Así cayó el ladrón de las 1.000 caras: estafó la Bolsa de Londres y terminó sus días en una mansión de Sant Cugat
Abraham Aron Hochman. Pocos saben quien fue, pero se trata del responsable de uno de los mayores fraudes perpetrados a la bolsa londinense
25 febrero, 2024 00:00Noticias relacionadas
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Los hechos sucedieron entre 2003 y 2005, pero en la actualidad se sigue considerando una de las mayores estafas perpetradas a la Bolsa de Londres. La protagonizaron cinco españoles y un argentino que consiguieron estafar 600 millones de dólares (453 millones de euros en ese momento) generando falsas expectativas sobre las acciones de la sociedad mercantil que aseguraban dirigir: Langbar International Limited.
La noticia sacudió las bolsas de todo el mundo y durante unos días este fue el tema de conversación de todo aquel mínimamente interesado en el universo bursátil. Poco podía imaginarse un oficial de la Unidad de Delitos Económicos y Financieros (UDEF) de la Policía Nacional en Barcelona que, años después, sería él quién daría caza al cabecilla de este entramado. Y no solo eso, sino que, incluso, le cogería cierto cariño.
Difundieron informaciones fraudulentas
Los hechos se remontan al año 2003, cuando los responsables de la compañía ficticia hicieron llegar numerosas noticias engañosas a los medios de comunicación británicos con el objeto de forzar una subida del precio de sus acciones. Esas informaciones generaron un gran interés y su valor en bolsa se disparó. En especial, a raíz de los rumores sobre la inminente repatriación de fondos desde Brasil.
Sin embargo, la investigación de la Oficina de Fraudes Graves de Londres descubrió que esos fondos nunca habían existido y que la cotización en bolsa de Langbar International Limited se hizo con medios fraudulentos. Lamentablemente, para cuando esta información salió a la luz, los miembros de la trama ya habían vendido sus acciones y huido de la capital británica, con un botín millonario.
Todo apuntaba a un tipo inglés, asentado en Sant Cugat
Tras varios años persiguiendo al grupo de estafadores, en 2009, los agentes de la Oficina Británica de Fraudes Graves consiguieron encontrar, por fin, una pista. Las informaciones obtenidas revelaron que un hombre británico de unos 60 años, escondido en una mansión en la urbanización Mira-Sol de Sant Cugat del Vallès (Barcelona), sería el líder de dicha estafa.
Los agentes de la Oficina Antifraude de Reino Unido mandaron entonces una comisión rogatoria a la Policía Nacional en Barcelona para solicitar su colaboración en la investigación. La petición llegó al correo del oficial de la UDEF, que se puso manos a la obra.
Los policías españoles revisaron toda la información del sujeto señalado por los ingleses: ubicación, registros, empadronamiento. "No recuerdo bien su nombre inglés, pero todas las diligencias que practicamos lo señalaban como el hombre que buscaba la Oficina", explica el oficial al mando. Cuando lo tuvieron todo atado, los investigadores de Barcelona pidieron una orden judicial para entrar en casa del sospechoso.
Era él, pero el nombre no coincidía
Decenas de agentes de la Oficina de Fraudes Graves se desplazaron hasta la capital catalana para llevar a cabo el registro en casa del presunto cabecilla. El equipo conjunto de investigación se desplazó hasta la urbanización Mira-Sol y el oficial llamó a la puerta. Les abrió un hombre de unos 60, con una espesa barba blanca cubriéndole el rostro. Tenía aspecto de británico, pero hablaba un español perfecto.
"Le pedimos la documentación y nos sacó un pasaporte argentino….". Abraham Aron Hochman. "No podía ser… estábamos convencidos de que era él, pero la documentación era real y la embajada de Argentina nos confirmó su identidad", recuerda el agente en conversación con Crónica Global. Si no podían confirmar que era el hombre británico señalado por la oficina, no podían ejecutar el registro.
Tenía documentación de al menos 4 nacionalidades
"Todos nos empezamos a poner nerviosos", explica. Sobre el oficial recaía la responsabilidad de que fuese el hombre buscado por los ingleses. "Yo estaba convencido de que lo era… llevábamos semanas vigilándole". Así, mientras el resto de los agentes buscaban la manera de conseguir una nueva orden, este se acercó al sospechoso y le dijo: "Sé que eres tú, así que tarde o temprano encontraré la manera de demostrarlo".
En ese momento, recuerda, el hombre agachó la cabeza y se lo afirmó sutilmente con la cabeza. Era él… pero ¿cómo podía ser? En ese momento Abraham entró de nuevo en su casa y salió con el pasaporte británico. Durante el registro encontraron documentación que le acreditaba como ciudadano alemán, israelí, británico, argentino "y no recuerdo cuántas nacionalidades más". Todas ellas, reales.
Fue entonces cuando dijo ser un agente del Mossad, el servicio de inteligencia israelí. Ese mismo día Abraham Aron Hochman quedó detenido por estafar 600 millones de dólares a la Bolsa de Londres. Sin embargo, poco después consiguió la libertad provisional.
El trágico desenlace
Ya fuera de prisión, Abraham llamó a menudo al oficial de la UDEF que había logrado dar con su paradero. "Me contó mil historias sobre sus años en inteligencia. Nunca supe qué de todo era cierto y qué era falso, pero estoy convencido de que en todo aquello había algo de verdad. Su hermano es un conocido director de cine judío, Avi Arad", recuerda el policía.
Sin embargo, Abraham murió poco después en su casa de Sant Cugat y el juicio contra él por la mayor estafa a la bolsa londinense no se pudo celebrar jamás. No obstante, los ingleses, poco convencidos de que este ingenioso estafador hubiese muerto, les pidieron a los agentes de la UDEF una prueba gráfica. "Tuvimos que ir al tanatorio y pedir permiso para hacerle una fotografía… Así me despedí de Abraham, si es que ese era su nombre real".