Suena la radio. "Localizado un coche en Gran de Gràcia cargado con marihuana. Fura Sant Andreu ha parado el vehículo y ha detectado unos paquetes sospechosos. Dos detenidos". Sin apenas pestañear, la sargento 'Fura 1', la máxima responsable de los Mossos que peinan Barcelona de paisano, ya ha puesto primera y se dirige desde plaza España hasta el lugar del arresto. Aunque acumula más de 20 años de experiencia en el patrullaje de incógnito, "la adrenalina nunca desaparece", asegura.
Tiene el mapa de Barcelona impreso en su memoria. Conduce con agilidad, buscando, a contrarreloj, el camino más rápido para llegar hasta al cruce donde sus compañeros han 'apresado' a los dos camellos primerizos. Ambos, sin antecedentes. A su llegada, los fura de Sant Andreu están rellenando el atestado y los jóvenes aguardan bajo la custodia de una patrulla uniformada. La sargento les felicita por el trabajo. Y es que los fura han desarrollado, gracias a su dilatada experiencia, la habilidad de captar actitudes sospechosas: movimientos, miradas y comportamientos, que pasan totalmente desapercibidos a ojos de los demás.
Pasar desapercibidos entre la multitud
Con la situación bajo control, la máxima responsable de los agentes de paisano de Barcelona se vuelve a montar en su vehículo y abandona Gran de Gràcia. La mañana justo acaba de empezar. En este rato, los fura de Ciutat Vella han cazado a dos carteristas in fraganti. La especialidad de los agentes de esta unidad; que son capaces de retener en su imaginario los nombres y el rostro de los cientos de delincuentes multirreincidentes que campan por la ciudad.
Su labor es camuflarse con el entorno, pasar desapercibidos y observar los posibles movimientos extraños de los miles de ciudadanos con los que se van cruzando a lo largo de su jornada laboral. Los componentes de esta unidad se conocen el territorio como la palma de su mano. Agentes que acumulan una larga trayectoria peinando las calles de Barcelona, y que han logrado convertirse en la pesadilla de los ladrones multirreincidentes. "Cuando nos ven ya echan a correr", reconoce la sargento en una entrevista en exclusiva para Crónica Global.
Atentos a cualquier movimiento
La radio vuelve a sonar. "Parece que un individuo vestido con una sudadera gris, por la acera 'Besòs' de la calle Balmes con Consell de Cent le ha metido la mano en el bolso a una señora mayor. Le seguimos". "Recibido" responde la sargento. A unas cinco calles de la ubicación indicada, 'Fura 1' coloca la señal luminosa en el techo del vehículo y empieza a sonar la sirena. Los coches se abren paso para dejar avanzar al vehículo de incógnito que se dirige a toda velocidad hasta el punto del supuesto hurto.
A medio camino, su 'sensor' capta por el rabillo del ojo a otro ladrón habitual de la zona. Sin embargo, no va vestido según la descripción. Lo ignora, por ahora, y sigue su carrera hasta la Calle Balmes. "Falsa alarma" se oye desde la radio. Parece que, a pesar de haber observado algo extraño, la mujer tenía todas sus pertenencias. "Recibido, seguimos".
Tres sospechosos en un bar
Mientras la sargento se recompone y coge aire tras los minutos de máxima alerta, cruza la mirada con un individuo. A pesar de que ella sigue dentro del vehículo, parece que ambos se han reconocido. Automáticamente, el sujeto se esconde apresurado en un bar de Consell de Cent. Le acompañan otros dos. "'Fura 1', ¿me recibís? Acabo de cruzarme con un sujeto sospechoso. Al verme se ha escondido en un bar de Consell de Cent con Urgell. Son tres. Los tres con chándal negro. Me aparto un poco. Acercaos vosotros a ver si, al ver que me voy, salen y los podemos 'cazar'".
El coche de la sargento va abandonado el cruce casi a cámara lenta. Mira bien a ambos lados de la calle para incorporarse a la vía, pero mantiene la mirada fija en el retrovisor, observando por última vez a los tres hombres, que siguen en el interior del bar. Cerca de la puerta. Avanza y los pierde de vista. Sin embargo, esta todo bajo control: los fura regional de Barcelona --los agentes que dependen directamente de ella-- ya están en el lugar.
Han pasado escasos minutos, el tiempo que ha tardado en dar 'la vuelta a la manzana', pero cuando la sargento se reincorpora en la calle Consell de Cent la radio vuelve a sonar: "SE ESCAPAN". 'Fura 1' vuelve a tener visión. Los ve a escasos metros de donde se encuentra ella. Observa que varios de 'sus chicos' han retenido a uno de los sospechosos mientras que los otros corren tras el otro sujeto. La sargento salta del coche y se une a la carrera.
'Tocados y hundidos'
El sospechoso baja las escaleras del metro de par en par con el aliento de dos fura en su nuca. Su intención es colarse en el suburbano y escabullirse de los agentes entre la muchedumbre, pero no lo consigue. En los pasillos de la parada de Metro de Urgell, los dos fura se abalanzan sobre él. Ya no tiene escapatoria. Lo reducen y lo trasladan al exterior. 'Fura 1' ha llegado justo en el momento de la detención.
En la calle les esperan el resto de compañeros con otros dos detenidos. En total, los tres sujetos que la sargento había detectado en el bar. Una decena de agentes de paisano se han personado hasta el lugar de la detención. A ojos de cualquiera son ciudadanos que van a trabajar, de paseo o al gimnasio. Se mueven en bicicletas, patinete o a pie. Nadie los señalaría como agentes de policía. Y esa es la gracia (y su as bajo la manga).
Detenido una veintena de veces
'Fura1' les pide su documentación mientras los agentes requisan sus pertenencias: teléfono móvil, cartera, tabaco, una pequeña navaja... Con la identidad de los detenidos comprueban que uno de ellos, el que ha salido corriendo, tiene una orden de detención: "es un vermell", matiza la sargento. Así es como ellos catalogan a las personas que tienen una orden de detención pendiente, en este caso por un robo en el aeropuerto de Barcelona - El Prat.
De hecho, este sujeto acumula casi una veintena de antecedentes policiales por hechos similares. "Suele actuar por la zona del aeropuerto, no lleva mucho tiempo aquí, pero ya lo hemos detenido varias veces", explica.
Los demás, aunque están fichados por otros cuerpos policiales fuera de Cataluña, no tienen cuentas pendientes y pueden irse. El "vermell", sin embargo, hoy no tendrá la misma suerte. Los agentes le ponen las manillas y una patrulla uniformada se lo lleva hasta comisaría, donde deberán finalizar el resto de trámites pendientes.
Una mañana tranquila
Con la calle despejada, los fura vuelven a adoptar una actitud camaleónica y se marchan del lugar como si nada de lo ocurrido fuese con ellos. La mañana, asegura la sargento, está siendo tranquila y eso que el dispositivo que tienen en marcha prevé una llegada adicional de delincuentes en el marco del Mobile World Congress, un imán para muchos multirreincidentes que se desplazan desde otros puntos de España para 'hacer su agosto'.
En este tipo de acontecimientos, así como en los meses de verano, cuando se aglutina más presencia de turistas en Barcelona, los fura de la capital catalana ya prevén un refuerzo de patrullaje en los puntos más calientes de la ciudad. Es decir, en la zona de hoteles, ocio nocturno, puntos de interés turístico o el aeropuerto de El Prat. Sin embargo, la mañana transcurre, a su parecer, con cierta tranquilidad.
"Los ladrones saldrán a la calle, pero los 'fura' también"
'Fura 1' vuelve al coche, arranca e inicía la marcha. Desde su vehículo se recorre las calles de Barcelona todos los días. Ella coordina a todos los fura de la ciudad. A los que pertenecen a cada Área Básica Policial (ABP) de distrito y, además, a un grupo de unos 20 agentes que cada semana se mueven de un sitio a otro en función de las necesidades del servicio.
Para los fura cada día es una nueva e incierta aventura, pero "no hay días en los que no pase nada" aseguran. Se enfrentan cara a cara con los cientos de multirreincidentes que campan por Barcelona, haciéndoles la vida un poquito más complicada a toda esta calaña de delincuentes. "Es cierto que a la mañana siguiente de nosotros detenerlos, estos ladrones volverán a estar en la calle, pero los fura también".
La sargento se despide del equipo de Crónica Global que la ha acompañado durante toda la mañana. Casi sin tiempo para comentar cómo ha ido la experiencia, la radio vuelve a sonar. "Acabamos de requisar un Rolex a un sujeto en la Diagonal con Aribau. Parece robado, no sabe explicar su procedencia" se oye. De nuevo, y sin apenas pestañear,'Fura 1' ya ha puesto primera e inicia una nueva carrera hasta el punto indicado. Tenía razón: "la adrenalina nunca desaparece".
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