Condenado a cinco años de prisión por violar a un chico en la discoteca Arena de Barcelona

La sección novena de la Audiencia Provincial de Barcelona ha condenado a cinco años de prisión a un joven colombiano por violar a otro chico en el cuarto oscuro de la discoteca Arena de la Ciudad Condal, la madrugada del 26 de enero de 2020. Según la sentencia, a la que ha tenido acceso Crónica Global, el tribunal considera probado que el acusado penetró analmente a la víctima a pesar de que ésta manifestó, hasta en tres ocasiones, su negativa de mantener relaciones sexuales. 

Según del desprende del fallo, la víctima coincidió con el agresor en el cuarto oscuro de dicho local entre las 4:30 y las 5.00 horas de la madrugada. Esta habitación es una "dependencia diáfana del mismo establecimiento, con una luz más atenuada, en la que también se escucha la música de la discoteca y donde resulta posible mantener contactos sexuales de todo tipo, sin que la presencia en dicho recinto implique necesariamente la admisión de una relación sexual con terceros", matiza el escrito. 

La víctima se negó a mantener relaciones sin protección

El tribunal considera que tras una breve conversación, el imputado y la víctima "comenzaron a besarse, tocarse y llegaron a practicar sexo oral mutuamente". Luego, el imputado, le manifestó al otro chico su deseo de mantener relaciones sexuales con penetración. Propuesta que la víctima rechazó "dado que ninguno de los dos llevaba preservativos, y no deseaba mantener relaciones sin protección". 

No obstante, el ahora condenado, "con la finalidad de satisfacer sus impulsos sexuales y a pesar de la expresa negativa de la víctima", consiguió, tras un forcejo, bajarle los pantalones y penetrarle analmente, eyaculando en su interior. 

La sala Arena Classic de Barcelona Metrópoli

Secuelas físicas y psicológicas

Como consecuencia de estos hechos, el joven se sufrió la agresión padece un importante trastorno por estrés postraumático con ansiedad. Es más, según se plasma en la sentencia, "este trastorno persistió por más de un año" y ha quedado como secuela la presencia de sintomatología ansiosa, con síntomas como "ansiedad psicofísica, baja autoestima, labilidad emocional, miedo o pesadillas recurrentes", además de "impotencia sexual y ausencia de eyaculación".

Por ello, se le ha impuesto una condena de cinco años como autor de un delito de agresión sexual con acceso carnal, además de la prohibición de aproximación a menos de 1.000 metros respecto a la víctima por tiempo de doce años, "que se cumplirán al mismo tiempo que la pena de prisión impuesta". Paralelamente, se le impone el pago de una multa de 15.000 euros en concepto de daño moral. 

Discrepancias en el tribunal

No obstante, la sentencia incluye el voto particular de un magistrado que discrepa del resto del tribunal y valora que el acusado debería ser absuelto porque considera que la declaración del denunciante, principal prueba contra el acusado, no ha dado "una conclusión definitiva, más allá de una duda razonable, sobre la culpabilidad del acusado" y cree que tampoco está corroborada por otras pruebas.

En el juicio, el denunciante contó que después de la agresión el acusado le pidió el número de móvil y él se lo dio, lo que permitió que lo identificaran porque al día siguiente le envió un mensaje. Cree que cuando en el juicio se le preguntó, el denunciante "no supo aportar una explicación suficiente y convincente al respecto, limitándose a responder que no sabía por qué lo había hecho".

También destaca que el amigo con el que iba también estaba en el cuarto oscuro, vio que el denunciante mantenía relaciones con el acusado y no se dio cuenta de que estuviera sufriendo una agresión.