Más bajas en los gimnasios públicos de Barcelona en un año de recuperación
- La vuelta a la oficina tras la pandemia, la proliferación de gimnasios 'low cost' y la rotación entre instalaciones son algunos de los motivos por los que el 52,5% de los usuarios han prescindido de sus carnets
- Este aluvión de bajas no lastra la recuperación de los Centros Deportivos Municipales (CEM) de la provincia tras la pandemia, ya que se han acercado un 13% al número máximo de abonados
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Más de la mitad de los barceloneses han roto el carnet de su gimnasio municipal en 2022, el año reciente en el que más bajas se han producido. El 52,5% de los usuarios se han desapuntado de sus instalaciones deportivas municipales a lo largo y ancho de la provincia de Barcelona.
Ese porcentaje contrasta con el número de bajas de años anteriores, que se mantenía estable. Fue del 47% en 2021 y del 46,2% en 2020, por lo que son cerca de seis puntos más que hace dos años, como muestra el último informe del Círculo de Comparación Intermunicipal de Deportes (CCI), presentado esta semana.
Sin embargo, cabe destacar que este aluvión de bajas no lastra la recuperación de los Centros Deportivos Municipales (CEM) tras la pandemia.
Los motivos: trabajo y los ‘low cost’
La Diputación de Barcelona -de la que depende el CCI- se ha puesto manos a la obra para entender el por qué de esta mala cifra. A pesar de que parte de los usuarios que se marchan se vuelven a inscribir en otro CEM, el regreso a la presencialidad del mundo laboral implica una “reorganización horaria y logística individual y familiar”. Es decir, volver a la oficina tras la pandemia quita tiempo.
Los gimnasios low cost también tienen parte de culpa. La proliferación de una oferta privada alternativa, sobre todo en municipios grandes, ha arrastrado a los barceloneses a sus tarifas más competitivas. De hecho, el aumento de bajas es más acusado en los municipios de más de 30.000 habitantes.
Además, la Diputación sostiene que priorizamos ahora más que antes el confort y la calidad tras haber experimentado los límites de aforo impuestos durante el coronavirus. Y en este punto, tienen las de ganar los gimnasios premium, elegidos por aquellos a los que no les importa pagar tarifas más elevadas.
La recuperación sigue su marcha
Que se haya producido el mayor número de bajas de abonados en los CEM de los últimos años podría suponer la pérdida de usuarios totales. No es así. Las instalaciones deportivas municipales siguen recuperándose de la pandemia y mantienen una tendencia al alza.
Este 2022, el número total de abonados se ha acercado en 13 puntos porcentuales a su máximo histórico. En 2019, año previo a la irrupción de la pandemia, el porcentaje se situaba en el 94,2%, cifra que cayó al 68,8% en 2020. La recuperación comenzó en 2021 de forma tímida hasta el 70,8%, y en 2022 se ha alzado al 83,8%.
De repetirse un crecimiento parecido en el presente año, los gimnasios municipales podrán dar por cerrada su recuperación tras la pandemia tres años después. Ahora, el 15% de los barceloneses son abonados de algún recinto deportivo municipal; en 2019, lo era el 15,7%.
David Escudé, presidente delegado del Área de Deportes y Actividad Física, lo da prácticamente por hecho, al describir estos datos como “cifras similares anteriores a 2020”.
Los precios se mantienen, pero la Diputación manda un aviso
A pesar de que los gimnasios también acusan la inflación, el precio medio de los abonos no se ha encarecido en los últimos años. Actualmente, los CEM ofrecen una tarifa mensual media de 37,6 euros, muy similar a las de años anteriores, incluso algo por debajo.
Las facturas de luz y electricidad suponen el coste que más ha aumentado para las instalaciones deportivas. En total, los suministros suponen un 17,4% de los gastos, seis puntos más que hace solo un año.
Es por ello que la Diputación alerta sobre el precio de los abonos: “Será importante ver cómo evoluciona, ya que muchas instalaciones han debido de incrementar las cuotas debido al elevado impacto del IPC y del coste energético a finales del año pasado e inicios de este”.
La peor nota en cinco años
Los barceloneses ponen a sus CEM la nota más baja del último lustro. Un 6,8 sobre 10 que el informe reconoce como “mejorable” y que se aleja de la nota del año anterior, cuando era de un 7,1 (y de un 6,9 en 2020, un 7 en 2019 y un 6,9 en 2018).
En este sentido, los complejos deportivos reciben la tercera peor nota de los servicios municipales recogidos por el informe, solo por delante de la recogida de residuos (6,6) y la limpieza viaria (6,0), y por detrás de una decena de servicios (la policía local está inmediatamente por encima, con un 7,1).