalmente equipadas. Operativo que un equipo de Crónica Global pudo presenciar en primera persona. 

La operación se saldó con la detención de 28 personas, de los cuales, cuatro de ellos han entrado en prisión; la aprehensión de 13.218 plantas de marihuana y 1.308 gramos de hachís. Además, se calcula que la defraudación de fluido eléctrico asciende a 1.950.000 euros. Se intervinieron, además, dos armas largas, un arma corta y un total de ocho documentos de identidad falsos. 

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