Los funcionarios de prisiones mantienen su pulso al Govern de la Generalitat tras el asesinato de una compañera, Núria López, a manos de un interno en la cárcel de Mas d’Enric, en Tarragona. Cuando se cumplen dos semanas, todavía no se ha producido ninguna dimisión.
Así las cosas, este miércoles los trabajadores han intensificado de nuevo las protestas para lanzar un mensaje a la consellera de Justicia, Gemma Ubasart, y al secretario de Medidas Penitenciarias, Amand Calderó: no pararán hasta que asuman su responsabilidad en lo sucedido y abandonen sus respectivos cargos.
Hogueras en los accesos
A las seis y media de la mañana varios funcionarios han hecho hogueras en el acceso del centro penitenciario de Quatre Camins, en La Roca del Vallès (Barcelona), bloqueando la entrada de vehículos durante aproximadamente una hora.
La concentración, que no ha sido comunicada, ha coincidido con el cambio de turno de la plantilla, lo que ha provocado algunos retrasos en el relevo pero sin llegara a afectar al normal funcionamiento de la prisión.
El asesinato fue el detonante
Desde el jueves 14 de marzo, los funcionarios de las prisiones catalanas protestan en contra de la gestión de la Consejería de Justicia de la Generalitat. Se sienten un colectivo invisible y desamparado por la administración, con un déficit de más de 400 trabajadores y una plantilla envejecida que debe lidiar, a diario y sin recursos, con delincuentes muy peligrosos, profesionales del crimen organizado transnacional.
El detonante que motivó las movilizaciones y los cortes en los accesos a los centros penitenciarios fue el asesinato de Núria L., la cocinera del centro penitenciario Mas d’Enric (Tarragona), a manos de un interno. Desde entonces, el colectivo ha roto su silencio y, al margen de los sindicatos, se ha organizado para visualizar su disputa con la consejería y sus representantes políticos.