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Vida

La pornografía, la nueva “educación” sexual de los jóvenes

Un estudio de Save The Children revela que el 53,8% de las personas encuestadas acceden por primera vez a contenidos pornográficos antes de los 13 años

9 marzo, 2024 00:00

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La pornografía está configurando la sexualidad de los adolescentes. Así lo confirmó un reciente estudio de Save The Children, que arroja datos tan preocupantes como que el 53,8% de las personas encuestadas han accedido por primera vez a contenidos pornográficos antes de los 13 años e incluso un 8,7% lo ha hecho antes de los 10 años. Esto tiene consecuencias nefastas en la configuración de su sexualidad, con una visión equivocada de las relaciones sexuales, que acaban relacionando con falta de afectividad y violencia.

“Históricamente, y debido al tabú que suele generarse en torno a las relaciones sexuales, la pornografía ha sido una fuente de referencia de educación sexual para los adolescentes”, explica Lorena González, psicóloga y cofundadora de Serena Psicología. Sin embargo, el acceso fácil y constante a nuevas tecnologías y, por ende, al porno, está provocando importantes disfunciones en los consumidores más jóvenes.

Dificultades para mantener una relación sexual real y sana de adultos

“Un niño de 8 años no está preparado para entender lo que es el sexo y, al no entenderlo, le puede ocasionar un gran impacto”, señala González. De las dudas que le surgen al visualizar ese contenido no habla con nadie, por lo que -advierte esta psicóloga- puede acabar desarrollando actitudes distorsionadas hacia la sexualidad, dificultad para establecer relaciones sexuales sanas en el futuro y mayor riesgo de abuso de la pornografía.

Ya en la adolescencia, si la única educación sexual es la pornografía, es difícil que puedan disfrutar con tranquilidad y de manera sana de una relación sexual real. “Las expectativas se verán truncadas y pondrán en riesgo la sensación de valía, seguridad y autoestima, componentes que están presentes, si no se manejan bien, en disfunciones sexuales”, añaden desde Serena Psicología.

88% de vídeos con escenas de violencia física

En los últimos tiempos se ha detectado un aumento importante de los delitos sexuales -desde 2016, 2.691 delitos sexuales múltiples, según los datos proporcionados por la Policía Nacional, la Guardia Civil y las policías autonómicas y locales-.

Este hecho puede ser “consecuencia directa”, sostiene la psicóloga González, de que, antes de los 20 años, uno de cada cuatro chicos españoles haya visto entre 1.000 y 5.000 horas de videos porno, y de que en el 88% de éstos aparezcan escenas de violencia física.

Similar a una droga

La pornografía tiene ciertos componentes que hacen funcionar nuestro celebro igual que lo hace cuando se consume una droga. Por ello, previene la misma profesional, puede convertirse en una adicción. Aunque, matiza, “esto no quiere decir que todos los jóvenes o adultos que vean porno vayan a desarrollar una adicción, igual que no todos los que beben alcohol se vuelven alcohólicos”.

Abordar este tema como padres resulta, para muchos, complicado. Pese a esto, desde Serena Psicología avisan de que cuánto más tabú, más curiosidad. “Si la información no se da en casa, ellos la buscarán fuera y la buscarán más”.

Ante este panorama, el gobierno anunció hace unos meses la puesta en marcha de un conjunto de aplicaciones desarrolladas por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) y la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, que actuará como barrera para impedir el acceso a este tipo de contenido audiovisual por parte de menores de edad.

“El hecho de que este sistema cuente con dos apps garantiza, aún más si cabe, la protección perseguida: una primera aplicación que verificará la edad del usuario mediante que, a resultas de la aplicación anterior, limitará los contenidos ofrecidos a modo de filtro”, detalla Delia Rodríguez, del despacho de abogados Vestalia Asociados.

Herramientas de control parental

Asimismo, apunta esta abogada, “es destacable que el sistema no se hay pensado únicamente para ser utilizado a través de dispositivos móviles, sino que se ha previsto su implantación en otros terminales, como puedan ser ordenadores o consolas”. Además, cree que podría ser útil ofrecer a los padres la posibilidad de dar su consentimiento expreso para que sus hijos menores puedan acceder a determinadas redes sociales, por ejemplo, TikTok o Instagram.

“El carácter incontrolable de la tecnología hace muy difícil conocer dónde acceden, con quién hablan o qué tipo de contenido consumen nuestros hijos menores en internet”, lamenta Eduardo Cruz, CEO de Qustodio, plataforma de seguridad y bienestar digital. No obstante, no es partidario de prohibir, pues la tecnología forma parte de su día a día. Por ello recomienda las herramientas de control parental, que “ayudan a las familias a estar tranquilas, ya que, sea sin querer o queriendo, los menores no accederán a contenidos inadecuados, o usarán pantallas más de lo necesario”.