El cambio climático no da tregua en Cataluña. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ya ha dado su veredicto sobre cómo va a ser la primavera en la comunidad y sí, el calor va a imperar. La lluvia, en cambio, está por ver.
Este ha sido grosso modo lo que ha revelado el delegado de la Aemet en Cataluña, Ramón Pascual, este 12 de marzo. A pesar de que ha empezado con la noticia de que se prevé una primavera cálida y un nivel de lluvias normal para la estación, el experto ha matizado poco después que hay "incertidumbre" sobre los pronósticos de precipitaciones.
El mercurio se dispara
Por lo que respecta a los termómetros, la previsión es que esta primavera --marzo, abril y mayo-- "continúe con temperaturas por encima de las normales", sobre todo en la vertiente mediterránea, señala la jefa de Climatología de la Aemet, Beatriz Téllez. De esto no cabe duda. Lo que genera más dudas es el tema de las precipitaciones.
Con la sequía causando estragos en Cataluña, meteorólogos y ciudadanos de a pie miran al cielo, a los datos y a toda pista que apunte al fin de esta situación. Lamentablemente, ni la Aemet saca de dudas.
¿Habrá lluvias?
Los profesionales no pueden calcular si las lluvias estarán por encima o debajo de la media, aunque Pascual cree que "probablemente será normal", es decir, una primavera lluviosa. Aunque reitera que aún no lo pueden saber a ciencia cierta.
Los catalanes esperan que los mapas de previsión no se equivoquen. La duda es si unas lluvias dentro de lo normal van a poder paliar la situación de emergencia que vive el territorio.
Necesidad de más agua y más continuada
El Monitor de la sequía meteorológica de la Aemet muestra que a 1 de marzo, en toda España, "la sequía más intensa está en Cataluña, concretamente en comarcas del centro y noroeste", lo que equivale a las cuencas internas catalanas. O lo que es lo mismo, los pantanos están bajo mínimos.
Pascual valora positivamente el episodio de lluvias de este pasado fin de semana, aunque considera que "son necesarios unos cuantos episodios de estas características o algún episodio más intenso", como el temporal Gloria, para mejorar la situación actual de los embalses de las cuencas internas.
Futuro complicado
"Necesitamos muchos episodios muy similares para llegar a valores por encima del 50% como tiene la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que está prácticamente al 70% de capacidad", reitera y recuerda que las cuencas internas catalanas tienen una capacidad de 677 milímetros cúbicos y que su almacenamiento es de 98.
Pascual afirma que si en primavera las temperaturas siguen aumentando y no hay más lluvias se producirá "una mayor evaporación" de los embalses, lo que tampoco ayuda a mejorar la situación de sequía.
Un invierno muy duro
El invierno en Cataluña ha sido caluroso, "especialmente" febrero, que ha sido el mes más cálido, con 3 grados por encima de media, y en el Observatori Fabra de Barcelona, en el aeropuerto de Girona y en el Observatorio del Ebro se han superado los valores máximos de la serie, desde 1940. Esto, junto a la falta de lluvias ha hecho que se declare la situación de emergencia.
La precipitación media de este invierno ha sido de 75 milímetros (es decir, 75 litros de lluvia caída en un metro cuadrado), siendo las provincias de Barcelona y Girona han sido "las más deficitarias". En diciembre, apenas se registraron 13 milímetros, en enero ascendieron a 32 y febrero cayó a 30.
El mundo arde
Por último, la Aemet destaca que este invierno ha habido picos "muy numerosos" de temperaturas altas, como en el observatorio del aeropuerto de Girona donde se han dado 19 días por encima de los 20 grados, o en el Observatori Fabra donde ha habido 9 días por encima de esos valores.
En el resto de España, si bien las lluvias han sido mucho más intensas, con nevadas abundantes en buena parte de la Península, las temperaturas sí han sido extraordinarias. E invierno ha sido cálido, "bastante por encima de lo normal", y extremadamente cálido en las Canarias. Asimismo, a nivel europeo la temperatura fue 1,44 grados superior con respecto a ese mismo periodo; mientras a nivel mundial, diciembre, enero y febrero han sido los más cálidos, con 0,78 grados por encima de la media del periodo 1991-2020.